Ya sabéis que la Gacetilla cree que la crisis se debe a la Zapa-fiesta.
Zapatero se encontró un déficit exterior de 27.000 MEUR anuales y una deuda exterior neta de 310.000 MEUR. Tras haber conseguido entrar en el Euro contra todo pronóstico, el país iba bien, pero había que administrar la bonanza y evitar excesos.
Sin embargo, el Gobierno quería enterrar el 11-M y negociar con ETA, cuestiones ambas muy polémicas. De modo que decidió facilitarse la vida evitando tomar medida alguna de control económico y propiciando que se disparase lo que nosotros hemos llamado la Zapa-fiesta.
En consecuencia, al cabo de 3 años, el déficit alcanzó los 100.000 MEUR anuales y la deuda exterior los 650.000 MEUR. Entonces (Agosto de 2007), como consecuencia de una crisis foránea (la de las subprime), los mercados internacionales de deudas revisaron a quien habían estado prestando en exceso, y dejaron de prestarnos también a nosotros (se cerró el mercado de cédulas hipotecarias, por el cual entraban esos 100.000 MEUR cada año). El empleo, que al entrar el Gobierno en 2004 crecía en unos 450.000 puestos de trabajo nuevos cada año, dejó de crecer.
Lejos de admitir el problema, el Gobierno se lanzó en una huida hacia adelante. En Septiembre de 2007, el Gobierno aprobó unos presupuestos basados en una hipótesis de crecimiento del PIB para 2008 descabellada (el 3,3%), entonó el "no hay crisis" y así consiguió ganar las elecciones en Marzo de 2008.
Naturalmente, nada de esto ha sido sin coste, y ahora lo vamos a pagar caro. A pesar de la ausencia de financiación exterior, el Gobierno siguió evitando adoptar medidas de austeridad necesarias, puesto que lo contrario habría impedido que cuajase el mensaje electoral de "no hay crisis", de forma que el déficit exterior siguió creciendo. En términos anualizados, las últimas cifras disponibles (Mayo de 2008) alcanzan ya los 120.000 MEUR, y nuestra deuda exterior neta alcanza los 755.000 MEUR (la cifra neta sigue creciendo, no porque nos presten más, sino porque nos van devolviendo lo que habíamos prestado nosotros).
Pero a pesar del Gobierno, el mundo real seguía adelante. Ante la falta de financiación exterior, los bancos españoles tuvieron que recortar los préstamos que hacían a sus clientes, de forma que los más frágiles de estos (las inmobiliarias) empezaron a caer. En consecuencia, las constructoras dejaron a de miles de trabajadores en la calle, la demanda de consumo cayó y de esta forma se activó un efecto dominó que empezó a destruir el empleo.
En Junio de 2008 fue el primer mes de reducción del empleo (19.000 puestos respecto al mismo mes del año anterior) y Julio de 2008 el segundo (109.000 puestos).
Y ya en Julio, finalmente, el Gobierno admitió que había crisis. Demasiado tarde, como veremos.
La pregunta ahora es ¿hasta cuando durará la crisis? ¿cuantos empleos va a costar?
Como parece evidente, las dos respuestas están relacionadas, aunque tal vez no del modo del que parecería inmediato.
Como hemos dicho, esta Gacetilla sostiene que el origen de la crisis está en el déficit y la deuda exteriores provocados por la Zapa-fiesta. Por lo tanto, para que acabe, debe liquidarse el déficit de forma que, al menos, se evite que la deuda siga creciendo.
Muy bien, y ahora que está cayendo el empleo ¿cómo va el déficit exterior?
Pues todavía no tenemos datos (los últimos son de Mayo de 2008), pero tiene mala pinta. Hoy se ha publicado el déficit comercial hasta Junio 2008, que el principal componente del déficit exterior (llamado técnicamente "déficit corriente"). Malas noticias. Durante el primer semestre el déficit comercial todavía creció un 11,4%.
Lo importante del déficit comercial en una situación como la española es como evolucionan sus componentes (importación y exportación).
La exportación aumentó el 6,4%. Que las exportaciones aumenten depende (bastante obviamente) de como les vaya a nuestros clientes extranjeros (cuanto mejor les vaya, más nos comprarán) y de la competitividad de nuestros productos. A la vista de como subió el Euro respecto al Dólar, conseguir un 6,4% de crecimiento de ventas no está mal, la verdad.
De modo que el problema viene por el otro lado. Las importaciones aumentaron el 8,1%. Eso sí que es insostenible. Desde Agosto de 2007 no nos prestan dinero y sin embargo seguimos comprando cada día más importaciones. Evidentemente, esto no puede seguir así.
Aunque el empleo cayó ya en Junio de 2008, el empleo medio del primer semestre de 2008 completo fue todavía un pelín superior al del mismo período del año anterior (cerca del 1%). Además, los sueldos siguieron subiendo (hasta Febrero, el 3,4% más cláusula de revisión según CC.OO.). Pues si hay más empleo y los sueldos son más altos, es normal que las importaciones suban, aunque no haya una correlación exacta.
O sea, que esto es lo que tenemos. Los extranjeros ya no nos prestan. De momento, seguimos viviendo por encima de nuestras posibilidades porque estamos, por decirlo de alguna forma, vendiendo los muebles (ved el artículo "Vendemos los muebles" para mayor información). Pero no antes o después se nos acabarán los muebles, como sucedió a Argentina. Más tarde o más temprano, la austeridad acabará por imponerse de una forma u otra, de eso sí que no hay duda.
La austeridad puede llegar de dos formas: a la japonesa o a la argentina.
A la japonesa significa que todo el país se mete en un período largo de aumentos de sueldo nulos (o incluso reducciones, como de hecho sucedió durante de la crisis japonesa de los '90) y todos se aprietan el cinturón a la vez.
A la argentina significa que al Gobierno se le llena la boca de rechazar que los trabajadores acepten aumentos de sueldo nulos, de forma que los sueldos siguen aumentando. Salvo que entonces, inevitablemente, quiebran empresas y se va al paro el 20% de la población. Al final, el resultado es el mismo, solo que en lugar de estar repartido, el esfuerzo de austeridad se concentra en los ese 20% de parados. Esos sí que tienen que apretarse el cinturón por toda la población.
Con independencia de que sea más injusto, sucede que microeconómicamente, el modelo argentino es mucho peor, puesto que el país pierde mucha riqueza en forma de empresas quebradas, y además es fácil de entender que al final de la crisis, un país con el 20% de paro es, a igualdad de los demás factores, menos productivo que uno sin paro.
De momento, las decisiones prácticas del Gobierno nos llevan al modelo argentino. Puesto que el Gobierno se niega a tomar medidas de austeridad reales (tales como congelar el sueldo de los funcionarios, o imponer reformas en la legislación laboral que lleven a los trabajadores a aceptar convenios sin aumentos), la única forma para que se reduzca el déficit exterior es a través del paro.
Esto es lo que está sucediendo ya. Como decíamos antes, la destrucción de empleo ha comenzado en Junio de 2008, y sólo lleva 2 meses y 109.000 empleos. Sin embargo, la opinión de esta Gacetilla es que antes de que la crisis termine se habrán destruido 2 ó 3 millones de puestos de trabajo.
El cálculo que justifica esta cifra es un poco basto, pero creemos que razonable. Para bajar las importaciones, tiene que bajar la demanda total, porque prácticamente no hay otra forma de conseguir que los españoles dejen de comprar productos importados. Puesto que la demanda de importaciones tiene que caer aproximadamente en un 30%, la demanda total debería por lo tanto caer en una cifra similar.
Naturalmente, una caida de demanda del 30% de un día para otro es más que improbable, impensable. De modo que lo que sucederá es que la demanda se estancará, o irá bajando, a lo largo de varios años.
Lo probable es que durante ese tiempo las exportaciones sigan creciendo poco a poco. Por lo tanto, de nuevo lo probable es que finalmente la reducción de demanda sea bastante menor del 30%.
Ahora bien, que nadie se equivoque: habrá reducción de demanda, seguro. El país no tiene suficiente capacidad para que la demanda simplemente se estanque mientras esperamos que las exportaciones crezcan lo necesario para alcanzar a las importaciones. Ese proceso llevaría demasiados años, durante los cuales la deuda seguiría creciendo. Sin embargo, como hemos visto, los mercados no nos prestan más y ya estamos vendiendo nuestros muebles. Pero no tenemos tantos muebles para vender.
Cuanto tenga que caer la demanda finalmente dependerá de como evolucionen las exportaciones, pero digamos que la demanda total caerá tal vez un 10 ó 15% desde su nivel actual. No se os escape que una caída similar implica varios años de fuerte recesión. Las cifras son las cifras.
Si suponemos que no habrá congelación salarial (como parece más que probable), entonces para que llegue ese recorte (el cual, insistimos, acabará llegando porque ya no nos prestan) básicamente tendrá que reducirse el empleo. De ahí que pensemos que el empleo caerá en 2 ó 3 millones de empleos desde su nivel actual.
Muy bien. ¿Y cómo sucederá eso?
La hipótesis de esta Gacetilla es que en los 15 meses que van del otoño de 2008 al fin de 2009, habrá una crisis financiera, durante la cual caerán una o varias instituciones de crédito, más probablemente cajas de crédito pequeñas y medianas (ver nuestra lista de cajas en zona roja en el artículo "Empieza la Fase 2 del descenso a los infiernos").
Cuando eso suceda, se detonará una nueva restricción del crédito, la cual hará palidecer a la que hemos vivido hasta ahora. Y esa restricción del crédito, a su vez, desencadenará una oleada de despidos, quiebras y cierres.
Os aseguramos que 2 ó 3 millones de despidos no sucederán fácilmente. El proceso llevará años. Durante el mismo, el Gobierno pondrá pose tras pose, ideará genialidades mediáticas, se apoyará en toda su artillería televisiva, se trazarán grandes planes y se cambiará ministro tras ministro. Pero, inexorablemente, el mundo real seguirá a su paso.
Al final, seremos un país con 16 millones de trabajadores (de los cuales la friolera de más de 2,5 millones de funcionarios), con un tejido industrial y financiero muy resentido y en gran medida en manos de extranjeros. Por supuesto, no os quepa duda de que para entonces habremos cambiado de Gobierno. Pero habrá sido una enorme factura para una sola Zapa-fiesta.
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