Tenía Pandora acceso a una caja que no debía abrir bajo ningún concepto. Pero ella, de naturaleza curiosa, no pudo resistir la tentación y abrió la caja. Al hacerlo, escaparon de ella la ruindad, la guerra, la envidia, la peste y toda una serie de desgracias que estaban allí confinadas y que, desde entonces, azotan a los hombres y acotan el poder de éstos. Así consiguieron pues los dioses su taimado propósito.
La parte buena de la historia es que, al mirar dentro de la caja, vio Pandora que no todas las bestias habían escapado, ya que dentro de ella todavía se encontraba la esperanza, que es cosa que nunca se pierde. Menos mal.
Bueno, pues por ese motivo nosotros nos acordamos últimamente mucho de Pandora: tampoco perdemos la esperanza que 2016 no cambie el gobierno y se vaya nuestro país a la porra.
Estamos como queremos
Por fin lo conseguimos: la economía va como un tiro. Va incluso mejor de lo que pensábamos (y eso que éramos los optimistas). En este artículo veremos por qué.
Sin embargo, que la economía vaya en la dirección correcta (es decir, subiendo) no quiere decir que estemos ya arriba, porque salimos desde muy abajo. Todavía nos queda un gran trecho que trepar.
Lamentablemente, la trayectoria ascendente de la economía se truncará abruptamente este otoño, cuando un gobierno tripartito PSOE + Podemos + IU sustituya al PP en La Moncloa y hunda al país de nuevo en la miseria.
Ya sabéis que ese es nuestro escenario central desde Mayo de 2014. En la segunda parte de este artículo veremos por qué 15 meses después nos sigue pareciendo el más probable.
Y ya no somos los únicos. Esta especie de suicidio económico es lo que los analistas llaman eufemísticamente "riesgo político", del cual oiremos hablar crecientemente en los próximos meses.
Veamos en qué consiste, y como podría evitarse.
Economía boyante
La economía va tan bien que mires por donde mires los datos son buenos. Pero seamos analíticos y empecemos por el principal dato objetivo: cuanto vende España en el exterior. Esa es la fuente que nos proporciona dinero para comprar gas para nuestras calefacciones, gasolina para nuestros coches y todos esos increíblemente populares iPhones.
El resumen es que nuestras exportaciones van muy bien. Hacer ajustes y reformas cuesta, pero luego se nota. En 2009, España exportó 245.000 MEUR. El año pasado, la cifra subió hasta 340.000 MEUR. Este año está subiendo más deprisa que en 2014. Tras la publicación de las cifras hasta Mayo esta semana, creemos que este año se superarán los 365.000 MEUR de exportaciones.
Claro, con pan las penas son menos. Como hay exportaciones, entonces nos podemos permitir tener más crecimiento económico (nuestra previsión para este año es que el PIB crezca el 3,4%), aunque esto suponga importar más (el 8% más que en 2014, concretamente), puesto que a pesar de ello se volverá a cerrar este año con superávit exterior.
El fuerte crecimiento del PIB, junto con la congelación salarial, permite a su vez que se cree empleo más deprisa ahora que antes de la crisis. Este año se crearán 600.000 nuevos puestos de trabajo.
Puesto que los salarios no suben, las empresas tampoco suben precios, y por lo tanto la inflación sigue prácticamente en el 0%.
Con la inflación baja y el déficit público cayendo, los tipos de interés que paga el Estado español por su deuda son de los más bajos históricamente. Si bien es cierto que en este sentido, ha ayudado la política monetaria expansiva del Banco Central Europeo, no lo es menos que esa política solo ayuda a quien hace sus deberes (por ejemplo, no le ha valido de nada a Grecia).
Los tipos de interés bajos que paga el Estado han animado a los inversores a comprar acciones y bonos de los bancos españoles, que rinden algo más que la deuda estatal. Eso ha dotado a la banca de recursos para volver a prestar, o al menos para dejar de reducir su cartera de préstamos.
Ved en este gráfico como Abril y Mayo de este año han sido los primeros meses desde 2009 en que no ha caído el saldo total de créditos hipotecarios en España.
La paulatina recuperación del crédito hipotecario ha traído, a su vez, el fin de la caída de precios inmobiliarios. Los índices de precios buenos son los que publican el INE y el Colegio de Registradores (los demás son malos, desconfiad de ellos). Lamentablemente, solo son trimestrales, pero están muy bien hechos.
Esto es lo que dicen hasta el primer trimestre de 2015:
Bueno, pues eso es todo. Pero ya que esta es una publicación analítica, detengámonos un momento para apreciar la importancia de esta trayectoria.
Un trabajo bien hecho
Hemos visto que han aumentado las exportaciones, crece el PIB, se crea empleo, se corrige el déficit público, se reducen los tipos de interés y se estabilizan los precios de vivienda.
Bien, pues daos cuenta que aquí no ha habido casualidades. Nada de lo que exporta España le llueve desde el cielo. La península no tiene los yacimientos de petróleo de Arabia, las húmedas y fertilísimas llanuras cerealistas de Estados Unidos, los inmensos pastos ganaderos de la Pampa argentina o las inagotables bolsas de gas natural de Rusia. Todo lo que exporta España depende del ingenio y el trabajo de su población. De modo que tomad nota, porque esta recuperación económica nos la hemos ganado trabajando, y es para estar orgullosos.
No tenía por qué habernos ido tan bien. Túnez, un país con tanto o más sol que España para atraer turistas, está paralizado por el terrorismo. Libia, bendecida con grandes recursos petrolíferos, está partida en 3 por una cruel guerra civil. La vasta y fertilísima Ucrania también se duele de un enfrentamiento militar. Venezuela, hasta hace 30 años tan rica que era destino predilecto para la emigración europea, ahora ve como sus habitantes hacen colas de horas para comprar carne y papel higiénico racionados. Incluso la muy europea Grecia se encuentra postrada por un corralito bancario que amarga a sus ciudadanos y espanta a los inversores. Afortunadamente, Spain is different, pero que very different.
Y nada de esto ha llegado gratuitamente. Ha habido que hacer reformas, evitar que los salarios subieran, aguantar despidos de trabajadores desde muchas organizaciones públicas y privadas, e incluso el cierre completo de algunas otras.
Pero ante la adversidad, los españoles hemos tenido el coraje de hacer lo correcto, bajar la cabeza, y empujar hacia adelante todavía con más fuerza. Así que este es el premio que nos hemos ganado.
¿Qué bien, no? ¿Entonces podemos cantar ya victoria?
Alcanzar los verdes pastos
Pues claro que no. Aunque este año se creen 600.000 empleos, todavía necesitaremos recuperar 2.000.000 de empleos más para volver al nivel previo a la crisis. No hace falta saber muchas matemáticas para entender que necesitamos 3 ó 4 años más de buen gobierno para que eso suceda. Si la crisis estuvo destruyendo empleo durante 6 años, parece lógico pensar que también llevará varios años arreglar ese desaguisado.
Además, el país está endeudado hasta las trancas. Cuando el responsable de este desastre, el infame presidente José Luis Rodríguez Zapatero, llegó al poder, la deuda exterior neta de España era de 370.000 MEUR. Cuando se fue, dejó una deuda exterior neta de 960.000 MEUR.
Esencialmente, esa es la misma cifra que tenemos 4 años más tarde (unos 980.000 MEUR). Pero no es suficiente con evitar que siga creciendo: hay que pensar en repagarla. Es ridículo pensar que un país con ese lastre sea capaz de seguir pagando pensiones dentro de 25 años, cuando se jubile la generación de trabajadores actual, que es mucho más numerosa que la siguiente. Más nos vale que vayamos pensando en el futuro, ahorremos y devolvamos esa deuda.
Por lo tanto, esta legislatura ha valido para detener la caída de la economía por el barranco, y para empezar a remontar desde el pedregal del fondo. Sin embargo, todavía nos queda una buena montaña que trepar hasta alcanzar los verdes pastos de la cima.
¿Lo conseguiremos?
Llega el tripartito
Malas noticias: mucho nos tememos que no lo conseguiremos.
Salvo que ocurra un milagro, en Noviembre un tripartito formado por el PSOE, Podemos e Izquierda Unida (parece que ahora redenomidada "Ahora en Común") tomará el control del país y lo arruinará de nuevo. Entonces España dejará de ser "different", y empezará a parecerse a las Venezuelas y Grecias del mundo.
En la segunda parte del artículo veremos por qué motivo el adviento del tripartito parece ya casi inexorable, qué políticas pondrá en práctica cuando llegue y como, al cabo de 3 años, dichas políticas hundirán a España de nuevo en una profunda crisis económica.
Al final, también dedicaremos un apartado para revisar qué tendría que suceder para que nuestra previsión de cambio político y nueva crisis económica no se confirmara. En otras palabras, como sería el milagro que nos salvara de la ruina.
Pío, pío, que yo no he sido
Como sabéis, la crisis económica se produjo porque el gobierno del infame José Luis Rodríguez Zapatero provocó una explosión del crédito bancario en 2004, que a su vez detonó una burbuja inmobiliaria colosal.
Este es el gráfico de lo que sucedió (datos del Banco de España):
Pero el electorado de España no sabe esto. Los electores piensan erróneamente que la crisis fue producida por la corrupción política, que propiciaba el pelotazo inmobiliario y el desmadre en las cajas de ahorro.
Sin embargo, los lectores de la Gacetilla pueden observare que tanto promotores inmobiliarios caraduras, como políticos de medio pelo metidos en las cajas de ahorros, los ha habido desde hace más de cien años, sin que eso impidiera que España marchase como un reloj hasta 2004.
La verdadera novedad de 2004 vino del lado del crédito. Fue ese enorme pastizal (¡300.000 MEUR al año!) lo que emborrachó a los promotores y a los políticos de toda la vida, disparando sus negocios y la eslora de sus yates. Así pues, el aumento de la corrupción fue el efecto, pero no la causa.
La avalancha de crédito bancario se produjo bajo la égida de otro infame, el Gobernador del Banco de España Miguel Angel Fernández Ordoñez, alias MAFO. Cuando fue nombrado para ese cargo por el gobierno de Zapatero, MAFO carecía de experiencia alguna en regulación bancaria (lo que sí tenía era un carnet del PSOE, mucho más valioso como se demostró).
Comunicación cuidada
A pesar de ello, el desequilibrio entre la poderosísima maquinaria mediática del PSOE (particularmente en televisión, con mucho la herramienta más potente electoralmente en España) y la históricamente descuidada comunicación del PP, ha propiciado que los electores hayan interiorizado una narrativa errónea de la crisis, que culpa al partido que estaba en la oposición tanto como al que nombró al infame MAFO.
La verdad es que hay que quitarse el sombrero ante el disciplinado control mediático del PSOE. Sus antenas en prensa (El País, La Vanguardia, El Periódico), televisión privada (Telecinco, Cuatro y La Sexta) reciben consignas en tiempo real, y las difunden de forma precisa. Por supuesto, llegar hasta aquí ha exigido años de preparación y ejecución impecable. Pero el resultado es un diez: hoy el PSOE puede convencer al 30% de los electores prácticamente de cualquier cosa.
El mensaje es tan efectivo que ni siquiera la constatación de la brillante gestión económica del Gobierno popular, cuyos efectos han sido exactamente los contrarios a los que tuvo su predecesor, consigue compensarlo.
El efecto electoral de la acertada comunicación socialista es pues demoledor para el PP e, indirectamente, para España entera, puesto que un nuevo gobierno encabezado por el PSOE hundirá la economía de nuevo.
Veamos como sucederá. Empecemos por ver cual será el resultado electoral.
Ejecución perfecta
Parece cierto que el ascenso de Podemos y Ciudadanos impedirá que partido alguno alcance el número de escaños suficiente para gobernar en solitario, obligando pues a la formación de coaliciones para apoyar al próximo gobierno.
No obstante, PP y PSOE se mantienen como los principales partidos a nivel nacional. El segundo puesto del PSOE llegó a peligrar en Noviembre de 2014 a manos de Podemos, pero la oportuna afloración de los secretos financieros de este último partido a partir de Diciembre de 2014 volvió a poner las cosas en su lugar.
Fue entonces cuando repentinamente nos enteramos de los cobros bolivarianos de Juan Carlos Monedero, de los manejos caciquiles de la novia de Pablo Iglesias y toda su familia en el Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid, y de la milagrosa beca solitaria de que disfrutaba Iñigo Errejón. La publicación de esta información redimensionó el tirón electoral de Podemos.
Este fue el resultado práctico de los oportunos hallazgos periodísticos:
Para decirlo claramente, no decimos que nada de lo que se publicó sobre los manejos económicos de los dirigentes de Podemos sea falso. De hecho, Monedero tuvo que ponerse al día con Hacienda, la novia de Pablo Iglesias y su familia tuvieron que responder ante la justicia y Errejón tuvo que devolver su beca-jetapálida.
Lo que decimos es que el público se enteró de ellos en el momento oportuno: ni tan pronto como para impedir que Podemos llegase a transformarse en un aliado útil, ni tan tarde como para permitir que desbancase al PSOE.
Una cosa es que los medios afines al PSOE apoyen a Podemos como útil aliado de coalición de los socialistas, y otra muy distinta que vayan a permitir que se ponga por delante de estos. El puesto que le reservan es el de número 2 de la izquierda, pero no más.
Ahora que Podemos ya está controlado, los medios del PSOE le han devuelto su apoyo (a veces hasta límites insospechados, como cuando El País se esforzó en explicar a los fieles que la alcaldesa de Madrid Manuela Carmena es una "hechicera" dotada de "una boca sensual").
Carmena exhibe su sensual boca
Puede que a veces se pasen un poco de rosca (juzgad vosotros), pero es normal que se lo tengan algo creído, porque son unos magos. De nuevo, ejecución perfecta en comunicación. Otro 10 para el PSOE.
El efecto práctico es que el PSOE se mantiene junto con el PP dentro del selecto grupo de los 2 únicos partidos que son imprescindibles para cualquier futura coalición de gobierno.
¿Y cómo deja eso el panorama postelectoral español?
Dos partidos imprescindibles
Pues, como decimos, cualquier coalición tendrá que contener al PP, al PSOE o a ambos.
Esto último está de hecho descartado por el PSOE a nivel estratégico, en esa línea va su comunicación, y eso no le permite dar un giro rápido. El PSOE no puede acusar al PP de corrupto (su prensa lo hace a diario), y a la vez coquetear con la idea de un posible gobierno de coalición con los populares, sin arriesgarse a confundir (o incluso cabrear) a sus propios votantes.
Esa decisión estratégica, como os explicamos en Noviembre de 2014, fue planeada por el Secretario General del PSOE, Pedro Sánchez, y consiste en apostar por una coalición con Podemos. Toda la (impresionante) artillería mediática del PSOE instruye por lo tanto incesantemente a sus fieles en las maldades del PP, mientras que sobrevuela los pecadillos de Podemos. Por ejemplo, pocos socialistas reparan que Podemos ha dado el control policial de Navarra a Bildu (es de suponer que a partir de ahora, los empresarios extorsionados por ETA tragarán bastante saliva antes de acudir la Policía Navarra).
Con todo, que el PSOE niegue que vaya a pactar con el PP antes de las elecciones, no descarta necesariamente que haga justo lo contrario después de ellas. Sin embargo, eso solo sucedería en caso de pánico total. Si Podemos quedase por encima de los socialistas en las elecciones, y el PSOE se viera forzado a entrar en coalición como número 2 de los bolivarianos, los muy influyentes amigos internacionales del partido le exigirían que se apartase de Podemos y pactase con el PP.
Naturalmente, una decisión así exigiría la previa dimisión de Pedro Sánchez, pero Europa tiene suficiente con un gobierno de chiflados en Grecia, y no necesita otro igual en España.
Sin embargo, nada de eso sucederá. Como vimos más arriba, la intención de voto del PSOE se ha vuelto a situar muy por encima de la de Podemos y, lo que es todavía más importante, el PSOE ha demostrado que tiene en sus manos la capacidad de recortar las alas a Podemos en cuanto quiera, de modo que el liderazgo socialista de una futura coalición no parece estar en cuestión.
Economía en dos tardes
Antes que con Podemos, el PSOE preferiría mil veces pactar con Ciudadanos, porque el efecto de Podemos sobre la economía será el de una bomba atómica. Nada sobrevivirá.
Aclaremos que el PSOE, que es increíblemente bueno en comunicación, tradicionalmente descuida la política económica en igual medida (por decirlo suavemente). Como para demostrar este punto, el partido acaba de colocar al frente de ella a Jordi Sevilla.
La absoluta incompetencia de Sevilla quedó ampliamente probada tras su papel en el gobierno Zapatero. Sevilla fue quien dirigió a Zapatero, ante un micrófono descuidadamente abierto, la famosa frase "lo que tú necesitas saber para esto son dos tardes".
En una actitud muy reveladora, Sevilla a continuación negó todo (a pesar de que la conversación estaba grabada): "Nunca dije que enseñaría economía a ZP en dos tardes o que se puede aprender economía en dos tardes". Poco más tarde, Sevilla publicó un libro para enseñar economía, titulado justamente "La economía en dos tardes". Es todo un figura.
Este ex-maestro de Zapatero es quien Pedro Sánchez va a colocar al frente de la economía española el año próximo (salvo que se produzca el milagro, como veremos más adelante). Pues a pesar de ello, hasta el PSOE es capaz de entender que el efecto de Podemos en la economía será el que ya hemos visto en Venezuela y Grecia.
En otras circunstancias, las lunáticas recetas económicas de Podemos habrían sido menos problema, pero el PSOE tiene reciente la memoria del efecto electoral que acarreó el último desastre económico que ocasionaron desde el gobierno de España. Un eventual pacto con Ciudadanos permitiría evitar que se reproduzca.
Ciudadanos selectivos
Lamentablemente para los socialistas, el pacto con Ciudadanos no será posible. Como veremos el PSOE sacará unos 100 escaños, y Ciudadanos únicamente unos 20 escaños. Eso les deja imposiblemente lejos de los 176 que suponen una mayoría absoluta. Una coalición PSOE + Ciudadanos está descartada del todo, por motivos matemáticos.
Un mal menor para el PSOE sería entonces liderar una coalición a 3 con Podemos y Ciudadanos simultáneamente. El problema es que Ciudadanos no picará ni borracho. Si ir de segundo en una coalición ya es electoralmente malo de por si (que se lo pregunten a los Liberal-Demócratas británicos), ir de tercero es todavía peor. El electorado percibe al partido menor como enteramente prescindible, a la hora de votar en sucesivas elecciones lo harán por el partido líder de la coalición, o por la oposición.
Tanto es así, que Ciudadanos ya ha anunciado cual sería su escenario tripartito ideal: una coalición PP + Ciudadanos + PSOE. Eso permitiría al partido de Albert Rivera presentarse como el justo medio que modera los extremismos a su izquierda y su derecha, en un acuerdo transversal con potencial para contar con buena acogida popular.
Pero, como habéis notado, ese pacto dejaría al PSOE como segundo en la coalición (¡ni hablar del peluquín!), y encima con la desventaja de ser percibido como uno de los extremos de la misma. El PSOE se resistirá a esto todo lo que pueda.
Coaliciones posibles
Bien, pues ya veis que eso reduce bastante las coaliciones posibles en la práctica.
Tienen que contener al PSOE o al PP, pero no a ambos a la vez. Además, Ciudadanos no quiere ir de comparsa en una coalición entre PSOE y Podemos.
Eso solo deja 2 posibilidades abiertas:
1 - PP + Ciudadanos
2 - PSOE + Podemos + Izquierda Unida (la que hemos bautizado como "el tripartito")
Vale, pues ya está. ¿Y cual de ellas ganará las elecciones?
Tripartito en cabeza
Bueno, pues esta es la intención de voto que vienen dando las encuestas a ambas coaliciones:
Como podéis apreciar, la coalición de PP + Ciudadanos recuperó mucho terreno antes de las elecciones municipales, pero luego se ha estancado.
El gráfico de arriba trata a todas las encuestas publicadas de igual forma. Sin embargo, no se os debe escapar que más o menos la mitad de las que se publican están sesgadas descaradamente en uno u otro sentido. De hecho, es curioso observar como cada medio usa una empresa de encuesta de forma casi exclusiva. Curiosamente, el negocio de las encuestas parece ser el único que en pleno siglo XXI todavía está dominado por una serie de chiringuitos más o menos caseros.
Así pues, hemos hecho un análisis algo más preciso de la ventaja que el tripartito mantiene sobre la coalición PP + Ciudadanos, para verla con más precisión.
Este ha sido el resultado:
En este cuadro parte del resultado de las elecciones al Parlamento Europeo de 2014 (en rojo), y lleva marcados en naranja los resultados del CIS (la mejor encuesta con diferencia). Las demás encuestas las hemos dividido entre creíbles (marcadas en verde) y publicadas por medios que las sesgan sistemáticamente en uno u otro sentido (esas van en gris).
No hemos considerado el resultado de las elecciones municipales, porque Podemos se presentó con una coalición distinta en cada ciudad, y no sabemos cuantos votos sacó en total.
El resultado de este análisis, como veis, es que el tripartito no solo parece conservar una cierta ventaja sobre PP + Ciudadanos, sino que dicha ventaja si acaso estaría creciendo desde las elecciones municipales.
Reglas de reparto
Bueno, pues si parece clara la ventaja en votos del tripartito, a estas alturas merece la pena empezar a estudiar como quedará el reparto de escaños tras las elecciones municipales. Ahí el resultado es un poco diferente.
La norma electoral española, con circunscripciones electorales provinciales y atribución de escaños según la Ley D'Hont, lleva aparejada una prima a los partidos nacionales mayoritarios y a los nacionalistas, a costa de los partidos nacionales de implantación menor.
En el pasado, las víctimas de esta ley han sido el extinto CDS, Izquierda Unida y UPyD. En estas elecciones, las principales víctimas serán Ciudadanos e IU. Veamos como sucederá en la práctica.
Fijaos en el gráfico que os incluimos abajo. En él se representan todos los resultados electorales conseguidos por los partidos políticos nacionales en elecciones generales habidas desde 1978, donde se muestra el porcentaje de voto conseguido, y el número de escaños resultante.
Hemos marcado en rojo los escaños asignados al ganador de cada elección, en naranja los asignados al segundo, y en azul los asignados a los demás, es decir, al tercero y el cuarto (cuando lo ha habido, que no siempre).
En el gráfico se aprecia claramente que el sistema da ventaja al partido ganador: los puntos rojos tienen más escaños que los naranjas incluso habiendo sacado en ocasiones menor porcentaje de voto. En esta ocasión, esta peculiaridad favorecerá al PP, que va por delante del PSOE.
También podéis ver como los partidos pequeños reciben proporcionalmente menos escaños por porcentaje de voto: mientras que los grandes se ponen en 150 escaños con el 40% del voto, a los pequeños un 10% del voto solo les alcanza para 20 escaños.
Veamos ahora el gráfico ampliado de los partidos pequeños.
En este caso, hemos marcado en amarillo los escaños correspondientes al tercer partido, y en verde los que tocaron al cuarto partido (cuando lo hubo).
Podéis apreciar como, al contrario que en el caso anterior, no el sistema no parece premiar al tercero por encima del cuarto. Ambos sacan un número de escaños parecido cuando obtienen porcentajes de voto similares.
El resumen de las reglas es, por lo tanto, el siguiente: hay premio para los 2 grandes, y premio adicional para aquel de ellos que gana.
Vale, pero ¿como aplicará eso en las elecciones generales de este otoño?
Vamos al grano
Las elecciones de este año son un poco especiales en algunos sentidos. Para empezar, son las primeras en las cuales es probable que haya 5 partidos nacionales: PP, PSOE, Podemos, Ciudadanos e IU. Hasta ahora nunca ha habido más de 4.
En segundo lugar, en estas elecciones el primer y segundo partido sacarán menos votos que nunca. Así pues, tendremos que extrapolar bastante los resultados de elecciones anteriores, y nuestro margen de error será algo mayor. Aun así, creemos que las conclusiones a las que llegaremos son bastante sólidas, como veremos.
Para estimar el reparto de escaños, hemos utilizado los resultados de intención de voto de la última encuesta del CIS. No solo es reciente (se publicó el 5 de Agosto), sino que además parece encontrarse más o menos en la línea de las últimas encuestas no sesgadas publicadas por la prensa. Hoy por hoy, el CIS es quien realmente sabe.
Bueno, pues estos son los escaños que hemos calculado:
Por lo tanto, así es como quedan las coaliciones que consideramos:
¡Ahí va, qué sorpresa! ¡Si PP + Ciudadanos quedan por delante!
¿Quiere decir eso que finalmente no habrá relevo en La Moncloa?
Pues mucho nos tememos que, lamentablemente para nuestro porvenir económico, la interpretación correcta no es esa, sino la que se deriva de esta otra tabla:
Lo que va a suceder tras las próximas elecciones generales es que gobernará el Tripartito, apoyado por los nacionalistas.
Más nacionalistas que nunca
La dispersión del voto a los partidos nacionales hará que en el próximo Congreso haya más diputados nacionalistas que nunca.
Desde que se promulgó la Constitución en 1978, los nacionalistas han tenido un promedio de 32 escaños en el Congreso. Su mejor resultado hasta ahora fue de 38 escaños. Bien, pues este año se van a llevar el premio gordo: no solo marcarán plusmarca, llegando hasta 50 escaños, sino que serán imprescindibles para gobernar.
Esto es particularmente importante este año, porque justamente en Septiembre se producirán las elecciones autonómicas catalanas, planteadas como un plebiscito sobre la independencia por una coalición entre Convergencia y ERC. Bueno, pues no bien se hayan celebrado esas elecciones, hete aquí que Convergencia y ERC se situarán en posición de dar órdenes al gobierno de España. Maravilloso.
¿Pero con cual de las 2 posibles coaliciones pactarán los nacionalistas?
Verdades de perogrullo
Pues vamos a repasar grupo por grupo:
Convergencia, con el Tripartito sin duda. Es imposible que pacten con una coalición que incluya a Ciudadanos, un partido surgido justamente como respuesta contra el nacionalismo catalán.
ERC, otro tanto. Además de lo anterior, ERC recuerda con cariño su gobierno conjunto con el PSC en Cataluña, donde consiguió imponer todo su programa a los socialistas sin esfuerzo aparente (incluso la eliminación de la educación en su lengua materna a los alumnos castellanoparlantes de Cataluña).
El PNV acaba de recibir gratuitamente del PSOE el Ayuntamiento de Vitoria, arrebatado al PP, que había quedado primero en las elecciones, gracias a los votos socialistas. El PNV sin duda apoyaría al Tripartito en el gobierno central.
Bildu, partido hermano de Podemos, en lo venezolano y en su defensa de los etarras, sin duda apoyaría al tripartito.
Coalición Canaria acaba de cerrar un acuerdo de gobierno autonómico en Canarias con el PSOE. Ellos también apoyarían el tripartito.
El BNG gallego, hermanado políticamente con ERC y Bildu desde hace tiempo, hará lo que digan estos y, por lo tanto, apoyará al tripartito.
El PRC gobierna Cantabria en coalición con el PSOE. Otro voto más para el tripartito.
Compromís, la filial de Convergencia en Valencia, ya gobierna con el PSOE. También apoyarían al Tripartito.
Mes, la filial de Convergencia en Baleares, igualmente gobierna con el PSOE y apoyaría al Tripartito.
Únicamente el Foro Asturias y UPN desde Navarra apoyarían a PP y Ciudadanos. Lo malo es que esos dos partidos sumarán juntos apenas 2 escaños.
Así pues, los partidos nacionalistas y regionalistas apoyarán al tripartito en proporción de 48 escaños a 2. Gobernará el tripartito sin duda. Esta es nuestra conclusión:
Resultado: gobernará Pedro Sánchez.
¿Y entonces qué pasará?
Tenerlo claro
Pues vamos a verlo.
Pedro Sánchez montará un gobierno presidido por él, y apoyado por una coalición de muchos partidos ultraizquierdistas (Podemos e IU) e independentistas (Convergencia, ERC, Bildu), junto con algunos un poco más moderados.
Otorgará el Ministerio de Economía a Jordi Sevilla (el famoso maestro de economía de Zapatero). Acto seguido tendrá que hacer un programa de gobierno.
Más déficit por Cataluña
Cabe estar seguros que la negociación de la independencia catalana será lo primero que su gobierno encuentre sobre la mesa. El PSOE ya ha dicho que su receta consiste en cambiar la Constitución para reconocer la "singularidad catalana". En román paladino, eso quiere decir conceder a Cataluña los privilegios forales vascos.
Dichos privilegios resultarán en una fuerte merma de ingresos para el Estado. Con el fin de evitar que eso se haga patente a la población, Jordi Sevilla evitará reducir los gastos en cuantía similar. Menos ingresos con los mismos gastos equivaldrá a más déficit del Estado.
Entre tanto la Generalitat, que nadará en la abundancia de sus nuevos ingresos extras, disparará sin duda su gasto, para que los electores catalanes noten cuanto antes los beneficios de conseguir sangrar al Estado sin contrapartida política alguna (que no la habrá). Más ingresos y más gastos, mismo déficit.
Y si el déficit del Estado sube, y el de Cataluña no baja, el déficit público global aumentará.
Más déficit por Podemos
En segundo lugar, Sánchez tendrá que lidiar con la aguerrida presencia de Podemos en la coalición gobernante. Sabedor de la maldición de ser segundo en una coalición, el líder de Podemos Pablo Iglesias se esforzará en mantener un perfil político independiente del gobierno a toda costa. No habrá día que no salga en prensa con una nueva ocurrencia.
De qué ocurrencias se va a tratar ya os lo podéis imaginar. Podemos lleva una lista entera de nuevos gastos en su programa, de modo que Iglesias cuenta con munición casi inagotable: renta mínima generalizada, nuevos organismos y entes públicos para albergar a sus colegas de la facultad de Políticas (cobrando, claro), incremento del número de funcionarios y del sueldo de cada uno de ellos, incremento de las becas, mejora y extensión del PER, aumento de las prestaciones a parados, recuperación de la sanidad universal, eliminación del copago de medicamentos...
Por supuesto, Iglesias criticará cualquier intento de Jordi Sevilla por recaudar impuestos a cualquiera que carezca de título nobiliario, luego los nuevos gastos dispararán el déficit.
Entre tanto, Pedro Sánchez estará también atareado en el frente judicial. Con varias docenas de investigaciones pendientes sobre personas clave del partido (incluyendo al ex-Presidente del PSOE Manuel Chaves), Sánchez intentará taponarlas con componendas en la Fiscalía, la Audiencia Nacional, el Tribunal Constitucional.
Lamentablemente, dichos trapicheos se harán rápidamente públicos en una prensa ya resabiada tras la crisis, y cuando esto suceda, Pablo Iglesias se encontrará con oportunidades doradas para disparar contra su socio de gobierno.
Una vez más, nos viene a la memoria como Iglesias llamó "tonto" y "subnormal" al socialista Antonio Carmona, como a pesar de ello Sánchez obligó a Carmona a votar por la candidata de Iglesias a la Alcaldía de Madrid, y como incluso así Carmona terminó expulsado de sus responsabilidades en el partido. Menos mal que Iglesias no llegó a pedir la cabeza de Carmona, sino igual Sánchez nos lo ejecuta de verdad. ¡Puf!
Obligado por Iglesias, Sánchez se verá presionado sobre sus pretensiones de aumento del gasto. Como Sevilla técnicamente es un completo inútil, será incapaz de advertir a Pedro Sánchez sobre el coste real de cada una de las ocurrencias de Pablo Iglesias. Trabajando con solo 102 diputados, bajo presión y pobremente aconsejado, Sánchez embarcará al Estado en nuevos gastos una y otra vez.
Este no es solo un pronóstico, sino que ya está sucediendo. Sabedor de que tendrá esas reclamaciones sobre la mesa en pocos meses, Sánchez ya ha optado por incorporarlas directamente al programa electoral del PSOE.
El resultado del descontrol será un inmediato incremento del déficit público. La cifra de 2015 será del 4,2%, pero a partir de ahí volverá a crecer.
Dada la inercia heredada, 2016 todavía será un buen año para la economía española. Con el empleo boyante, Sevilla se podrá todavía permitir publicar previsiones de déficit descabelladamente optimistas.
Consecuencias inevitables
Sin embargo, en 2017 empezarán a publicarse las cifras de déficit reales, y la Eurozona advertirá que el nuevo régimen fiscal de Cataluña y los nuevos gastos de Podemos han sacado a España de la senda de consolidación fiscal, y amenazan con convertirla en una nueva Grecia.
Así pues, la Eurozona se pondrá particularmente exigente con los presupuestos de 2018. Atrapado entre Convergencia e Iglesias por un lado, y la Eurozona por otro, Sánchez no conseguirá aprobar los prespuestos de ese año, y optará por convocar elecciones anticipadas.
Para entonces, el daño hecho habrá sido ya inmenso. El déficit creciente se apilará sobre una deuda que ya era muy alta al llegar Sánchez a gobierno, de modo que los mercados empezarán rápidamente a hacer cábalas sobre un posible impago de la deuda española.
Cuando eso suceda, y sabedor que se aproximan elecciones anticipadas, Iglesias encontrará su oportunidad de oro para reclamar una "auditoría" de la deuda, como antesala de un impago voluntario. Los mercados, que ven la enorme deuda aumentar, oyen hablar de "auditoría" y están escaldados por Grecia, se cerrarán rápidamente a las nuevas emisiones de deuda del Estado español.
Puesto que el Estado debe renovar unos 200.000 MEUR al año, la retirada de los mercados producirá casi inmediatamente repercusiones en la liquidez del Estado, que introducirá recortes de gasto, pero solapadamente. Así, volverán a dilatarse los plazos de pago de las administraciones públicas.
Los graves problemas de financiación del Estado, así como la inminencia de elecciones anticipadas (en las cuales Podemos se vería reforzado a costa del PSOE de Sánchez, presentado como corrupto e incumplidor) espantarán los proyectos de inversión, a la espera de que escampe. La creación de empleo se paralizará, o incluso revertirá.
Los problemas financieros del Estado y el fin del crecimiento harán mella sobre la reputación de los bancos españoles. Los accionistas temerán una repetición del caso griego y las acciones bancarias españolas caerán, haciendo imposible a las entidades ampliar su capital si fuera necesario. Se hará evidente que en tal caso dependerían del BCE.
Con los socios de la Eurozona mosqueados porque el déficit está volviendo a subir, el BCE escatimaría en ayuda a los bancos españoles. Dada la experiencia del caso griego, muchos españoles sacarán sus ahorros del país. El corralito puede acechar.
Y cuando esta sea ya la situación, entonces habrá nuevas elecciones, y en 2018 por fin nos libraremos del gobierno tripartito.
Pero hasta entonces, las vamos a pasar canutas, ya os lo adelantamos.
Caray. Entonces ¿no hay otra posibilidad más que padecer el tripartito durante un trienio, y chuparnos otra crisis como la que acabamos de superar?
Esperando el milagro
Pues como casi siempre, sí existe otra posibilidad. El problema es que la otra posibilidad es muy poco probable.
Está basada en la creación de empleo. El ritmo actual es altísimo, casi 600.000 puestos anuales, y eso tiene un fuerte valor político, porque con un salario en el bolsillo las cosas se ven de otra forma.
Una parte esencial del apoyo electoral de Podemos viene de una generacion de jóvenes que han sufrido la crisis de forma desproporcionadamente dura, por vía de la falta de oportunidades de empleo. En la medida en que eso se corrija, el apoyo por las lunáticas imbecilidades bolivarianas que en economía propone Podemos puede descender.
El efecto de la creación de empleo, sin embargo, queda amortiguado por el de la cesación del pago de prestaciones de desempleo a los parados más antiguos. Por ese motivo, ese efecto ha sido leve hasta Marzo de 2015, pero está siendo superior desde entonces. Veamos qué potencial tiene.
Y desde luego, también existe la posibilidad que los votantes del PP en 2011 entiendan la importancia de estas elecciones, y voten de nuevo por ese partido. El voto de protesta a Ciudadanos (un partido perfectamente serio y más que votable en cualquie otra situación) es no solo inútil, sino contraproducente, si el resultado es llevar al poder un PSOE endeble, zarandeado por Convergencia y Podemos.
Un aumento del voto para el PP desde el actual 28% hasta el 35% sería necesario, siempre y cuando Ciudadanos mantuviese el 11% actual. La suma de los dos partidos, en cualquier caso, tendría que superar el 46% del voto (el CIS los coloca en el 39%).
Así pues, como sucedió a Pandora, la esperanza es lo último que se pierde. Por eso nos gusta tanto ese relato. ¿Comprendéis?
¡Suerte a todos!