lunes, 2 de enero de 2012

Economía - Previsiones para 2012

Bueno, otro año cierra y, según la ya rancia costumbre de la Gacetilla, vamos a publicar nuestra previsión sobre qué nos depara el año entrante. Y como también es tradicional, vamos a empezar por ver qué pensábamos al principio del año pasado sobre lo que sucedería este año, para ver qué tal nos fue.

2011 casi según lo previsto...

Revisando ahora nuestra tabla de previsiones para 2011, el primer comentario es que, en general, la previsión fue acertada. Preveíamos que se amortiguase la crisis, pero que esta proseguiría hasta 2012, o sea que íbamos generalmente bien orientados. Sobre esta línea general, nuestro principal error fue que estimamos que la recuperación de la economía sería algo más débil de lo que resultó ser. Donde nosotros pensábamos que el PIB terminaría con crecimiento cero, mientras al gobierno sostenía que crecería el 1,3%, finalmente resultó que efectivamente sí creció algo (0,7%)

La principal razón para este crecimiento fue, una vez más, el incremento del gasto público en año electoral. Ya os mostramos en un artículo anterior el gráfico de uno de nuestros indicadores favoritos, que refleja la diferencia entre el crecimiento de los pagos por importaciones de bienes y servicios de España, frente al crecimiento de los cobros por exportaciones de los mismos conceptos. Como sabéis, el gráfico muestra los períodos de fiesta en forma de picos, mientras que los de ajuste quedan reflejados en forma de vallles. Vedlo aquí de nuevo.

Pinchad en el gráfico para ampliarlo

En esta ocasión, llamamos vuestra atención sobre la parte del gráfico que corresponde al año 2011. Ved como antes de cada una de las dos convocatorias electorales del año (las autonómicas y municipales de Mayo, y las generales de Noviembre), el gráfico hace un pico. Eso es debido a que el gobierno abrió el grifo del gasto justo antes de cada momento electoral. Aunque finalmente la maniobra gubernamental fue inútil, y el partido oficialista cosechó sendas derrotas igualmente, esa fue la razón para que efectivamente se registrase un leve crecimiento en 2011, que nosotros no habíamos previsto.

...pero no del todo

Sin embargo, otro aspecto de nuestra previsión para 2011 también fue erróneo, en este caso el error fue mayor, y además no tenemos excusa.

Al comenzar el año, nosotros predijimos que el déficit exterior se reduciría considerablemente durante el año, previendo que acabaría el ejercicio en unos 23.000 MEUR. Lamentablemente para todos (pero sobre todo para nosotros), nos equivocamos, y el déficit finalmente será considerablemente mayor (unos 41.000 MEUR).

Aunque la importancia del dato de déficit corriente sea un tanto oscura, lo cierto es que esa cifra es clave, porque no podremos decir que el país ha concluído su necesario ajuste hasta que ese déficit se haya liquidado totalmente. Así pues, el efecto de un error de esta magnitud (18.000 MEUR) es añadir casi un año más a nuestra previsión de duración de la crisis.

Parte del error es también producto de la imprevista munificencia preelectoral oficialista de 2011. Sin embargo, se trata de una parte pequeña (unos 2.000 MEUR). El resto del error tiene origen técnico, es decir, se debe lisa y llanamente a que nos equivocamos. Ahora sabemos por qué.

Nostra culpa

Cuando se recrudeció la crisis en 2009, uno de sus efectos fue el cierre de la economía española sobre si misma. La demanda interna se desvió repentinamente hacia los productos nacionales, de forma que el peso en la economía nacional de las importaciones de bienes y servicios cayó un 36%.

Ese efecto se invirtió en 2010, cuando el peso de las importaciones aumentó el 13%, Nuestro error se produjo porque pensamos que la inversión se había debido únicamente a la política gubernamental de “brotes verdes” (léase aumento del gasto público a ultranza). Por lo tanto, una vez liquidada esa política a partir de Mayo de 2010, creímos que el peso de las importaciones sobre la economía real se estabilizaría.

Bien, pues resulta que no ha sido así. En 2011, el peso relativo de las importaciones todavía ha aumentado otro 5%, y eso ha sido lo que ha provocado los otros 16.000 MEUR de error en nuestra predicción.

Verdad y consecuencia

Más allá de la causa del error (¡qué rollo, madre!), la implicación es que ahora pensamos que el ajuste tendrá que ser más largo y, por lo tanto, ahora creemos que la crisis no terminará hasta el último trimestre de 2013. Lo sentimos mucho, pero esto es lo que hay.

La nueva predicción tiene ciertas implicaciones negativas adicionales. Aunque la cifra de empleo al cierre de 2011 se parecerá bastante a la que previmos el año pasado (habrá una diferencia de unos 100.000 puestos, más o menos), la prolongación de la crisis implica que ahora pensamos que se perderán más puestos de trabajo.

La destrucción de empleo comenzó en 2008. Entonces previmos que la crisis duraría entre 3 y 6 años, y que se destruirían entre 2 y 3 millones de puestos de trabajo. El año pasado, pensábamos que la crisis terminaría al final de 2012 (habiendo durado pues cuatro años y pico), con la destrucción de 2.000.000 de empleos raspados. Hoy, por el contrario, creemos que se irá hasta 2013, y que serán más bien 2.700.000 empleos los que se pierdan en total.

En el lado positivo, tenemos que decir que ya hemos aguantado más de 3 años de crisis, y la pérdida de unos 2.100.000 empleos. Obviamente, sin embargo, lo malo es que nos quedan casi 2 años, y 600.000 empleos más hasta que levantemos la cabeza. Ved aquí pues nuestra tradicional tabla de previsiones actualizada:


2008

2009

2010

2011

2012

2013

2014

Crecimiento PIB

0,9%

-3,6%

-0,3%

0,7%

-0,7%

1,7%

2,0%

Paro

(último trim.)


18,7%

20,4%

22,8%

24,5%

24,3%

23,7%

Empleo (miles)

18.531

17.808

17.580

17.255

16,864

16.916

17.052

Déficit corriente (MEUR)

-104.675

-54.481

-48.404

-41.298

-25.837

-8.416

7.449

Inflación

1,5%

0,9%

2,5%

2,4%

1,0%

1,5%

1,5%

En fin, muchachos, ya lo veis. Tranquilidad y a aguantar, que la cosa todavía va para largo. ¡Pero ya queda menos!

Entrelíneas - Ajuste duro

La semana pasada, el nuevo Gobierno reveló que el déficit público 2011 de España estárá cerca del 8% del PIB, y anunció inmediatamente un ajuste mucho más duro de lo previsto. Inmediatamente, el entourage mediático del PSOE se apresuró a rasgarse las vestiduras, reprobando que este endurecimiento no haya sido objeto de debate “durante la campaña electoral”.

Según proclaman, el Presidente Mariano Rajoy tendría que haber convencido al electorado en primer lugar que el gobierno saliente falseaba la cifra de déficit público, para después convencerles también que los recortes resultan por lo tanto inevitables. En otras palabras, Rajoy tendría que haber dado 2 malas noticias de golpe, en plena campaña electoral, y con casi toda la televisión en contra (¿por qué motivo se retrasó la venta de La Sexta hasta pasadas las elecciones?).

Ya, claro. Como os podéis imaginar, en la Gacetilla tenemos nuestra propia opinión sobre el asunto.

Uy, lo qué ha dicho

Al margen de que resulte sonrojantemente hipócrita acusar al rival político de no haberse ocupado de desmontar las mentiras que uno mismo sostiene, es fácil comprender por qué este sector lamenta que Rajoy actuase como lo hizo.

Parece probable que no escape al cálculo de quienes le acusan que una parte significativa del electorado es incapaz de (o simplemente no desea) seguir un razonamiento político mínimamente complejo, tanto menos de absorber dos malas noticias seguidas. Que este sector de la población resulta muy sencillo de manipular es un hecho que el PSOE ha venido utilizando en su propio beneficio electoral durante años sin grandes escrúpulos (pensad en la famosa deducción de 400 EUR, que apenas sobrevivió al año electoral).

Ahora son estos quienes lamentan que Rajoy no haya cometido el error de ponerles ese recurso en bandeja nuevamente. Pues es más fácil pues comprender la amargura de su lamento que el optimismo de su pretensión.

Seamos serios

Un breve análisis apunta a que, en realidad, pocos pueden sentirse efectivamente engañados por Rajoy.

Los electores pueden seguramente dividirse en 2 amplios grupos. Quienes creyeron la previsión de déficit público que daba del gobierno saliente, fueron engañados por este que, según resulta ahora palmario, no dejó de mentir de forma contumaz hasta pasada la campaña electoral (recordad como la vicepresidenta económica Elena Salgado insistía el 28 de Noviembre que el déficit quedaría en el 6%).

Y el grupo de quienes no la creyeron, puede a su vez dividirse en dos. El primer subgrupo se compone de aquellos que igualmente no votaron por el PP, y por lo tanto difícilmente pueden proclamarse víctimas de engaño a título personal. Recordamos que este subgrupo incluye a quienes incluso llegaron a hacerse cómplices del engaño gubernamental, votaron por el PSOE a pesar de todo, y deben pues tener menos queja que nadie. El segundo subgrupo es el de quenes no creían la previsión de déficit del PSOE y votaron de hecho por el PP de Rajoy. Es de suponer que estos estarían ya preparados para que se revelase tarde o temprano que el dato real era peor que la previsión oficial, y que los ajustes serían pues presumiblemente más duros que lo anunciado en campaña.

Trabajo por objetivos

Nosotros sostenemos que es más que probable que Rajoy hiciera lo correcto, en términos políticos y dadas las circunstancias. Hay que recordar que su primer objetivo, aquel en función del cual cobra su bonus (si permitís el símil), era el de desalojar del poder al PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero, que llevaba años hundiendo a España con una rara mezcla de decisiones extrañamente inexplicables, sectarismo a ultranza e incompetencia pura y dura, Una vez alcanzado ese objetivo primario, el secundario era el de obteneer una mayoría suficiente para poder gobernar sin tener que pactar con los grupos minoritarios. Y a fe que ha conseguido ambas metas con plenos resultados.

Los ahora recién sobrevenidos deontólogos del PSOE soslayan alegremente que José Luis Rodríguez Zapatero no dijo en campaña que fuese a permitir que las niñas de 16 años abortasen sin avisar a sus padres, que fuese a nombrar ministra sin mérito alguno a la ahijada de Manuel Chaves, que fuese a imponer un canon digital a toda la población al servicio de sus magníficamente agradecidos amigos de la farándula, que fuese a triplicar el número de soldados españoles en Afganistán, que fuese a colaborar con la erradicación de la enseñanza en español de la escuela pública catalana, ni que fuese a cerrar el conjunto monumental del Valle de los Caídos. Y eso que Zapatero ni siquiera pudo en esos casos aducir que actuase obligado por emergencia alguna.

Vamos al grano

Lo cierto es que se diría que son pocos quienes votan por un Presidente en función de lo que este cree que va a hacer durante la campaña electoral, dada la limitación de los datos con que el candidato cuenta en ese momento. Es más habitual votar más bien en función de como piensa cada candidato, y de como se espera por lo tanto que reaccione ante las circunstancias que se vayan produciendo en el devenir de sus 4 años de mandato previsto.

La mayor parte del país (o eso creemos nosotros) está pues ya curada de espantos. Lo que quiere es que Rajoy haga lo que tenga que hacer, pero que termine de una vez con esta crisis de nunca acabar. Una vez ganadas las elecciones, en eso es en lo que le va ahora su bonus. Y parece que él lo sabe. Rajoy ha presentado las subidas de impuestos como temporales, y dentro de 4 años vamos a tener la oportunidad de comprobar si esa afirmación era cierta después de todo.

Pues hala, Mariano, gánate el bonus, sácanos de esta, y ya verás como todavía terminamos haciéndote un monumento.