Coinciden los eruditos en opinar que no hay vicio más feo entre los autores pretendidamente prestigiosos que el de citarse a si mismos. Al cometer esa grave falta, no solo se delata la vanidad probablemente pedante del culpable, sino que transpira su temor real que los interlocutores desconozcan su obra, presumiblemente por tratarse de literatura harto prescindible.
Esa norma, aunque cruel con los menos afortunados, hace las delicias de los analistas de economía y política, que no podrían estar más de acuerdo en aplicarla. De hecho, hozan en ella dichosos como cochinillos en cenagal. Sin embargo, y como os habréis adivinado, su gozo se debe a motivos espurios. Para un analista, que tiene por obligación profesional hacer de oráculo, citar sus propias predicciones pasadas puede convertirse en un verdadero calvario, en función de lo desacertadas que estas puedan haberse revelado ante el implacable escrutinio del tiempo.
Pensad por ejemplo en el, probablemente (tampoco los conocemos a todos) peor analista del panorama español del momento, José Carlos Díez. El bueno de José Carlos, cuyo único mérito es el de dirigir la sección de análisis del chiringuito bursátil (Intermoney) del amigo (Carlos Arenillas) del presidente (José Luís Rodríguez Zapatero), nos ha deleitado con algunas de las más bochornosas predicciones del panorama nacional. Por ejemplo (nosotros sí que le citamos):
1 – Crecimiento PIB España 2010 (previsión de Abril de 2010): 0,7% (era el único analista de todo el mercado que no preveía caída). Resultado real: -0,3%.
2 – Crecimiento del PIB Alemania segundo trimestre 2009 (estimación Abril 2009): “caída libre”. Resultado real: +0,5%.
3 – Euribor (previsión Abril 2009): no bajará de 1,5%. Resultado real, sí lo hizo, y así lleva 2 años seguidos.
Etcétera.
Bueno, pues cerrado el momentillo de pitorreo profesional, volvamos a lo nuestro. En nuestra modestia (figura retórica, ya sabési que nada de modestia), esta Gacetilla sí que cita a si misma. La principal razón es que, por vanidosos que seamos, no tenemos ni la menor duda de que es menos que improbable que nadie, salvo nuestro núcleo duro de lectores verdaderamente avezados, esos campeones de la información, sea capaz de citarnos una sola vez (es que el populacho está desinformado). Pero también, en honor a la verdad, porque nos gusta ver cuando acertamos y (como sucede también, qué le vamos a hacer) también cuando nos equivocamos.
Qué pensaba la Gacetilla
Hoy conocemos por fin el resultado de las elecciones municipales y autonómicas del 22 de Mayo de 2011. Antes de pasar a analizarlo, veamos pues qué dijimos sobre ellas en el pasado. Allá va:
“En nuestra opinión, la debacle electoral espera a un PSOE todavía en el gobierno en Mayo de 2011. Tras 1 año de aplicación de impopulares recortes de gasto, con los tipos de interés subiendo, con los impuestos ya más altos y con el déficit público todavía por encima del 10% del PIB a pesar de todo, nada salvará al partido del desastre.
A partir de entonces, al partido puede presentarse no ya una duda electoral, sino un problema existencial parecido al que acabó con el Partito Socialista Italiano en los noventa. En un panorama ya sin IU, UPyD puede haberse configurado como una alternativa sólida ya en muchos municipios e incluso autonomías. En ese sentido, el riesgo de dar a UPyD otro año para reforzar su discurso y sustituir al PSOE como principal partido de la oposición, puede parecer insoportable a los cuadros socialistas. En tal caso, ya no habrá resistencia gubernamental capaz de parar el anticipo electoral.
Todo suponiendo, como suponemos, que finalmente el caso de Grecia se resolverá dentro de Europa de forma no enteramente traumática, claro.”
Esta nos mola mucho. Recordad que en Febrero de 2010 el presidente Zapatero todavía no había anunciado los recortes de gasto, de modo que esta predicción tiene bastante mérito. Ahora bien, nos columpiamos un poco prediciendo el fin de IU. A esta fecha, ahí siguen.
“Entonces llegarán las elecciones municipales y autonómicas de Mayo de 2011, y de nuevo batacazo para el PSOE. Este será el peor de todos, porque el partido puede tener que enviar al paro a la mitad de sus miles de cargos electos en todo el país, lo cual tendrá una repercusión enorme en términos de disciplina en su organización.”
Ayer, el PSOE ha perdido 2.200 concejales. Solo es el 9% de los que tenía, pero 2.200 compañeros van al paro.
Pero también ha perdido 470 alcaldías (el 20% de las que tenía) , luego no es de suponer que un número todavía superior de cargos de confianza se irán también al paro. Suponiendo que el número de cargos de confianza sea 1 por cada 2.100 habitantes (el ratio del Ayuntamiento de Madrid, no todos los cargos a tiempo completo), entonces hay unos 220.000 cargos de confianza en España, lo que equivale a unos 28 por ayuntamiento. Por lo tanto, lo probable es que el PSOE haya perdido ayer unos 13.000 cargos de confianza. Otros 13.000 compañeros al paro.
Todavía es peor, suma y sigue. Porque la pérdida del PSOE ha estado concentrada en los grandes ayuntamientos, que son los que tienen dinero para financiar a las fundaciones cercanas al partido y a sus sindicatos amigos, asociaciones de memoria histórica, federaciones feministas y vecinales de izquierda, etc.. El PSOE, que gobernaba en 23 capitales de provincia, sólo ha conseguido mayoría absoluta en 3 de ellas. A falta, pues, de pactos electorales, el partido ha perdido cerca del 80% de los fondos que controlaban esas administraciones. Es casi imposible estimar con ninguna finura el impacto en número de afectados, pero podemos imaginar que la cifra estará en el orden de las decenas de millares.
No acaba la cosa aquí, puesto que los ayuntamientos controlan otras instituciones, como las Diputaciones Provinciales, las Mancomunidades de aguas y Confederaciones Hidrográficas, etc., de las cuales puede que el PSOE pierda capacidad de control en todas. Y se trata de entes que controlan mucha obra pública, que ha sido una fuente de dinero corrupto en el pasado.
Y ahora vamos con las comunidades autónomas. Tras haber perdido Cataluña en Noviembre de 2010, el PSOE probablemente ha perdido ayer (a falta de conocerse el resultado de los pactos) todas las que tenía, excepto Extremadura. En el caso de Canarias, podría entrar al gobierno, pero ejerciendo de segundo tras Coalición Canaria y, por lo tanto, sin posición de control real. De nuevo, las cifras son horribles para el ecosistema clientelar del partido, porque los gobiernos autónomos controlan todavía más poder subvencionador (volvemos a las fundaciones y asociaciones de amigos del partido), más capacidad de inversión en obra pública y además controlan lo que queda de las cajas de ahorros (particularmente sus obras sociales). Todo eso queda ya fuera del alcance del PSOE y amiguetes.
“Una de las consecuencias políticamente más peligrosas de las elecciones municipales y autonómicas puede ser la consolidación de UPyD como tercera fuerza en muchos foros.
Si la escisión socialista UPyD consigue ese resultado en alguna comunidad autónoma (Madrid en primer lugar), puede fácilmente convertirse en una alternativa de izquierda moderada muy peligrosa para el PSOE, por la escasa distancia ideológica que separa a ambos partidos, y por la gran permeabilidad que puede existir a la hora de atraer a cuadros del PSOE descontentos con la gestión de su actual directiva.”
Bueno, pues ya está: UPyD ha conseguido 8 escaños en la Asamblea de Madrid. El PSOE, que hace años que dejó de inquietarse por IU, tiene rival en la izquierda.
Como de costumbre, eso no es todo. El partido ya no podrá gobernar ni uno solo de los grandes ayuntamientos de la Comunidad Autónoma de Madrid en solitario, con la libertad que eso ha venido confiriendo. Fijaos en Torrejón, ciudad de la cual procede Trinidad Rollán, que el PSOE insistió en mantener como número 2 en el partido aun cuando fue condenada por corrupción: el PP ha obtenido el 69% de los votos, contra un 15% de los socialistas. Esto nos parece lógico a todos menos, quien sabe por qué motivo, a la dirección del partido socialista.
Incluso donde el PSOE probablemente siga gobernando, los resultados han tremendos. En Parla, el partido ha pasado del 74% del voto al 37%, lo cual hace inevitable preguntarse qué sucederá en el futuro, particularmente teniendo en cuenta que ahora UPyD ha entrado en el consistorio, y que el PSOE sufrirá competencia cierta en su espectro electoral más afín.
Medidas desesperadas
Así anocheció ayer. Entonces se produjo una de las sorpresas de la jornada, la imprevista comparecencia del presidente Zapatero, para anunciar que no convocaría elecciones generales anticipadas. ¿Por qué se vio impelido a hacer eso? Recordad que Zapatero se había pasado toda la campaña defendiendo la aparentemente razonable posición que estas eran elecciones municipales y autonómicas servían para elegir alcaldes y presidentes autonómicos, y que no constituían pues ninguna suerte de plebiscito sobre su propia gestión al frente del gobierno central. ¿A qué viene, pues, esa comparecencia pública tan inesperada?
Pues por supuesto que hay un motivo. Se trata de una intervención hecha para consumo interno del PSOE. Ahora nos explicamos.
Aunque para la mayor parte del público esto no sea evidente, la perspectiva de haberse quedado súbitamente sin puestos para varias decenas de miles de amigos es un problema real y práctico que el PSOE tiene perfectamente claro. Tened en cuenta que el partido tiene 220.000 afiliados “con derecho a voto” (es decir, reales, de los que pagan su cuota), de modo que van a ser muchos de ellos quienes tengan un problema personal, familiar, o en su entorno de amistades y lealtades más directo, por esta causa.
Y lo que es peor, incluso aquellos que conserven sus puestos, habrán perdido gran parte de los privilegios que estos les habían venido otorgando, puesto que parece evidente que durante unos años el excedente presupuestario que alimentaba el flujo de jugosas subvenciones va a desaparecer y además, posiblemente, el dinero proveniente de arriba va a dejar de concentrarse en los ayuntamientos gobernados por el PSOE. Es pues previsible que los cargos del partido que queden tengan tanto menos capacidad de movilización, como menos incentivo para usar la poca que efectivamente les quede.
Siendo esta la situación, es inevitable que en el partido haya despertado bruscamente del sueño hipnótico en el cual las indiscutibles dotes de persuasión de Zapatero le han tenido sumido incluso después de que fuera evidente el resultado de la gestión. Estando así las cosas, lo probable es que cunda el descontento de la base con los responsables de este desastre, identificados naturalmente con la actual dirección del partido. La oposición interna, que había estado hasta ahora replegada fuera del alcance del radar de la dirección, no puede evitar ver una oportunidad dorada para demandar un cambio en el vértice.
Argumentos no le van a faltar. Con el país arruinado, es imposible que la habitual herramienta del gobierno Zapatero para atajar los problemas (inundándolos con dinero) pueda volver a utilizarse antes de que concluya el ajuste económico, el cual durará entre 18 y 24 meses desde que empiece. Ya sabéis, en ese sentido, que el gobierno detuvo de nuevo el ajuste económico en Diciembre de 2010, y que en Febrero de 2011 (último mes del cual tenemos datos) dicho ajuste todavía no había vuelto a arrancar.
Con un máximo de 10 meses antes de las próximas elecciones, es imposible que quede tiempo para realizar el ajuste restante. Por lo tanto, lo probable es que el actual gobierno evite meterse en líos, y se niegue en la práctica a hacer ajuste alguno hasta entonces, tratando así de legarle ese pastel en herencia envenenada al gobierno que le suceda (con sus mejores deseos, y un lazo rojo).
Esta, sin embargo, es una política peligrosísima, como el PSOE descubrió (por las malas) el año pasado. El margen de riesgo sobre el bono español está de nuevo en máximos históricos. Como haya cualquier nueva crisis internacional de aquí a las próximas elecciones, España correrá el riesgo de tener que ser rescatada de nuevo por la Eurozona (eso suponiendo que la Eurozona pueda, y quiera). Y al igual que sucedió en Mayo de 2010 con el primer rescate (que no fue formal en aquella ocasión), la Eurozona exigirá, para intervenir, nuevos ajustes a España. Recordamos que los ajustes que hubo que hacer en la primera ocasión fueron recortes salariales a los funcionarios, congelación de las pensiones, elevación del IVA y de la edad de jubilación. Como haya que implantar una nueva ronda de medidas similares, la catástrofe electoral que puede producirse en las elecciones generales va a dejar pequeña a la de ayer. Dicho de otra forma, retrasar las elecciones hasta Mayo de 2012 supone jugarse el futuro del partido a una carta desesperada.
Es prácticamente seguro pues que todo el mundo en el PSOE, con la salvedad naturalmente del grupo que actualmente lo controla, vea la perspectiva de agotar la legislatura con justificado horror. No tengáis la menor duda de que, mientras vosotros leéis estas líneas, los cuadros del PSOE se están telefoneando frenéticamente unos a otros por este motivo. Justamente para evitar que se produzcan esas conversaciones, y para poder presentar a todo el que participe en ellas como poco menos que un traidor a la causa, es por lo que ayer tomó Zapatero la medida de anunciar públicamente que no habrá elecciones anticipadas.
Elecciones anticipadas
¿Y las habrá, de hecho? Ya saben nuestros lectores más avezados que la predicción política de la Gacetilla es que finalmente, el instinto de supervivencia se impondrá en el PSOE y que, por lo tanto, sí habrá elecciones anticipadas. En honor a la verdad, sin embargo, tenemos que decir que no estamos completamente seguros.
En primer lugar, ya nos equivocamos sobre este asunto anteriormente. Si bien venimos previendo desde 2007 que esta legislatura sería corta, lo cierto es que, cuando conocimos la velocidad de la crisis (no habíamos previsto el efecto inducido por coincidir una crisis internacional a la vez que la interna específicamente española), pensamos que las elecciones podrían anticiparse incluso en 2010. Nos equivocamos (sin perjuicio de que estamos convencidos que, a fecha de hoy, todo el PSOE está pensando que habrían hecho mejor convocándolas). Pero la dirección del partido jugó entonces bien sus cartas y no hubo elecciones.
En esta ocasión, la dirección sigue haciendo bien su jugada nuevamente, aunque ello haya sido a costa de hundir todavía más al partido. Zapatero ha anunciado su retirada de tal forma que, en la práctica, ha nombrado sucesores a alguno de sus ministros, asegurando de ese modo una cierta continuidad del actual equipo, incluso si venciera en las próximas primarias Alfredo Pérez Rubalcaba (donde su heredera favorita es Carme Chacón). Simultáneamente, ha neutralizado con ese pacto al núcleo de viejas glorias felipistas que eran su principal preocupación interna. Y después ayer, con una agilidad digna de mejor causa, faltó tiempo al presidente para poco menos que anunciar la excomunión de todo aquel que osare plantear la conveniencia de elecciones anticipadas dentro del partido.
Lo mejor para todos
Ya, pero ¿qué nos conviene a los demás? Pues, por supuesto, que entre un nuevo gobierno cuanto antes. No solo porque será el nuevo gobierno quien acometa por fin la segunda mitad del ajuste, y acabe por fin con esta crisis interminable, sino porque no conviene infravalorar la acreditada capacidad del actual gobierno para producir daños adicionales, cual animal herido.
El primero de los daños adicionales produjo ayer su efecto. Bildu, la nueva recomendación electoral de los amigos ETA de toda la vida, consiguió el control de los fondos gestionados por decenas de ayuntamientos, sin que ETA haya anunciado su disolución o, todavía menos, haya entregado las armas ni el dinero. Es decir, poco menos que por toda la jeta. Como es aparente, la necesidad perentoria por parte del gobierno de encontrar argumentos electorales fuera del (imposible) ámbito económico, ha tenido su papel en esta situación. Y por si fuera poco, se ha llegado a este punto tras dejar, parafraseando al fiscal del PSOE Cándido Conde-Pumpido, enfangados de lodo hasta las pestañas a la fiscalía, la Audiencia Nacional y el Tribunal Constitucional.
¿Acertaremos nuestra previsión esta vez? Pues, como de costumbre, podréis no estar de acuerdo con nosotros pero, al menos, no podréis decir que no nos mojamos. Y, por lo que habéis visto, tampoco que nos cortamos al citarnos a nosotros mismos. Suerte a todos.