martes, 21 de julio de 2009

Crisis - ¿Corralito en España para 2010?

No, no estamos de broma. Se trata de una pregunta muy seria. Y ahora os explicaremos por qué es tan seria.

Ayer publicó el Banco de España que las familias españolas se han pulido, entre Marzo de 2008 y Marzo de 2009, 256.000 MEUR en acciones y participaciones.

Fregado a la vista

Pero eso no es lo peor. Es que encima sucede que a las familias ya solo quedan 465.000 MEUR. Es decir, que a este ritmo, las familias se quedarían (en teoría) sin un solo duro en acciones en 22 meses (a contar desde Marzo de 2009), o lo que es lo mismo, se quedarían secas en Enero de 2011.

Y de nuevo, eso tampoco es lo peor. Lo peor es que detrás de las acciones pueda venir el asalto por las familias a sus depósitos bancarios, lo cual podría tener consecuencias dramáticas para los bancos.

Veréis. Sucede que las familias españolas tienen casi todo su dinero sólo en 2 cosas: inmuebles (viviendas y terrenos) y activos financieros (efectivo, cuentas corrientes, acciones y fondos).

En el caso de los activos financieros casi todo el dinero de activos financieros está básicamente repartido en 3 grandes partidas (de nuevo, datos del Banco de España):

1 - Efectivo y bancos, 805.000 MEUR
2 - Acciones y participaciones en fondos, 465.000 MEUR
3 - Reservas técnicas de aseguradoras, 251.000 MEUR

El punto 3, las reservas técnicas, no realmente dinero disponible. Se trata de dinero que las aseguradoras tienen invertido para abonar, llegado el caso, las indemnizaciones que correspondan a sus beneficiarios.

Eso solo deja 2 partidas. Una de ellas (las acciones) se está agotando rápidamente, y ya hemos visto que a este ritmo le queda año y medio.

Y ahí viene lo grave.

¿Puede empezar una retirada masiva de depósitos bancarios?

Durante los 2 años que han pasado desde que empezó esta crisis con la tormenta de las subprime, los bancos han conseguido que las familias no retiren el dinero a base de ofrecer remuneraciones cada vez más elevadas (relativamente) por el dinero que se deposita en ellas. Es ya raro el banco que no ofrece al público un tipo de interés descaradamente mayor que el que en teoría le costarían esos mismos fondos en el mercado interbancario.

Pues bien, si las familias españolas siguen perdiendo dinero a este ritmo, antes de que pasen esos 18 meses que en teoría quedan para que se les agoten las acciones que tienen, empezarán a retirar dinero de sus depósitos. Y no habrá rentabilidad que pueda disuadirlas, puesto que habrán agotado sus otros recursos y no tendrán más remedio que tirar de estos.

Muchos españoles ya están en esa situación. Al producirse la tormenta de las subprime en Agosto de 2007, 8.900.000 españoles tenían algún dinero en fondos. En Mayo de 2009 (último dato disponible) ya sólo quedaban 5.800.000. Es decir, en lo que va de crisis 3.100.000 españoles ya han dejado de tener ningún dinero en fondos. Y esto no ha acabado.

Naturalmente, si los bancos se encontraran repentinamente con una enorme cantidad de solicitudes de retirada de depósitos simultáneamente, pues no podemos descartar que uno de ellos llegara a tener problemas para atenderla.

Y un eventual impago por el banco más débil podría desatar una reacción en cadena que tumbase al siguiente, y luego al siguiente... en cuyo caso el Gobierno podría verse forzado a tomar decisiones radicales: y así fue como Argentina implantó el corralito, una ley de emergencia que racionó el dinero que podía sacarse de los bancos.

¿No es posible?

Naturalmente, el Gobierno ha preparado el FROB, un fondo de 99.000 MEUR destinado a evitar que llegue a caerse ningún banco.

Pero claro, por otro lado, el Presidente del Gobierno sigue arengando para que se siga consumiendo en lugar de ahorrando, el Gobierno sigue presionando a los bancos para que presten más, el Gobierno sigue con su plan de aumentar el salario mínimo, el Gobierno ha prometido un tercer año de subsidio a los parados, el Gobierno quiere subir más las pensiones públicas, el Gobierno acaba de dar 11.000 MEUR anuales más a las comunidades autónomas, el Gobierno va a reducir las cotizaciones a las empresas, el Gobierno quiere firmar un "pacto local" en Septiembre para dar más dinero a los ayuntamientos, y el Gobierno sigue empeñado en que todos veamos ya "brotes verdes".

¿Os parece que el Gobierno tiene alguna intención de impedir que los ciudadanos se sigan puliendo sus ahorros a toda pastilla?

De modo que pensadlo. Ayer ha dicho el Banco de España que las familias han liquidado 256.000 MEUR en fondos y acciones en un año, y que ya sólo les quedan 465.000 MEUR más.

Pues estas son las cifras. ¡Buena suerte a todos... che!

domingo, 12 de julio de 2009

Postcrisis - ¿Y después, qué?

En la Gacetilla tenemos a gala que nuestros lectores están acostumbrados a contar con previsiones macroeconómicas que contrastadamente son las mejores del panorama económico español. No es muy modesto. Pero es cierto.

Adelante con la publicidad

En 2005 predijimos que España entraría en una crisis a partir de 2007. En Mayo de 2007, cuando todavía iba todo viento en popa, reiteramos nuestra predicción. Finalmente, en Agosto de ese año se desató efectivamente la crisis en España. Vino detonada por el problema de las subprime en EE.UU. (esto no lo predijimos), pero si no hubieran sido las subprimes, habría sido otra chispa la que habría prendido la misma hoguera.

Ya en otoño de 2007, predijimos que se trataría de una crisis muy larga (dijimos 3 a 6 años). Ahora esa parece que se trataba una verdad de perogrullo, pero entonces muchos ni siquiera veían crisis alguna.

Más tarde, en Noviembre de 2008, afinamos un poco más, y dijimos que la crisis duraría hasta 2012.

Y finalmente, ya este año, admitimos que tal vez sería algo más corta, y ahora creemos que terminará al final de 2011.

Viéndolo en perspectiva, no está mal. Creemos que venimos prediciendo el ciclo bastante bien y, si nos comparamos con los demás analistas (por no hablar del Gobierno), desde luego tenemos un historial envidiable. Y todo en función de nuestro propio análisis fundamental, que ya sabéis que en este restaurante la cocina es casera.

Bueno, pues mientras que el Gobierno sigue insistiendo que esto es cosa de 6 meses (como viene haciendo desde hace ya casi 2 años), y el FMI descubre que también tendremos recesión en 2010 (más vale tarde), nosotros vamos a empezar a olvidarnos de la crisis y plantearnos qué sucederá después, cuando esta por fin acabe en 2011. Es decir, vamos un poco más allá, que ya toca.

¿Como estaremos cuando esto termine?

En 2011 terminará la crisis económica porque España saldrá de la recesión, el crecimiento del PIB dejará de ser negativo, y dejará de destruirse empleo. Sin embargo, muchas otras características de la recesión seguirán con nosotros durante una larga temporada.

La enorme deuda externa nos acompañará durante décadas

Para empezar, tras 7 años de Gobierno Zapatero, el país habrá acumulado ya cerca de 1 billón de EUR de deuda externa (desde los 0,3 que había cuando se fue Aznar).

Dicho en otras palabras, al irse Aznar cada español debía unos 7.000 EUR al extranjero, pero cuando acabe la crisis, cada uno deberá unos 22.000 EUR. O lo que es lo mismo, la típica familia española, formada por papá, mamá, Carlitos y Anita, habrá pasado de tener una deuda de 28.000 EUR con el extranjero, a haber acumulado ya 88.000 EUR.

Este salvaje crecimiento de la deuda ha sido a causa del comportamiento argentino del Gobierno, en el sentido que básicamente se ha gastado todo lo que había, y después ha gastado también todo lo que le han prestado. Y naturalmente, como muy bien saben nuestros primos argentinos, los países siempre acaban pagando las consecuencias de haber elegido a los gobiernos que se han dado. Pues España no será menos.

Para empezar, la enorme pelota de deuda acumulada tras 7 años de Zapatero, tardará probablemente otros 20 años en levantarse. Es imponente ver como finalmente será una generación entera de españoles quien pagará el resultado de la elección que el país hizo un histórico día, al calor de los atentados del 11-M. Financieramente, eso sucederá porque las restricciones al crédito continuarán más allá del final de la crisis en 2011.

El sector privado comenzará a reducir su enorme endeudamiento acumulado ya durante 2009, de modo que llegará a 2011 en una situación mucho más saneada. Sin embargo, el sector público para entonces habrá hecho lo contrario.

Según estimaciones de The Economist de esta semana (que nos parecen razonables), el déficit público alcanzará el 12% del PIB. A eso hay que sumar otro 9% adicional que consumirá el fondo de rescate bancario, que no computa en déficit pero que igualmente hay que financiar. Por lo tanto, cuando lleguemos a 2011 el sector público seguirá absorbiendo cantidades enormes de dinero, que no llegarán a empresas ni familias.

Todavía nos quedarán años de crisis inmobiliaria

Siendo esa la situación, la crisis inmobiiaria todavía durará varios años más. Nuestra previsión actual es que durará hasta 2015, si bien los últimos datos apuntarían a un pequeño acortamiento (tal vez a 2014), pero que no tenemos calculado bien. En cualquier caso, está claro que aquellos de vosotros que estáis considerando comprar una casa o una finca de campo, tranquilos, que todavía vais a ver mucha sorpresas positivas.

Sin embargo, los que queráis vender, no deberíasis prometéroslas muy felices. El stock de vivienda sin colocar es enorme. Hay 1.300.000 casas empezadas, a medio construir o terminadas sin vender, donde lo normal sería que hubiera 300.000. Por lo tanto, el stock debe disminuir en 1.000.000 antes de que los precios dejen de estar presionados a la baja, y estando el crédito restringido como lo estará, eso nos llevará hasta 2015.

El paro también seguirá con nosotros durante años

El empleo tampoco se recuperará rápidamente. Tened en cuenta que la destrucción de empleo que estamos viviendo, a un ritmo de más de 1.200.000 empleos perdidos cada año, es pavorosa.

Para que podáis comparar, al llegar Zapatero a La Moncloa en 2004, cuando España famosamente creaba más de la mitad de los empleos de la Eurozona, únicamente se creaban 450.000 empleos al año.

En otras palabras, hoy se destruye empleo a una velocidad casi triple de aquella con la cual se creaba empleo en tiempos de bonanza. Por lo tanto, incluso si se llegara a crear empleo a la misma velocidad de 2004 (cosa improbable por la montaña de deuda externa acumulada ahora), se tardaría 7 años en recuperar el empleo destruido durante esta crisis. Por lo tanto, lo cierto es que se tardará tal vez 15 años, tras el fin de la crisis, en deshacer los daños producidos.

Las consecuencias sociales de esto último serán muy profundas.

El mercado laboral español (18.000.000 de empleos hoy) está dividido entre los funcionarios (3.000.000) y el sector privado (15.000.000).

Y el sector privado, a su vez, entre quienes tienen un empleo fijo (9.000.000), y quienes únicamente cuentan con un contrato temporal, o son autónomos (6.000.000).

Pues bien, durante la crisis los funcionarios están viendo crecer tanto su número como sus emolumentos.

En el sector privado, sin embargo, la mayor parte de los trabajadores van a ver congeladas sus retribuciones. Sin embargo, los que tienen contrato fijo todavía no han experimentado (como colectivo) pérdida de empleo alguna.

De momento, la práctica totalidad de los 1.500.000 puestos de trabajo ya perdidos han sido de trabajadores temporales y autónomos.

De aquí a que termine la crisis, se perderá otro 1.500.000 empleos. En la Gacetilla, suponemos que no se perderá ningún puesto de funcionario, que 2 tercios de los que se pierdan en el sector privado de aquí en adelante corresponderán a trabajadores temporales y autónomos, y el tercio restante a fijos.

Por lo tanto, al final de la crisis no habrá perdido su empleo ningún funcionario, se habrán ido al paro 500.000 de los 9.000.000 de trabajadores fijos, y también estarán en el paro 2.500.000 de los 7.500.000 de trabajadores autónomos y temporales que trabajaban antes de comenzar la sangría. En otras palabras, esta crisis mandará al paro al 0% de los funcionarios, al 6% de los trabajadores fijos y al 33% de los trabajadores temporales. La desproporción es palmaria.

Por otra parte, todos esos parados se habrán beneficiado del extraordinariamente generoso sistema de subsidios español, que es directo responsable de que nuestro nivel de desempleo sea sistemáticamente mayor que el de nuestros vecinos europeos, tanto los que son más ricos, como los que son más pobres que nosotros. Nadie tiene a tanta gente en paro, y no ya durante la crisis, sino incluso en tiempos de bonanza.

Este sistema implica que, mientras el trabajador medio español goza de 30 días de vacaciones pagadas cada año, ese mismo trabajador medio cobra nada menos que 42 días de paro subvencionado cada año también. En otras palabras, el español medio pasa más tiempo cada año cobrando el paro que de vacaciones.

Dicha generosidad ha sido, además, recientemente aumentada, al descubrir el Gobierno que llegará inexorablemente a las próximas elecciones con más de 4.000.000 de parados. Ese descubrimiento le ha llevado a aprobar un mecanismo para que sigan cobrando subvención incluso aquellos parados que llevan más de 2 años sin trabajar, con el mal disimulado fin de maximizar el número de parados que lleguen cobrando a la próxima jornada electoral.

Por lo tanto, cuando acabe la crisis, habrá unos 4.500.000 ó 5.000.000 de parados. La cifra exacta dependerá de como se manipule la estadística. De hecho, la manipulación, que era previsible, ya ha comenzado.

En efecto, es curioso notar que ya en Junio de 2009 se ha conseguido que, a pesar de que el empleo haya disminuido respecto al mes anterior, también ha disminuido simultáneamente el paro. Tanto, que a pesar de que efectivamente se había destruido empleo, el Presidente Zapatero se permitió presumir de que ha sido "uno de los mejores Junios de la historia" ante la prensa.

De los 4.500.000 de parados, calculamos que unos 2.000.000 estarán todavía subvencionados, al terminar la crisis. El resto ya habrán agotado para entonces su subvención y por lo tanto estarán más presionados para encontrar efectivamente empleo. Pero incluso aquellos que estén todavía subvencionados perderán su subvención rápidamente, puesto que la mayoría de los puestos de trabajo se perderán entre Junio de 2008 y Diciembre de 2010.

La mayor parte de estos parados serán antiguos titulares de contratos temporales, un perfil que estadísticamente (aunque con las naturales excepciones) corresponde a personas menos cualificadas.

Es decir, que a partir del final de la crisis nos encontraremos con un grupo enorme de parados, generalmente poco cualificados, y que se encontrarán sin subvención o cerca de perderla. Estos se afanarán por encontrar trabajo en una economía todavía sin acceso al crédito bancario.

Puesto que simultáneamente el Gobierno ha reiterado su intención de seguir revisando fuertemente al alza el salario mínimo, muchos proyectos empresariales que no pueden permitirse pagar salarios mayores (tales como los de hostelería o call-centers) no saldrán adelante. El resultado de esta situación tendrá consecuencias sociológicas muy serias.

Creación del proletariado del siglo XXI

La primera será la acentuación de la división social, con la separación de parte de la actual clase media, para constituir el nuevo proletariado del siglo XXI.

En función de los números de empleo, creemos que esta nueva clase estará constituida por cerca de un 15% de la población total. En ella tendrán cabida buena parte de los inmigrantes recientes, pero también muchos españoles, especialmente aquellos para quienes la relajación del estándares educativos que propició la LOGSE no evitó que dejaran los estudios antes de tiempo.

Estos trabajadores tendrán dificultades enormes para encontrar empleo, durante un período de tiempo muy largo. Y eso sucederá en un entorno que ha estado propiciando activamente las familias monoparentales (el número de divorcios ha pasado de unos 50.000 a 100.000 desde la reforma de la ley en 2005), el aborto (que también ha pasado de unos 50.000 a unos 120.000 al año), y en un contexto de sustrato familiar-religioso muy diferente al tradicional en el país, y que tanta estabilidad ha proporcionado en crisis anteriores.

Pero esa no esas no son las únicas desgracias que afectarán a los nuevos proletarios: el crimen subirá todavía más, y las clases desfavorecidas serán las principales víctimas.

El sistema penal español, en el que no existen las estadísticas más básicas (¿alguien sabe cuantos asesinatos hubo en 2008? ¿fueron más o menos que el año anterior?), permite a todos los gobiernos proclamar que han reducido la criminalidad, por evidentemente falso que sea.

La principal preocupación gubernativa actual es evitar que aumente la población carcelaria. Como consecuencia, ya es un hecho que ningún reo por asesinato, sin excepción, llega a cumplir los 15 años de reclusión antes de ser devuelto a deambular libremente por su ciudad. Y naturalmente, los delincuentes infraencarcelados tienden a producir más conflictos e inseguridad en los barrios de población más humilde. Pues esta regla no cambiará en el futuro.

El resultado, es que cuando termine la crisis podremos empezar a ver en España el tipo de ghettización social que nos resulta hoy más típica de América.

El regreso de la economía sumergida

Volviendo al lado económico, la presión de esta gran masa de trabajadores en busca de empleo, conjuntamente con la presencia de un salario mínimo implanteable para muchas empresas, y con el fuerte aumento de la presión fiscal que conllevará la lucha contra el desbocado déficit público, devolverá a España a los tiempos negros de la economía sumergida.

Efectivamente, al igual que en los '80, volveremos a convivir rutinariamente con la presencia de sectores enteros básicamente dominados por el pago en negro. Previsiblemente, se tratará de las mismas actividades que entonces: hostelería, oficios (albañilería, fontanería...) y todas aquellas en las cuales la necesidad de encontrar empleo sea mayor que la oferta de puestos capaces de superar el imposiblemente elevado listón oficial.

Bueno, pues ya está: al acabar la crisis, dejará de reducirse el PIB y el empleo, pero tendremos un país endeudado hasta las pestañas, todavía en medio de una crisis de vivienda que durará varios años más, en el que aumentarán dramáticamente los impuestos y que se habrá sometido a si mismo exigencias tales, que no será capaz de crear el empleo que necesita, durante más de una década.

Y como consecuencia de ello, se habrá creado una nueva clase de proletarios del siglo XXI, compuesta por inmigrantes y españoles poco cualificados, que será víctima del paro endémico, el trabajo en negro, la inestabilidad familiar y el crimen.

¡Caray! ¿Y las buenas noticias?

Llegan las buenas noticias

Pues alegraos, porque también las hay.

Afortunadamente para nosotros, la crisis internacional acabará mucho antes que la española.

El año 2010, la Eurozona ya saldrá de la crisis. Y tras ella irán primero Gran Bretaña y después EE.UU.. Para cuando acabe nuestra crisis, al final de 2011, todos esos países estarán ya creciendo a ritmo saludable. Y eso nos beneficiará, por dos vías.

La primera son las exportaciones. De forma casi desapercibida, las exportaciones españolas han venido comportándose mejor que las de nuestros vecinos porque, al contrario de lo que suele predicarse, la industria española (o mejor dicho, la radicada en España, incluso de propiedad extranjera) es relativamente fuerte. Por ese motivo, no es imposible que nos llevemos alguna sorpresa positiva en cuanto a la evolución de nuestras exportaciones.

La segunda es la inversión. Esta Gacetilla apuesta a que cambiará el Gobierno, y que el nuevo Gobierno fijará entre sus prioridades el mantenimiento de España en el Euro. Y decimos esto porque, en los próximos meses, dicho mantenimiento se pondrá en cuestión, tanto desde fuera de España, como también desde dentro.

Pues bien, la permanencia en el Euro marcará la diferencia entre el destino económico de la España socialista y la Argentina peronista. Nos obligará a hacer los inevitables sacrificios antes de que sea tarde, pero enviará a los inversores extranjeros una inequívoca señal de estabilidad a largo plazo.

Y la inversión extranjera en España será clave. No sólo la inversión productiva, como sucede en las economías emergentes, sino incluso la potenciamente enorme inversión de las familias y las pymes europeas en nuestro país.

Porque efectivamente, España ha construido un enorme pool de activos reales (tales como 25.000.000 de viviendas en un país de 46.000.000 de habitantes), cuya venta puede ser clave en la resolución del problema de la deuda externa.

Saldremos adelante, pero cuanto nos va a costar

En sumario, la crisis terminará en 2011. Para entonces, el país estará todavía gravado por las consecuencias de 7 años de malgobierno económico, y algunas de ellas durarán todavía años o incluso décadas, y tendrán fuerte impacto social. Pero a pesar de ello, un cambio de rumbo económico, apoyado en los activos que este país todavía tiene, puede conseguir el milagro y, si todo va bien, que abandonemos la ruta argentina y volvamos a la senda que nunca debimos haber abandonado.

Suerte a todos.