viernes, 29 de julio de 2011

Elecciones - El día de la trompeta

“No entiendo a los franceses”, comentaba un amigo a otro. “Que llamen a la puerta ‘porte’, bueno; que llamen al cielo ‘ciel’, vale; pero el queso... ¡el queso! ...que le llamen ‘fromage’... ¡Si se ve que es queso!”

Lo cierto es que nadie recuerda que hubo un momento en su vida en el cual aprendió a hablar, y que antes de entonces el queso podía haber sido queso, fromage, cheese o cualquier otra cosa. Y es que el ser humano tiene una innata capacidad para sobrevalorarse, lo cual probablemente es bueno porque la confianza tiene el don convertir párvulos pigmeos en tronantes gigantes. Todos aquellos que han presenciado incrédulamente el fatigoso esfuerzo que necesita desplegar un niño de 4 años para hacer algo tan banal para nosotros como escribir la letra “F” sin salirse del cuadradito saben de qué hablamos. Y otro tanto puede decirse de todos aquellos que pierden la paciencia enseñando a sus hijos (o a sus novias) a conducir.

Los analistas, sin embargo, no gozan de tal privilegio de desmemoria. Sus conclusiones quedan reflejadas por escrito, y expuestas por tanto al riesgo del ridículo más espantoso al cabo de los años. Famoso es el caso de una de las más prestigiosas consultoras del mundo, la firma McKinsey, que recibió en 1980 el encargo por parte de uno de sus principales clientes, la poderosa multinacional AT&T, de prever cuantos teléfonos móviles habría en el mundo 20 años más tarde, en el año 2000. La consultora se documentó, hizo su sesudo análisis y regresó con su muy meditada conclusión: habría unos 900.000 móviles. Como ya sabéis, cuando de hecho llegó el año 2000, en realidad había más de 109 millones de móviles, de modo que nada pudo evitar que cada día, desde entonces, alguien recuerde a la pobre consultora la escala de su ya famoso error. No puede perder la memoria, y sufre por lo tanto lo que venimos en llamar la maldición del analista (parece el título de una novela de los Siete Secretos).

Pero a veces los analistas aciertan, y eso también sucede. Teniendo en cuenta lo triste que es vivir condenado a sufrir la maldición del analista, no podemos evitar haceros partícipes el regocijo que nos produce hoy saber que, de hecho, hemos vuelto a acertar: el presidente José Luis Rodríguez Zapatero ha anunciado hoy la convocatoria de elecciones generales para el próximo 20 de Noviembre de 2011.

Bien, pues esto es lo que publicó en su día esta (hoy más que nunca) mítica Gacetilla:

Noviembre de 2008 (podéis ver el artículo original pinchando aquí)

Esta Gacetilla, por lo tanto, mantiene su pronóstico anterior (fechado en 2007) de elecciones anticipadas en 2011.

Febrero de 2010 (podéis ver el artículo original pinchando aquí)

Como sabéis, en 2007 formulamos un escenario político central (que recordamos en 2008), que preveía la convocatoria de elecciones anticipadas en 2011. Ese sigue siendo nuestro escenario actualmente. Con la visibilidad adicional que hemos obtenido desde entonces, podemos ahora añadir algunos matices.

Para empezar, hoy dos coportunidades para convocar elecciones anticipadas: podría hacerse la convocatoria en Julio de 2010, de modo que se celebren en otoño de este mismo año (conjuntamente con las catalanas), o bien convocarlas en Julio de 2011, para celebrarlas de forma aislada en Septiembre del año próximo (...).

Si estamos en lo cierto, (...) será inevitable que muchos disconformes vean inexorable que la caída de apoyo del partido se prolongue hasta más allá de las municipales, y llamen por lo tanto al anticipo de las generales como medida preventiva. Con ello pretenderán contener los daños evitando esperar a que la ya claramente prolongada crisis mengüe más el apoyo electoral socialista. Además, una eventual derrota permitiría un relevo en el liderazgo, y abriría la puerta a posicionar al partido en un discurso político populista, crítico con los inevitables recortes, más cómodo para los sindicatos.

En esta situación, claramente los únicos que ser resistirán al adelanto electoral serán el propio presidente del gobierno y su entorno más próximo. La perspectiva de la inexorable derrota y de su subsiguiente alejamiento del poder en el partido seguramente les resultará mucho menos halagüeña que intentar esperar a que la crisis escampe.

Puede que consigan resistir. Pero será por poco tiempo. En nuestra opinión, la debacle electoral espera a un PSOE todavía en el gobierno en Mayo de 2011. Tras 1 año de aplicación de impopulares recortes de gasto, con los tipos de interés subiendo, con los impuestos ya más altos y con el déficit público todavía por encima del 10% del PIB a pesar de todo, nada salvará al partido del desastre.

A partir de entonces, al partido puede presentarse no ya una duda electoral, sino un problema existencial parecido al que acabó con el Partito Socialista Italiano en los noventa. En un panorama ya sin IU, UPyD puede haberse configurado como una alternativa sólida ya en muchos municipios e incluso autonomías. En ese sentido, el riesgo de dar a UPyD otro año para reforzar su discurso y sustituir al PSOE como principal partido de la oposición, puede parecer insoportable a los cuadros socialistas. En tal caso, ya no habrá resistencia gubernamental capaz de parar el anticipo electoral.

Mayo de 2011 (podéis ver el artículo original pinchando aquí)

[Ayer se produjo] la imprevista comparecencia del presidente Zapatero, para anunciar que no convocaría elecciones generales anticipadas (...). ¿A qué viene, pues, esa comparecencia pública tan inesperada?

Pues por supuesto que hay un motivo. Se trata de una intervención hecha para consumo interno del PSOE. Ahora nos explicamos.

Aunque para la mayor parte del público esto no sea evidente, la perspectiva de haberse quedado súbitamente sin puestos para varias decenas de miles de amigos es un problema real y práctico que el PSOE tiene perfectamente claro (...).

Siendo esta la situación, es inevitable que en el partido haya despertado bruscamente del sueño hipnótico en el cual las indiscutibles dotes de persuasión de Zapatero le han tenido sumido incluso después de que fuera evidente el resultado de la gestión (...).

Es prácticamente seguro pues que todo el mundo en el PSOE, con la salvedad naturalmente del grupo que actualmente lo controla, vea la perspectiva de agotar la legislatura con justificado horror. No tengáis la menor duda de que, mientras vosotros leéis estas líneas, los cuadros del PSOE se están telefoneando frenéticamente unos a otros por este motivo. Justamente para evitar que se produzcan esas conversaciones, y para poder presentar a todo el que participe en ellas como poco menos que un traidor a la causa, es por lo que ayer tomó Zapatero la medida de anunciar públicamente que no habrá elecciones anticipadas.

Elecciones anticipadas

¿Y las habrá, de hecho? Ya saben nuestros lectores más avezados que la predicción política de la Gacetilla es que finalmente, el instinto de supervivencia se impondrá en el PSOE y que, por lo tanto, sí habrá elecciones anticipadas (...).

¿Acertaremos nuestra previsión esta vez? Pues, como de costumbre, podréis no estar de acuerdo con nosotros pero, al menos, no podréis decir que no nos mojamos

¡Taaa-cháaan!

Hala, pues ya está. Hoy por fin (29 de Julio de 2011), Zapatero no ha tenido efectivamente más remedio que convocar las elecciones anticipadas, y ha llegado el día de la trompeta, en el cual nosotros trompeteamos jubilosamente nuestra predicción a los cuatro vientos, como si fuera una quiniela de quince.

Y es que estamos encantados de haber acertado con el anticipo hace 3 años, de haber acertado con el mes exacto ya el año pasado y ya, para rizar el rizo, poco menos que haber llamado directamente mentiroso al presidente a la mañana siguiente de que desmintiera que fuera a convocarlas. ¡Toma, Jeroma!

¡Pero si se ve que es queso!

Claro, a estas alturas ya tenía todo el mundo tan claro que las elecciones se iban a anticipar que, aunque de hecho lo sea (es que no cabemos en la camisa de gozo), nuestra acertada previsión no parece ya tan valiosa.

Pues nada de eso. Estamos como motos y, fieles a nuestros pintorescos principios, nos comprometemos hoy más que nunca a seguir destacando como faro de referencia para las masas zarandeadas por el el proceloso océano político. ¡Y a ver qué tal nos va!

lunes, 18 de julio de 2011

Grecia - Como se salvará el Euro

Hay que ver como está el Europatio. Políticos, banqueros y periodistas se telefonean, almuerzan juntos y se arremolinan en corrillos pasilleros con circunspectas caras y grave ademán. Su gesto es tan adusto que, más que de debate político, sus conversaciones parecen propias sala de espera de dentista, como si un dolor físico les fuera inminente e inevitable. Aunque bueno, ya sabéis que no es así con todos los dentistas. Había uno, famosamente, que exhibía un letrero como sigue: “Extracción de muela con dolor, 50 EUR; sin dolor, 20 EUR”. Un paciente extrañado, tras comprobar que había entendido bien el letrero, decidió sin muchas dudas pedir que su extracción de muelas fuera sin dolor, la más barata. No bien se hubo el hombre sentado, que el dentista le introdujo unos alicates en la boca y comenzó a tirar de la pieza cariada. “¡Ay, ay, ay!” exclamó nuestro pobre paciente. A lo cual replicó el dentista al punto: “¡No siga gritando, que se la cobro con dolor!”.

Ay, qué desGrecia tan grande

Bueno, pues no es para menos, porque lo de Grecia promete dolor, cuando menos en la cartera. Probablemente ya saben hasta los más desinformados qué está pasando con la crisis griega: que el Estado griego se ha arruinado y probablemente no va a pagar a sus acreedores lo que les debe. Puesto que todo el mundo sabe que los griegos pueden no pagar, casi nadie se aviene ya a prestarles. Y como el Estado griego sabe que casi nadie le presta, pues está reduciendo gasto, para ver si consigue gastar menos de lo que ingresa por vía de impuestos. Lo malo es que la reducción del gasto público provoca una caída de la actividad económica, lo cual a su vez reduce la recaudación impositiva, esto exige que el Estado griego haga nuevos recortes de gastos, y vuelta a empezar.

Así, mientras que el Estado griego intenta reducir su gasto lo suficiente como para por fin dejar de seguir teniendo que pedir prestado, lo cierto es que de momento sigue necesitando acudir a los mercados a pedir más dinero. Además, resulta que no solo tiene que financiar su déficit, sino que además tiene que pedir un dinero extra para pagar con él las deudas que acumuló en su día para financiar déficits pasados, las cuales van venciendo en estas fechas. En otras palabras, que los griegos necesitan seguir pidiendo prestado para financiar su déficit actual y también para refinanciar los déficits anteriores.

Estando así las cosas, al Estado griego no resta otra posibilidad que ofrecer intereses cada vez mayores para conseguir que los pocos que aun se atreven sigan prestándole.

Peligro a proa

¿Y qué pasaría si no consigueran el dinero necesario para ambas cosas (financiación y refinanciación)? Pues que tendrían que dejar de pagar algo, lógicamente. Parce claro que impagar a los proveedores actuales significaría paralizar el país, puesto que esos proveedores dejarían de arreglar carreteras, acudir a trabajar o suministrar a hospitales. Por eso, lo probable es que el pago que se quedaría sin atender en caso de necesidad sería el de refinanciación, es decir, los acreedores financieros que en su día prestaron para financiar déficits pasados, cuyas deudas vencen ahora.

Como os podéis imaginar, si el Estado griego dejase de pagar a sus acreedores financieros, entonces no es que ya no encontraría a casi nadie que siguiera financiándole, sino que directamente de golpe ya no encontraría a absolutamente nadie, porque aunque hay algunos prestamistas dispuestos a correr riesgos a cambio de un interés mayor, no hay ninguno que preste a quien directamente no paga.

Siguiendo con el razonamiento, si el Estado griego de golpe no tuviese quien le financiase, entonces no podría gastar estrictamente ni un Euro más que lo que cobrase por impuestos. Imaginad el escenario. Podría tener que poner de golpe a miles de funcionarios en la calle, cerrar algunas universidades, escuelas, hospitales y cárceles (indultando a muchos presos, qué suerte iban a tener estos).

Pero además tendría que reducir las aportaciones a los ayuntamientos, los cuales a su vez tendrían que racionar algunos servicios, como la recogida de basuras, que tal vez podría pasar a ser semanal en lugar de diaria... en fin, un buen fregado. Por supuesto, todo esto enmedio de un abrupto aumento del paro (empezando por los funcionarios, maestros, militares, médicos y barrenderos despedidos), de las manifestaciones radicales y quien sabe si todo a beneficio de cualquier populista o extremista. Pero si no hay dinero, pues no hay dinero.

Soluciones dracma-ticas

Lo malo de que se diera una situación así, además, es que además se crearía un problema adicional, y mayor si cabe, porque el gobierno podría estar tentado de aprobar una ley que reinstaurase el dracma, en lugar del euro, devolviendo así al Banco de Grecia la capacidad de imprimir dinero, y solucionando por esa vía los problemas más acuciantes.

Pero claro, el problema de volver al dracma, es que si se pasan por decreto los sueldos de la gente desde euros hasta dracmas, también habría que cambiar simultáneamente sus hipotecas, porque el electorado no entendería lo contrario (¡estaríamos de broma!). Claro que entonces, si se obligase a los bancos a cobrar en dracmas, habría que permitirles a ellos también que pagasen en dracmas y, por lo tanto, todas las cuentas corrientes del país se pasarían de euros a dracmas simultáneamente.

Lamentablemente, mientras que el gobierno griego tiene toda la capacidad legal (o de facto) para pasar de euros a dracmas dentro de su país, no tiene capacidad de imponer su decisión internacionalmente. Por lo tanto, aunque los bancos griegos podrían pagar a los ciudadanos griegos en dracmas, cuando se tratase de deudas que esos mismos bancos tuviesen con bancos extranjeros, estos últimos (alemanes y franceses sobre todo), exigirían seguir cobrando en euros lo que se les debe.

Esto, en si mismo no sería mayor problema. Sin embargo, hay una complicación, porque todo el mundo sabría que la razón para la vuelta al dracma sería dar al gobierno griego la oportunidad de imprimir más moneda para solucionar sus problemas, la impresión de moneda generaría inflación en dracmas y el dracma se devaluaría rápidamente respecto al euro.

Y puesto que los bancos griegos cobrarían a sus deudores (griegos todos ellos) en dracmas, pero seguirían teniendo que devolver parte de sus deudas en euros, irían a la quiebra. Naturalmente, el gobierno griego podría entonces dictar una ley eximiendo a sus bancos de la obligación de atender sus compromisos con los bancos extranjeros, pero eso es flagrantemente contrario al derecho comunitario, y entonces Grecia sería expulsada no ya de la Eurozona, sino incluso de la Unión Europea. Por lo tanto, es improbable que el gobierno griego haga una cosa similar. Por el contrario, el Estado griego podría rescatar a sus bancos, imprimiendo para ello todavía más dracmas, aun con la consecuencia de exacerbar la devaluación del dracma.

Abriendo la caja de Pandora

Parad ahora un momento y considerad el punto de vista del ciudadano griego de a pie en una situación así. Sus ahorros han sido redenominados abruptamente de euros a dracmas, la impresión de dracmas necesaria para financiar al Estado y para salvar a los bancos ha desatado una inflación pavorosa, y esta a su vez ha provocado una fuerte depreciación del dracma. En otras palabras, los 100.000 EUR que tenías ahorrados para jubilarte, se han convertido en 100.000 dracmas, que al poco tiempo ya solo valen 30.000 EUR. En otras palabras, has perdido 70.000 EUR prácticamente de la noche a la mañana.

Y ahora rebobinemos un poco, y volvamos al momento en el cual el Estado había impagado a sus acreedores financieros, y fijaos en una cosa. En cuanto se diera el impago, los ciudadanos griegos verían que el país se vería abocado a una vuelta al dracma, entenderían que se encuentran en riesgo de perder sus ahorros (por el proceso que hemos descrito), e intentarían inmediatamente sacarlos del país sin más demora. Naturalmente, no todos los griegos están tan informados, pero os aseguramos que algunos sí que lo están, y que los los demás les seguirían, provocando una auténtica estampida de ahorradores tratando de sacar sus ahorros simultáneamente, para transferirlos al extranjero.

Puesto que los bancos no pueden atender a una demanda repentina de fondos por parte de todos sus ahorradores, los bancos suspenderían pagos, y millones de ahorradores se verían abocados a reclamar sus ahorros por la vía judicial. Y ante el colapso judicial que semejante situación representaría, el gobierno griego tendría que sacar un decreto regulando (y restringiendo) el acceso de los ahorradores a sus ahorros en los bancos. Eso fue lo que pasó en Argentina en 2001: el famoso corralito alcanzaría en esta ocasión a un país de la Eurozona.

Desde Atenas hasta Frankfurt

Pero aun hay más. Pensad en los ahorradores de Irlanda o Portugal, al ver las barbas de los griegos mesar: ellos temerían ser víctimas de un problema similar, y reaccionarían intentando sacar rápidamente sus ahorros de sus respectivos países, provocando otros dos corralitos. ¿Y entonces? Tal vez los españoles harían lo propio, y quien sabe si luego los italianos, los belgas, los franceses... ¿donde terminaría la ola? Cualquier apuesta es buena.

En un escenario así, la Eurozona quedaría dividida entre los países con corralito y los que todavía tuvieran bancos normales (Alemania y tal vez alguno más). Naturalmente, todos los ahorradores colocarían su ahorro (al menos aquel del cual fueran pudiendo disponer paulatinamente) en los bancos no sujetos a corralito, lo cual haría que, en la práctica, solo quedaran en Europa los bancos alemanes, una vez que hubiesen sucumbido la mayoría de los pertenecientes a otros países.

Sigamos pensando. En tal caso, los países víctimas del corralito podrían llegar a tener mayoría de votos en el Banco Central Europeo, y tal vez pudiesen propugnar que este último prestase dinero a los bancos víctimas de las estampidas, imprimiendo para ello nuevos euros. Esta medida, sin embargo, provocaría inflación, lo cual podría ser acogido en Alemania como una declaración de guerra, lo cual podría empujar a esta último país a abandonar el Euro y reinstaurar el Marco alemán como respuesta.

Y la mera sospecha de que Alemania pudiese estar considerando su salida del Euro provocaría nuevos flujos de ahorro hacia los bancos alemanes, en una espiral que aumentaría la tensión hasta que, efectivamente, Alemania abandonase el Euro y, sin su principal miembro, y con muchos de los restantes en corralito y con un desastre financiero en curso, el Euro se liquidase para siempre como una pesadilla financiera.

Apocalypse not yet

Pero no os preocupéis, porque no creemos que nada de esto llegue a suceder. Hemos explicado este mecanismo únicamente para enmarcar qué tienen en la cabeza los actores que esta semana están discutiendo como resolver la crisis griega, pero apostamos a que efectivamente la resolverán, y ahora pasamos a describir qué opciones se están planteando y qué se hará finalmente (ya sabéis que no nos faltan ínfulas ni ambición).

Como hemos visto, todo el problema se desata si el Estado griego impaga, y nadie hace nada para remediarlo, pero (afortunadamente) no caerá esa breva. Y aquí está el meollo de la actual discusión.

El Banco Central Europeo, con Jean Claude Trichet al frente, quiere evitar el impago. Lamentablemente, esto solo puede hacerse si el resto de la Eurozona presta al Estado griego dinero para que pueda hacer frente a la refinanciación. Esto tranquilizaría a los mercados que, a la vista de que, en última instancia, Grecia ha sido rescatada, seguirían prestándole dinero. Qué bien ¿no?

Pues no, ni mucho menos. Porque resulta que es poco menos que imposible que, más adelante, el Estado griego pudiera devolver el dinero que le preste la Eurozona. La razón es que se ha endeudado tanto que nunca podrá devolver todo. Por lo tanto, lo probable es que gran parte de lo que la Eurozona preste no llegue a ser devuelto nunca. Y claro, un préstamo que no se va a devolver no es tal préstamo, sino que es un regalo. Dicho de otro modo, esta solución implicaría que el remedio para el Estado griego, que lleva años gastando más de lo que puede permitirse, y para sus acreedores, que se lo han prestado de manera hoy evidentemente imprudente, sea que al final los demás miembros de la Eurozona paguen el pato.

Victorias con dinero del vecino

Imaginaos como vendería esto el gobierno griego a su electorado: su gran tenacidad negociadora ha conseguido que, al final, los demás miembros de la Eurozona paguen las deudas de Grecia, qué gran éxito. Los electores griegos seguramente votarían por gobiernos que en el futuro prometan hacer lo mismo, y desdeñarían a quienes insistan en mantener políticas de gasto dentro de los límites de lo que el país puede permitirse sin acabar necesitando pedir regalos a sus socios.

¿Y qué me decís de los prestamistas que dieron dinero a los griegos? Saldrían encantados: han cobrado una prima de riesgo pero, gracias a su gran sagacidad, al final se habrían ido de rositas cuando las cosas se complicaron.

Y pensad como recibiriían esto los electorados de otros países con problemas similares a los griegos: nada de cierres de escuelas ni de recortes sanitarios, porque queda demostrado que, si los griegos han conseguido dinero de los socios, con tanto más merecimiento lo conseguiremos nosotros.

Por lo tanto, un regalo de dinero a Grecia provocaría que fuera más probable que en el futuro el país vuelva a pedir dinero, que también lo hagan otros países, y que encima en lo sucesivo les sea más fácil encontrar a prestamistas dispuestos, lo cual hará que, cuando haya que rescatarlos, el coste del rescate sea probablemente mayor que en esta ocasión. ¿Es esta pues una buena solución? ¿Y si no lo es, por qué la defiende el BCE?

La razón es que el BCE ve que si el Estado griego impaga, muchos bancos europeos que le han prestado dinero dejarán de cobrar, algunos entrarán por este motivo en dificultades (especialmente los mismos bancos griegos, que han prestado un dineral a su propio Estado) y no podrán devolver el dinero que el BCE les ha prestado. Y la quiebra de algún banco puede desatar el pánico de los ahorradores, exactamente igual que el corralito.

Que cada palo aguante su vela

Bien, pero entonces ¿qué alternativa hay?

Pues está claro: que impague el Estado griego, y si eso provoca que algún banco quiebre, pues entonces manejar ese otro asunto de forma separada. Esta es la postura que defienden varios países, con Alemania y en su nombre Angela Merkel a la cabeza.

¿Y quien tiene razón? Pues en la Gacetilla (como suele suceder) no tenemos dudas: Angela Merkel tiene razón y Jean Claude Trichet no la tiene. Si quiebra algún banco, pues esa será la consecuencia natural de haber prestado imprudentemente al Estado griego. Los bancos deben hacerse cargo de sus errores.

El problema puede ser (o de hecho es) que el sistema bancario europeo no está dotado todavía de elementos de control del riesgo suficientes. La razón es que, hasta que empezó la crisis, la regulación bancaria en la Eurozona estaba a cargo de cada Estado miembro. Por ese motivo, se esperaba que si un banco se iba al cuerno, el Estado correspondiente debería rescatarlo (u organizar su quiebra ordenada), de tal forma que se evitase un pánico generalizado entre los ahorradores. Desgraciadamente, para que este sistema funcione se requiere que los propios Estados sean solventes, caso que hoy no se da (al menos en el caso griego, evidentemente).

Al empezar la crisis, se tomó la medida de centralizar la regulación bancaria en la European Banking Authority. Sin embargo, la EBA dicta normas, pero de momento no inspecciona bancos ni tiene capacidad para rescatarlos. De ahí que Trichet tema una posible quiebra bancaria.

Pues quizá haya llegado pues el momento de darle esos instrumentos o, más probablemente, de establecer un mecanismo provisional que evite que se produzcan quiebras bancarias de forma temporal, mientras se pertrecha a la EBA adecuadamente. Aunque no lo diga expresamente, eso es lo que defiende Angela Merkel cuando dice, algo crípticamente, que “la contribución del sector privado en el rescate griego debe ser sustancial”. Dicho en román paladino, que el Estado no pague todo lo que debe a los prestamistas privados que le dieron dinero tan alegremente en el pasado, para que estos aprendan.

Ya no quedan tontos

No hace falta ser alemán para entender que lo que pide la Merkel es de cajón de madera de árbol. Pero tampoco está de más ponerse en el lugar los alemanes. ¿Os figuráis qué pensarían si su gobierno finalmente poco menos que regala dinero a Grecia, mientras que los bancos acreedores se van de rositas?

Pues les quedaría la sensación de que habiendo sido los griegos quienes votaron a los irresponsables gobiernos que les metieron en ese lío, habiendo sido esos gobiernos quienes no tuvieron las agallas de explicar a sus votantes donde les estaban metiendo, y habiendo sido los bancos prestamistas quienes hicieron posible todo el engaño en última instancia, al final serían los alemanes quienes tendrían que pagar los platos rotos.

E inevitablemente se preguntarían si, efectivamente, es esto en lo que consiste el Euro: los griegos (y otros caraduras) se gastan el dinero viviendo divinamente, y luego los alemanes terminan pagando el pato. Esta Gacetilla no tiene la menor duda que, de ser este el caso, el terreno estaría abonado para el ascenso meteórico de cualquier político que en Alemania propusiese abandonar el Euro, y para la efectiva implosión de la moneda única en cuanto sobreviniese la próxima crisis.

Merkel salva al Euro

Pues no señor. Angela Merkel tiene razón y, además, nos está haciendo un favor a toda la Eurozona. No se opone a prestar dinero al Estado griego, pero sí a que el préstamo sea tan grande que evite que los prestamistas sufran graves pérdidas. No solo es justo lo que propone, sino que todavía más, es la única forma de construir un futuro económico común sólido.

¿Y qué va a pasar ahora?

En realidad, es bastante sencillo. El Presidente del Consejo Europeo (el Presidente de la UE, para entendernos) está intentando convocar una reunión para dirimir si se salva a Grecia como propone Trichet o como propone Merkel. Merkel se niega a acudir a reunión alguna, hasta tanto no obtenga confirmación de que los demás socios, y sobre todo el BCE de Trichet, se avienen a pasar factura a los bancos.

Y entre tanto, el reloj sigue corriendo, el Estado griego no consigue que le preste nadie, va agotando su tesorería y, en cuanto llegue Septiembre, vencerán ciertos pagos que, si para entonces no está resuelto el problema, entonces no podrá atender.

De ahí que las caras circunpectas, el gesto adusto y el ambiente de sala de espera de dentista se extiendan, a medida que todo el mundo va entendiendo que Merkel está en lo cierto y, además, que se encuentra en posición de imponer su criterio, salvo que Grecia invada el Ministerio de Hacienda de Alemania, y se lleve la pasta por la fuerza, lo cual que no parece previsible a día de hoy.

No os engañéis, muchachos. Igual que sucedía al paciente de nuestro dentista, la Eurozona puede elegir con dolor o sin dolor, pero esta muela cariada se la van a sacar, y va a ser pronto, de modo que ¡agarráos a la silla!

viernes, 15 de julio de 2011

Entrelíneas - Deuda oculta hasta las orejas

En su canción “Pedro Navajas”, el gran Rubén Blades ponía en boca de un borracho descarado esas famosas palabras: “La vida te da sorpresas, soooorpresas te da la vida, ay, Dios...”. In vino veritas, como decían los clásicos. Qué cierto es que uno no deja nunca de sorprenderse.

Por ejemplo, con la ingenuidad de la gente, que siempre parece mayor de lo que creíamos poder concebir. Pensad, por ejemplo, en el timo de la estampita. Consiste en vender billetes falsos a un pardillo, tras convencerle de que son buenos y de que el vendedor tiene una tara mental que le impide apreciar el verdadero valor de la mercancía que está vendiendo. Se trata probablememente de la trampa más vieja en todo el repertorio picaresco nacional. Es tan añeja que que Tony Leblanc ya protagonizaba una escena basada sobre este timo en su mítica película de 1959, ”Los tramposos” (podéis pinchar aquí para volver a ver al gran Tony en plena acción). Y este timo es tan popular, que incluso tiene su propia entrada en Wikipedia.

Lo que más grande hace a este viejo y famoso timo es que, para que el engaño surta efecto, es necesario encontrar a una víctima que todavía desconozca este truco a pesar de su rancia solera y amplia popularidad,. Pues bien, aunque parezca imposible a estas alturas, no solo no es imposible seguir encontrando a una víctima propicia, sino que cada año desde 1959 hasta hoy se da algún nuevo caso (aquí tenéis uno de hace unos meses).

Bien, pues parece que en política también sucede algo parecido, aunque uno no consiga dar crédito. Vedlo si no.

Gestión financiera mejorable

Os pongo en antecedentes. Como puede que sepáis, tras 28 años de gobierno ininterrumpido del PSOE, las finanzas de Castilla – La Mancha se encuentran entre las peores de toda España. El hecho más célebre es que el único banco directamente controlado por el ejecutivo regional, Caja Castilla – La Mancha, se convirtió en Marzo de 2009 en la primera caja de ahorros intervenida por el Banco de España, tras 200 años de historia de las cajas de ahorro en nuestro país.

Y a nivel de la administración regional propiamente dicha, las cosas no iban mejor. El gobierno autonómico, la Junta de Comunidades de Castilla – La Mancha, se apuntó en 2010, contra un objetivo del 2,8%, un déficit del 6,5% del PIB regional, el peor de España. Vamos, que ni siquiera se acercaron a la diana. Y no era el primer año, puesto que la sucesión de déficits provocó la acumulación de tal deuda que, al cierre de 2010.alcanzaba los 5.800 MEUR, convirtiéndose en la tercera mayor del país entero, en relación con el PIB regional.

Tal vez gracias a esa maravillosa gestión, el 22 de Mayo de 2011 el PSOE perdió las elecciones autonómicas en Castilla – La Mancha, a favor del PP. Unos días después de conocida la victoria popular, el 2 de Junio de 2011, la agencia de calificación Fitch sacó a la Junta de Comunidades de su lista de vigilancia negativa, Pero en ese momento se desataron los acontecimientos que dan pie a este artículo.

El Viernes 3 de Junio de 2011, Vicente Tirado, Secretario General del PP en Castilla – La Mancha, levantó una enorme polvareda, al declarar públicamente que la Junta de Comunidades tenía 2.000 MEUR de facturas impagadas, Es decir, que la Junta tenía nada menos que un 30% de deuda adicional oculta bajo la alfombra. Significativamente, las declaraciones de Tirado se hicieron durante la rueda de prensa que tuvo lugar tras la reunión de la junta de gobierno del PP manchego, la cual había estado dirigida por la Presidenta electa María Dolores de Cospedal. En otras palabras, todo apuntaba a que Cospedal misma había ordenado a Tirado que hiciese estas declaraciones, sin más tapujos.

Uy, lo que me ha dicho

El PSOE saltó rápidamente para reivindicar la virginal pureza de su cuestionada honra: al día siguiente, el Sábado, la Cadena SER publicó que el partido había decidido suspender el traspaso de poderes al PP, en protesta por tamaña “actitud de deslealtad”.

Pero ya era tarde. Como es natural, puesto que Tirado había levantado una liebre del tamaño de un diplodocus, en cuanto llegó el Lunes 6 de Junio, la agencia de calificación Moody’s llamó alarmada a la Junta de Comunidades para ver qué verdad podría haber en las declaraciones de Tirado.

Y para mayor desgracia, el PP no daba señales de soltar la presa. Lejos de acobardarse, Tirado volvió a comparecer en público ese mismo día para declarar que, en realidad, no estaba teniendo lugar traspaso de poderes alguno, puesto que la vicepresidenta Araujo se había ido de vacaciones. Como lo oís, de vacaciones, con toda su jeta.

El PSOE volvió a clamar por su honra mancillada, y el Martes 7 de Junio de 2011, abruptamente suspendido su prematuro relax vacacional, la Vicepresidenta de la Junta de Coumindades de Castilla – La Mancha (a la par que Consejera de Hacienda), María Luisa Araujo, convocó una rueda de prensa para declarar que el PP era un “irresponsable” por haber provocado el vuelco de la percepción de las agencias de rating sobre la Junta de Comunidades. No os la perdáis, podéis verla vosotros mismos pinchando aquí. Y añadió que las facturas impagadas eran únicamente 400 MEUR a 30Mar11. Toma ya, no son 2.000 MEUR sino 400 MEUR. Con un par.

O tal vez no. Porque ese mismo día publicó el diario El Economista que la Junta había pedido a varios proveedores que retuviesen la presentación de sus facturas hasta pasadas las elecciones del 22 de Mayo. Y nadie pareció llevar al periódico a los tribunales.

Oh, oh. Tal vez al ver el cariz que iban tomando los acontecimientos, al poco tomó la palabra el propio presidente saliente de la Junta de Comunidades de Castilla – La Mancha, José María Barreda, quien declaró que, a 30 de Abril, las facturas pendientes no eran ya 400, sino más bien 700 MEUR. Ejem.

¡Que vienen los indios!

Y en estas estábamos, cuando llegó el 22 de Junio de 2011 y finalmente tomó posesión el gobierno de María Dolores de Cospedal. Cospedal no solo tiene reputación de ser una gran currante, sino también de imponer un ritmo muy fuerte a sus propios colaboradores. De modo que hete aquí que, contra todo pronóstico, el 14 de Julio de 2011, su equipo ya fue capaz de identificar más de 1.700 MEUR de facturas impagadas por la Junta de Comunidades de Castilla – La Mancha, a fecha de 30 de Junio de 2011. Y lo que es peor, no solo dijeron haberlas idenficado, sino que de hecho entregaron la correspondiente lista a la Sindicatura de Cuentas, factura por factura.Chúpate esa .

Así las cosas, el ya ex-presidente de la Junta de Comunidades, José María Barreda no ha tenido hoy, tras un mes de maniobras de despiste, más remedio que admitir que Cospedal tiene razón, y que efectivamente, a 30 de Junio hay 1.700 MEUR de facturas impagadas. Y la cifra tiene su importancia, puesto que el presupuesto de la Junta de Comunidades para pago de facturas en todo 2010 es de 1.900 MEUR (como nota técnica, os apuntamos que se trata de los capítulos 2 y 6 de su presupuesto oficial, puesto que el resto de los capítulos presupuestarios, hasta un total de 6.700 MEUR, se destinan a partidas como gastos de personal, gastos financieros y transferencias, que no se pagan contra factura).

En otras palabras, que contra un presupuesto para gastar 1.900 MEUR durante el año entero, a 30 de Junio ya se les habíam acumulado 1.700 MEUR de facturas impagadas. Pero entonces ¿es que no habían pagado ni una sola factura en los 6 primeros meses del año?

Y si habían pagado algunas, y todavía quedaban 1.700 MEUR pendientes ¿cuanto dinero habían gastado en el primer semestre?

Y en cualquier caso ¿cuanto dinero han dejado al gobierno entrante para el resto del año?

Tony Leblanc crea escuela

¿Menuda pillada, no? Pues nada de eso, no hay problema. Barreda ha tenido la viril entereza para saltar de nuevo a la palestra, y destapar inmediatamente al culpable de la cuadruplicación de las facturas impagadas entre Marzo y Junio.

“¿Quien será pues el malandrín?” os preguntaréis con comprensible impaciencia. ¿Será de nuevo Bush, Franco o los obispos? ¿Los pérfidos neocons americanos tal vez? Pues no, nada de eso. Barreda ha identificado un nuevo enemigo: esta vez se trata de la tensión política. ¡Aaah! ¡La tensión política impaga facturas! ¡A la cárcel con ella!

Claro, no vamos a atrevernos a decir aquí que miente Barreda como bellaco, no vaya a ser que nos metan un pleito, o algo. Sin embargo, sí tenemos que admitir que no podemos evitar recordar en este momento que a Barreda, que se pasó toda la campaña electoral negando que hubiese deuda oculta, todavía le votó nada menos que el 43% del electorado. Qué tío. Seguro que tiene a Tony Leblanc profundamente impresionado.

“La vida te da sooorpresas, sorpresas te da la vida, ay, Dios...”