jueves, 6 de octubre de 2011

Entrelíneas - José Blanco debe dimitir

Jorge Dorribo, un empresario farmacéutico, dice que pagó 400.000 EUR a José Blanco, para que este intercediera en su favor ante el Ministerio de Sanidad. Dorribo también acusa a dos diputados de segunda fila, del PP y el BNG, que han dimitido.

José Blanco lo niega todo, excepto haberse entrevistado con Dorribo tras recogerlo en una gasolinera. Es probable que no convenga al ministro negar esto último, porque lo normal es que las gasolineras estén dotadas de cámaras de seguridad, y quien sabe cuantas copias puede haber rodando por ahí del momento en que el coche del ministro recogió a Dorribo.

El ministerio de Sanidad niega haber concedido subvención o trato de favor alguno a Dorribo. Sin embargo, lo que los empresarios farmacéuticos suelen buscar de Sanidad no es las subvenciones, sino la cobertura de los medicamentos que fabrican por la Seguridad Social, la cual obviamente dispara sus ventas. En ese caso, es difícil demostrar el trato de favor, sobre todo si el medicamento es eficaz, como suele suceder. Lo que pasa es que algunos medicamentos eficaces tardan en ser admitidos por la SS (adiós pues a muchos meses de ventas) y otros no son admitidos nunca por haber alternativas existentes o más baratas. De modo que la admisión en el sistema de un medicamento perfectamente válido se presta a enjuague.

Tanto es así que en Italia el masón Duilio Poggiolini (perteneciente a la Logia P2, la del Banco Ambrosiano, igual que Silvio Berlusconi) y que había llegado a ser el Director General que se ocupaba de la aprobación de medicamentos en el Ministerio de Sanidad italiano, le pillaron en un armario secreto de su casa un auténtico tesoro, que incluía más de 100 lingotes de oro, valorado en unos 20.000 MLIT, equivalentes nada menos que a 100 MEUR. Eso solo en su casa (aparte de lo que tenía por ahí, incluyendo en el Banco de Italia y en Suiza), y en 1994. O sea que fijaos si hay en la aprobación de medicinas dinero suficiente como para que se le haga la boca agua a cualquier político corrupto.

Por lo tanto, tenemos una confesión de un empresario, que está en la carcel, luego hay fundadas sospechas de que efectivamente es culpable de corrupción. Además, sabemos que su acusación ha provocado la dimisión de dos políticos, luego estos han sido incapaces de convencer a sus partidos de que estaban siendo víctimas de un ataque por motivos espurios. Sabemos también que un masón en Italia había montado una auténtica fábrica de oro con este asunto. Y finalmente sabemos que Blanco efectivamente recogió a Dorribo en una gasolinera (aunque quien no llama a un ministro para que le recoja de una gasolinera estos días).

¿Es Blanco culpable? Aaah... ¡misterio!

Pero hay algo todavía más sangrante. Culpable o no, Blanco se niega a dimitir, lo cual le llevaría a perder su preciosa inmunidad parlamentaria, un activo muy valioso en casos como este. Sin embargo, mantenerse en el puesto frente a acusaciones tan graves es justo lo contrario de lo que el propio Blanco defendía hace 3 meses, cuando exigía a Mariano Rajoy que obligase a Francisco Camps a dimitir. En aquella ocasión, se refería Blanco a una acusación contra Camps por haber presuntamente recibido 4 trajes, valorados en 2.160 EUR.

¿Como es posible que Blanco defendiera la dimisión de Camps por 2.000 EUR en Julio, y en Octubre no dimita él mismo cuando se le acusa nada menos que de cobrar 400.000 EUR en efectivo?

No tiene escapatoria moral. Debe dimitir.