lunes, 20 de mayo de 2013

Crisis - Por fin terminó la crisis


Atención chavales, frase para la historia:
 
En el día de hoy, desactivado y neutralizado el desastre socialista, han alcanzado las macromagnitudes nacionales sus últimos objetivos económicos.

La crisis ha terminado.

La verdad es que Mayo es un gran mes.  Pasadas las lluvias de Abril, el sol de primavera convierte a Mayo en el mes de las flores, en el de la Virgen María para los católicos, y en el de los grandes eventos para los lectores de la Gacetilla (un grupo pequeño, pero bien informado).

Fue en Mayo de 2007 cuando publicamos el artículo que, yendo en contra de toda la tendencia del momento, predecía el principio de la crisis (como curiosidad especial de primavera, os incluimos ese valioso documento histórico al pie de este artículo).

Y en Mayo de 2010 fue también cuando Zapatero fue por fin forzado a emprender el ajuste que os anunciamos nos sacaría de ella (“Zapatero dobla la rodilla”).  Bien, pues ya es otra vez Mayo y, 6 años más tarde, estamos encantados de encontrarnos en posición de confirmaros que la crisis por fin terminó.

Para aquellos de vosotros que ante noticia tan dichosa se sientan tentados de acercarse a un cajero inmediatamente, para comprobar si el fin de la crisis significa que ya tienen más dinero, tenemos que pedir templanza y sosiego.  Que la crisis haya terminado por fin no significa que ya seamos todos ricos, sino solo que el año próximo seremos un poco más ricos que hoy.

Comprendemos vuestra desilusión, pero fijaos como ha cambiado el cuento, puesto que hasta ahora habíamos venido notando que cada año iba siendo inexorablemente peor que el anterior.

¿Qué es lo que ha cambiado entonces?

Pues bien, como sabéis, la crisis fue consecuencia de la orgía económica organizada por el gobierno Zapatero entre 2004 y 2007, mientras luchaba por enterrar rápidamente el 11-M y negociaba desesperadamente con ETA.  Siempre es más fácil hacer lo que te da la gana cuando los vecinos están ebrios, en este caso de dinero.

La vía utilizada para montar la fiesta fue la eliminación de las barreras al gasto autonómico y el continuo aumento de la financiación a las Comunidades Autónomas pero, sobre todo, la organización de un espectacular incremento del crédito al sector privado.  Las cajas de ahorros en particular, que estaban controladas políticamente, lideraron una explosión de la concesión del crédito, forzando al resto del sistema bancario a seguirlas (aunque fuera a cierta distancia), para no perder negocio.

El resultado es el desastre que os podéis imaginar.  En este video ilustramos lo que pasó usando datos del Banco de España (vedlo a toda pantalla, o no podréis leer los letreros que contiene).


 ¿Y por qué estamos tan seguros pues de que terminó la crisis?

Pues porque el principal problema que causó la borrachera de crédito de Zapatero fue una explosión del déficit corriente, porque gran parte del dinero que prestaban los bancos venía del extranjero.  Así pues, la primera misión del Gobierno que sustituyó a Zapatero fue acabar con el déficit exterior.  Y parece que por fin ya lo han conseguido.  Vedlo aquí:


El último dato es nuestra estimación, la cifra real se publicará a fin de este mes.  Pero Euro arriba o abajo, está claro en qué sentido se están moviendo las cifras dentro del último año, y ahí estamos.

Eso es muy importante, porque quiere decir que ahora la nación ya no se financia con dinero extranjero, sino doméstico.  Y esa independencia da la confianza en el país que los bancos necesitan para poder volver a acceder al crédito en los mercados.

No será inmediato.  Durante la crisis, el Banco Central Europeo tuvo que acudir al rescate de los bancos españoles con 400.000 MEUR.  Aunque los bancos han estado devolviendo el dinero a buen ritmo, y la deuda ya está en 260.000 MEUR, todavía quedan unos 10 meses hasta que la hayan bajado a un nivel aceptable.  Hasta entonces, es improbable que el crédito crezca mucho.  Pero también es innecesario que siga cayendo al ritmo actual.

Eso, además, también tendrá efecto en el empleo.  Tras el ajuste que fue necesario en 2012 (el año en el que por poco tienen que intervenir a España), la destrucción de empleo se aceleró, pero desde Enero de 2013, el ritmo se ha venido relajando.  Vedlo en este gráfico:

El gráfico mira a la destrucción de empleo de los últimos 12 meses.  Sin embargo, la situación es bastante mejor de lo que indica, porque si hiciésemos con la destrucción de empleo esperada para los próximos 12 meses (es decir, de hoy hacia el futuro), veríamos que la cifra esperada es casi cero.

Así, frente a los 3.100.000 empleos destruidos desde que empezó la crisis, solo quedan por destruir menos de 100.000, una cifra comparativamente pequeña.  Y a partir del próximo invierno, España empezará a crear empleo neto.

Ese día sí que veréis como muchos empiezan a mirar sus cuentas corrientes para descubrir como, por fin, vuelve a haber dinero en ellas.

De modo que finalmente terminó la crisis.  Según os adelantamos, cerramos este artículo con la re-publicación de nuestra edición de Mayo de 2007, en plan conmemorativo.

 Felicitaciones a todos los supervivientes.

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25 de Mayo de 2007

Gacetilla Panfletaria - Edición alarmante.


Estimado populacho:


Allá va un tratado de macroeconomía para el consumo de las masas necesitadas.

Hace 2 años pronosticábamos que en 2007 vendría el tío Paco con la rebaja.  Sin embargo, aquí estamos y España todavía va bien ¿o no?

Todos los comentaristas económicos destacan el fuerte crecimiento económico, la explosión de la inversión en obras públicas, la vivienda, las oleadas de cientos de miles de inmigrantes que se incorporan felizmente a la fuerza laboral...  la pera, vamos.  Pero  ¿de verdad vamos tan bien?

Ahora está feo decirlo.  Ningún analista quiere oponerse frente a la beatífica corriente imperante, y levantar el dedo para decir:  "¡Ejem!  En realidad no vamos tan bien.  Sólo sucede que gastamos mucho dinero, que no es lo mismo".

Fijáos en esto.  En 1992 y 1993, tras un desmadre de gasto impresionante (recordad la Olimpiada y los festejos del Quinto Centenario), alcanzamos un déficit corriente del 4,5% del PIB.  Es decir, que comprábamos más de lo que vendíamos porque vivíamos por encima de nuestras posibilidades.  Como la cosa era evidentemente insostenible, sufrimos 3 devaluaciones prácticamente seguidas, que redujeron el valor de la peseta en un 25% en total, más o menos.  La correspondiente crisis mandó al paro al 20% de la población activa.  En 1991 eramos 12 millones trabajando, y al final de 1993 sólo quedábamos 10 millones con trabajo, el resto al paro o prejubilados, que es una forma elegante de decir lo mismo.

Pues ved lo que pasa ahora.  En 2006 hemos tenido un déficit corriente del 8,5% del PIB, es decir, casi el doble que en 1992.  Y a estas alturas de 2007, el déficit corriente ya está alrededor del 10% del PIB.  Si la fiesta era insostenible entonces, pensad ahora.

La diferencia es que ahora estamos en el Euro, y ya no hay devaluación que valga.  Básicamente podemos seguir puliéndonos la pasta hasta que los inversores extranjeros que nos financian la fiesta (encabezados por el arquetípico ahorrador que es el dentista alemán) vean que ya estamos demasiado endeudados y se harten de prestarnos dinero.

¿Pero cuanto nos endeudamos?  He aquí las noticias.  La deuda exterior bruta de España aumentó en 225.000 millones de EUR (MEUR) en 2006.  Es verdad que también aumentaron los activos de España en el exterior, pero aun así la deuda neta aumentó en 131.000 MEUR.  Para que podáis comparar, el consumo total de los 44 millones de personas que vivimos en España ese mismo año (es decir, todo lo que gastamos en gasolina, comida, teléfono, calefacción, vino, porros, papel de fax, taxis, camisetas, viajes de placer y todo lo demás) fue de 738.000 MEUR.  Es decir, que la deuda externa el año pasado financió el 18% de todo lo que consumimos los españoles.  La foto puede complicarse más, pero este resumen no está mal, y los datos son los que son.

¿Y por qué nos endeudamos tanto?  ¿No será para pagar tanta vivienda y tanto túnel?  Pues no, o al menos no sólo para eso, porque en 2006 se construyó en España por valor de 106.000 MEUR.

¿Y hasta cuando nos van a seguir prestando?  Pues no se, porque a estas alturas ya nos hemos juntado con un 1.365.000 MEUR de deuda externa bruta (565.000 neta).  Pero sí se que un buen día sucederá será lo siguiente:

1 - El dentista alemán seguirá dejando su dinero en el Commerzbank (por ejemplo).
2 - El Commerzbank recibirá a continuación, como de costumbre, una petición de CajaEspaña (por ejemplo, ya que tiene fama de estar gestionada por una panda) para que le aumente las líneas de interbancario.
3 - En ese momento, la bolsa (como le pasa a veces) estará bajando.
4 - La bajada de la Bolsa provocará que ciertas empresas, que tenían pensado ampliar su capital para tapar unos agujerillos, no consigan hacerlo.
5 - Entonces quebrará alguna, por ejemplo una inmobiliaria grande, digamos Astroc (ya que ha estado tanto en la prensa últimamente), y que (oh, sorpresa) tenía mucha más deuda de la que declaraba, que es lo que suele suceder siempre en estos casos.
6 - El mercado descubrirá, boquiabierto, que en realidad a Astroc le habían estado dejando mucho más dinero de lo razonable ciertas cajas de ahorros, por motivos políticos y por efecto de la avaricia de algún directivo medrador carente de escrúpulos.  CajaEspaña resultará ser una de las principales afectadas.
7 - Ante la incertidumbre, y al acumulársele los problemas a CajaEspaña (supongamos que ya la hubieran pillado en un par de líos más), Commerzbank dudará de la solvencia de CajaEspaña y, por si acaso, denegará el aumento de líneas.  El dinero del dentista alemán acabará entonces por lo tanto financiando a Renault en Francia.
8 - El mercado, a la vista de las malas noticias sobre CajaEspaña, empezará a dudar de la calidad de todo el sistema financiero español, en particular de las cajas de ahorros, que son manejadas por políticos autonómicos famosos por su afición a comer gambas "gratis total".  Como consecuencia, muchas otras cajas verán recortadas sus líneas igual que CajaEspaña.
9 - Ante la falta de acceso a financiación nueva, las cajas empezarán a no renovar los créditos a sus clientes más flojos, y a pedirles que devuelvan la pasta.  Lo que les faltaba a éstos:  unos cuantos de ellos se irán a la porra acto seguido, dejando a sus empleados en la calle.  Tendremos un Delphi en cada pueblo.
10 - El aumento del paro provocará una caida en el consumo, y éste una contracción de los beneficios de las empresas más sanas, las cuales por lo tanto dejarán de contratar a nuevos empleados.

Y así se montará un círculo vicioso que nos meterá en una crisis.  Esta durará hasta que nos hayamos apretado el cinturón lo suficiente como para ser capaces de vivir ajustándonos a lo que producimos, que es lo que sucedió en 1994 (ese año, después de que se quedara en la calle el 20% de los asalariados españoles, se acabó el déficit corriente. mira tú).

¿Cuando va a suceder esto?  Pues los que no recordéis la anterior crisi (que seréis la mayoría, porque hace ya 14 años), seguid las noticias de prensa sobre empresas demasiado endeudas (por ejemplo las inmobiliarias) y bancos demasiado pillados (por ejemplo las cajas de ahorro pequeñas y medianas).  Por cierto, que en 1994 el banco que se fue a la porra fue el Banesto de Mario Conde, que yo recuerdo particularmente bien.

Y entonces ¿cuales son las buenas noticias?  Pues que tal vez no nos la peguemos.  Puede que simplemente las familias dejen de comprar casas (parece que ya está pasando), que dejemos de construirlas (ordenadamente), que se vayan los obreros al paro, que los que sean inmigrantes se vuelvan a sus países (o a Alemania, que tampoco es mala idea), que los sueldos se pasen sin subir unos 6 años, que durante ese tiempo las exportaciones españolas sigan creciendo al 10% anual (es decir, unos 25.000 MEUR más cada año) y que al cabo de ese tiempo nuestra deuda externa neta deje de crecer (25.000 x 6 = 150.000).  Hablamos de que en este escenario optimista nos pasamos 6 años prácticamente sin obras nuevas (ni AVE, ni trasvases), y sin subidas de sueldo.  Caray con el optimismo.

Saludos,


La Redacción.