Poco dura la dicha en casa del pobre. Pero además, como se ha visto esta semana, tampoco vale que el pobre niegue su ruina.
El plan del presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para trasladar la segunda mitad del ajuste económico que necesita España hasta el siguiente gobierno, que parecía estar funcionando, se ha ido por el desagüe. Y para mayor desgracia suya, la cosa ha sucedido en el semestre de la Presidencia Europea de España, que el presidente había elegido para revivir sus maltrechas fortunas (¿lo recordábais?).
Donde estamos
Antes de seguir adelante, repasemos según nuestra bien probada costumbre donde estamos, en relación con el escenario político central de la Gacetilla.
Como saben los lectores más expertos de esta publicación, tras llegar al poder en 2004, el actual gobierno se pasó 3 años negociando con ETA mientras enterraba el 11-M simultáneamente. Durante ese período, su política económica consistió en montar una fiesta financieramente insostenible, que propulsó el déficit exterior de España desde los 27.000 MEUR de 2003 hasta los 105.000 MEUR en 2007.
Como consecuencia de la juerga económica, la deuda neta exterior del país pasó de 295.000 MEUR en 2004 (cifra posteriormente revisada hasta 369.000 MEUR) hasta 729.000 MEUR en 2007. Entonces (Agosto de 2007) reventaron las cañerías, como consecuencia de un chispazo exterior. Durante aquel mes, el mercado de las subprime se vino abajo, los bancos españoles (a través de los cuales se financiaba el guateque gubernamental), perdieron acceso al fondeo internacional y se desató la actual crisis.
Superada una primera etapa de negación de la crisis (recordamos que las elecciones generales se celebraron en Marzo de 2008), el gobierno optó más tarde por disimular los problemas económicos por la vía de disparar el gasto público, y por lo tanto también el déficit público. Aunque esta política no tuvo un éxito total, sí que consiguió frenar el ajuste, llegando a detenerlo desde Septiembre de 2009, cuando todavía quedaba pendiente la mitad del mismo.
Si bien soportar la economía por la vía de mantener un déficit público colosal era obviamente insostenible a largo plazo, de la actitud del gobierno se diría que pretendía prolongar esta situación lo suficiente para cubrir el resto de la legislatura (quedaban 2 años), con el propósito de pasar la pelota de la segunda mitad del ajuste, que todavía estaba pendiente, al gobierno que le sucediera tras las siguientes elecciones.
El gobierno cambia de planes
Esta semana hemos visto que el gran plan de retrasar el otro medio ajuste finalmente no ha podido ser, y ahora parece más probable que se cumpla la previsión de nuestro escenario político central (fechada en 2007), es decir, que esta legislatura cierre con elecciones anticipadas. Veamos por qué.
Puesto que el ajuste no se ha completado todavía, la deuda externa neta de España ha seguido aumentando desde que empezó la crisis en Agosto de 2007, de modo que, tras 6 años de gobierno socialista, ha superado ya los 983.000 MEUR. Ya es la segunda mayor deuda externa neta del mundo (solo superada por la todavía más colosal que tiene EE.UU.). Cabe preguntarse ahora donde habrán quedado los 295.000 MEUR, acumulados desde tiempos de los Reyes Católicos hasta Aznar (ambos incluidos), con que se encontró el actual gobierno al acceder al poder.
El caso es que, estando así las cosas, el escenario estaba listo para que el país se diera un batacazo en cuanto surgiera la menor oportunidad. Y naturalmente, la oportunidad se presentó con toda puntualidad, como suele suceder. En este caso, lo hizo de la mano de Grecia, país que, en su modesto tamaño, está financieramente incluso peor que España. De modo que nuevamente una chispa extranjera bastó para incendiar el bien predispuesto secarral español, y España (en este caso no ya los bancos sino incluso el Estado) estuvo a punto de ser expulsada de los mercados financieros.
Afortunadamente, el 9 de Mayo, la Eurozona (16 países), el FMI y la Unión Europea completa (los 27 países) abortaron el inminente colapso español por la vía de lanzar el mayor rescate financiero de la historia: un paquete de préstamos por valor de 750.000 MEUR. Para vuestra referencia, pensad que solo la parte correspondiente al FMI constituye por si misma el mayor rescate de la historia de esa institución. No solo, sino que además este préstamo del FMI (250.000 MEUR) es mayor que la suma de los siguientes 10 otorgados por este fondo en toda su historia, juntos. La pera, vamos.
Los principales beneficiarios del rescate son España (46 millones de habitantes), Portugal (10 millones) e Irlanda (4 millones). Dicho en otras palabras, que todo esto se ha montado básicamente para España.
Sin embargo, lógicamente no todo fueron buenas noticias para el gobierno español. Como contrapartida al rescate, los rescatadores exigieron que se redujese el déficit público español. Y esta es la gran novedad: Zapatero ya no puede escaparse.
De aquellos polvos son estos lodos
Detengámonos aquí un momento para ponderar la importancia de este cambio. Hasta ahora, los 6 años de gestión económica del actual gobierno han pasado por tres fases.
La primera, como hemos visto, consistió en organizar un festín, coincidiendo con el momento político marcado por el 11-M y ETA, que fue propulsado a base de acumular deuda externa de forma brutal, que entraba en el país a través de los bancos, pasaba de estos a las inmobiliarias y a partir de ahí se distribuía a la población en general. Esta fase se truncó con el estallido de la crisis de las subprime a primeros de Agosto de 2007, que cerró el acceso de los bancos a nuevo crédito exterior.
De modo que en ese momento comenzó la segunda fase, consistió en extender artificialmente la fiesta, a base de aumentar el gasto público, y retrasar el comienzo del necesario ajuste hasta pasadas las elecciones de Marzo de 2008. Tanto es así, que se hizo famosa la anécdota que el presidente ni tan siquiera se avino a pronunciar la palabra “crisis” en público hasta Julio de 2008.
La tercera fase arranca con la decisión paneuropea de lanzar la mayor operación de rescate bancario de la historia, tomada el 12 de Octubre de 2008 como consecuencia de la caída de Lehman Brothers el mes anterior. Como parte de las medidas a adoptar, se decidió establecer un paréntesis durante el cual se levantaron las barreras, y se decretó barra libre en cuestión de déficit público.
Fue como si al gobierno se le abrieran las puertas del Cielo. Inmediatamente aprovechó y disparó el gasto y el déficit, hasta convertirlo uno de los mayores déficits públicos de la Eurozona, y desde luego el mayor de la historia de España, y conseguir detener el ajuste económico gracias a él. Ninguna cifra, aparte de las antropológicamente optimistas previsiones oficiales, parecía apuntar a que ese enorme déficit no fuera a durar hasta después de las próximas elecciones, dejando de esa forma el resto del ajuste para el gobierno que saliera de ellas. De hecho, este fin de semana hemos sabido que el FMI preveía que el déficit español todavía fuera del 7,7% del PIB en 2015.
Sin embargo, y lamentablemente para el gobierno, esta semana se ha visto que no va a ser posible seguir por esa vía. Porque el 9 de Mayo de 2010, ante la evidencia de que, después de Grecia, los mercados estaban a punto de cortar la financiación al Estado español, la Eurozona ha tenido que intervenir, liderando el enorme paquete de rescate que hemos mencionado. Y como consecuencia de ello, ha exigido al gobierno que reduzca el déficit público, ya mismo.
Esto, y no otra cosa, es lo que ha pasado esta semana. No tengáis la menor duda. Hasta ahora los supuestos programas de reducción del déficit eran meramente cosméticos, pero a partir de ahora serán reales. Y si no, que se lo digan a los funcionarios.
Ahora sin gastar
Que nadie se llame a engaño, porque este es un cambio cataclísmico. No tiene nada que ver con lo que sucedió en los anteriores cambios de fase económica en 2007 y 2008. Esta vez el gobierno no gestiona un país en crecimiento, sin déficit ni deuda, como el que se encontró en 2004. El crecimiento se frenó en 2007, el déficit arrancó en 2008 y la deuda en 2010 es tan grande que los mercados ya no fían más. Por lo tanto, en esta ocasión, por primera vez desde que llegó al poder hace 6 años, el gobierno ya no podrá seguir gestionando a base de repartir cheques, si nos permitís la simplificación.
Como habréis leído, la tesis oficial es que llevamos 18 meses de austeridad. En realidad, sin embargo, el déficit del Estado (que es la principal componente del déficit público total) no solo no cayó durante los 3 primeros meses de 2010, sino que por el contrario todavía aumentó el 7,5%. De modo que, hasta ahora, la austeridad no se había visto por ningún lado, pero eso acaba de cambiar.
Y no creáis que se trata únicamente de practicar un estilo nuevo de gestión (esta vez sin dinero), sino que el problema es mucho más profundo, porque todo el aparato de lealtades políticas, sindicales y mediáticas que soporta al gobierno usa euros líquidos como combustible.
Por ejemplo, no está nada claro como reaccionarán los sindicatos a la pérdida de credibilidad que les supondrá seguir apoyando al gobierno en medio de los recortes. Esta misma semana, el Coordinador General de Izquierda Unida, Cayo Lara, se enfrentaba al gobierno y exigía un referéndum sobre los recortes. ¿Qué hará Comisiones Obreras al respecto?
Tampoco parece improbable que la necesidad de imponer recortes al gasto autonómico vaya a asumirse sin rivalidades interautonómicas, ni sabemos como reaccionarían las cadenas televisivas privadas si TVE retomase la publicidad para ahorrar costes al erario público.
De modo que esta semana el gobierno ha sido forzado a hacer algo que no había hecho hasta ahora, que no ha demostrado saber llevar a cabo, y que le va a producir un desgaste político considerable.
Presupuesto 2011 imposible
Y eso no es todo, sino que la cosa es todavía peor. Porque, además, y aunque el asunto haya pasado desapercibido entre los espectaculares anuncios de recortes de esta semana, el presidente Zapatero se ha comprometido a reducir el déficit hasta el 6,5% del PIB en 2011. Y esa reducción, como se diría en el castizo barrio madrileño de Cuatro Caminos, no se la cree ni él. Veamos por qué.
Para empezar, 6,5% del PIB es la cifra que resulta de detraer al anterior objetivo de déficit para 2011 (7,5%) el recorte de gasto anunciado esta semana para ese año (-1%).
Seguimos calculando. El 7,5% original se refiere a la cifra sumada de las 4 componentes del sector público, es decir Estado, Seguridad Social, Autonomías y Corporaciones Locales (básicamente ayuntamientos), de modo que de ese 7,5%, la parte que correspondía al Estado era el 2,5% del PIB.
Aunque no hay desglose oficial, estimamos que del recorte del 1% corresponde al Estado alrededor del 0,5%. Por lo tanto, estimamos que para llegar a su nuevo objetivo de déficit público (el 6,5%), el Estado a su vez tendrá que contribuir presupuestando un déficit el año que viene del 2,0% de PIB, es decir, unos 21.000 MEUR.
Ahora bien, la previsión oficial original para 2010 era que se cerraría el año con un déficit del Estado de 65.000 MEUR. Y tras las medidas de esta semana, el déficit de 2010 debería quedar en alrededor de 62.000 MEUR.
En otras palabras, la previsión oficial indicaría que será necesario presupuestar un recorte hercúleo del déficit del Estado para 2011: 62.000 – 21.000 = 41.000 MEUR, nada menos.
Bueno, pues eso no es todo, porque resulta que encima sucede que la estimación oficial de déficit del Estado para 2010 (esos 62.000 MEUR) está groseramente equivocada. Veamos cual podría ser la cifra real.
El déficit del Estado en 2009 fueron 99.000 MEUR (esa es la cifra real). El primer trimestre de 2010, la cifra aumentó el 7,5% respecto al mismo período de 2009, lo cual apuntaría a un déficit anual en 2010 de 106.000 MEUR. Ahora bien, el aumento del IVA para la segunda parte del año bajará esta cifra en 6.000 MEUR, y las medidas recién aprobadas esta semana restarán tal vez otros 3.000 MEUR, de modo que estimamos que el déficit del Estado en 2010 van ser unos 97.000 MEUR, en lugar de 62.000 MEUR.
Por lo tanto, y si estamos en lo cierto, la reducción del déficit del Estado que habrá que presupuestar en 2011 no serían ya 41.000 MEUR, sino más bien 97.000 – 21.000 = 76.000 MEUR. En otras palabras, y por si estáis ya mareados con las cifras: atómico. Imposible. Ni borracho.
Encima, dijo ayer el Secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, que la previsión oficial de crecimiento del PIB de ese año, 1,8%, será revisada “unas décimas” a la baja. Eso significa que el presupuesto del Estado de 2011 debería explicar como se va a recortar el déficit en 76.000 MEUR, en un contexto de crecimiento de tal vez el 1%.
¿Y como pensáis que se hará un presupuesto similar?
Formas de cuadrar un círculo
La primera posibilidad está ya probada: engañar sobre la dureza de los recortes necesarios a base de usar hipótesis antropológicamente optimistas sobre obligaciones de gasto y fuentes de ingresos. Tristemente, eso tiene sus limitaciones. Para cuando se publique el presupuesto de 2011 en Septiembre de 2010, ya se conocerá la cifra de déficit (y por lo tanto gastos) del Estado hasta Junio de 2009, luego habrá muy poco margen para engañar respecto a las necesidades de gasto. Y puesto que hemos dicho que la previsión oficial de crecimiento del PIB va a quedar en el entorno del 1%, tampoco parece que se pueden hacer grandes alardes de optimismo con los ingresos.
La segunda salida es también obvia: rechazando cumplir los objetivos marcados en el Programa de Estabilidad Presupuestaria. De nuevo, eso es difícil. Desde esta semana, la Eurozona, el FMI y la UE van a asegurarse que la super-cojo-macro-operación de salvamento de España que han montado no llega a usarse, o al menos que si se usa, las enormes sumas de dinero prestado sean devueltas.
No solo, sino que además dispondrán de herramientas de control, porque es muy posible que el Estado tenga que utilizar el dinero de la Eurozona, y eso indiscutiblemente va a otorgar mucha palanca al prestamista.
Daos cuenta que Grecia tenía que afrontar sus mayores pagos de deuda en Mayo de 2010. Tras mucho amago, tira y afloja, finalmente esta semana Grecia efectivamente no ha tenido más remedio que pedir los primeros 5.000 MEUR a sus socios de la Eurozona. Pues bien, análogamente, el mes con más pagos para España es Julio, cuando tiene que atender obligaciones por valor de unos 40.000 MEUR. Por lo tanto, no es imposible que, estando los mercados como están, tenga este último país que solicitar acceso a los fondos de emergencia. Y una vez que lo haya hecho, le será difícil obtener financiación en los mercados sin la bendición de la Eurozona. En otras palabras, que nadie se equivoque: a partir de ahora manda Bruselas, y hay que cumplir el plan de estabilidad.
La tercera posibilidad a disposición del gobierno sería realmente la más honesta: reconocer el problema, explicar su gravedad y pedir la colaboración de todos para sacar el país adelante. El inconveniente de esta, es que el reconocimiento de la gravedad de la situación desataría una serie de preguntas sobre como es posible que hayamos llegado a estar así, a las cuales es difícil pensar que el gobierno se haya propuesto responder también con total transparencia. Además, os aseguramos que cuando os enteréis de qué sacrificios nos va a costar arreglar el déficit, no os va a gustar ni un pelo. Os vais a acordar mucho del Zapatero que lo montó.
Adicionalmente, debéis tener en cuenta que, cuando se voten los presupuestos en Diciembre de 2010, CiU saldrá de una una campaña electoral disputada principalmente contra el PSOE en Cataluña. Podría incluso resultar que hubiera recuperado la Generalitat en coalición con el PP, de modo que no es probable que el PSOE cuente con su apoyo para aprobar los presupuestos de 2011. En cuanto al PNV, éste ya dio el portazo a Zapatero durante una reunión “secreta” (posteriormente filtrada a El País, para disgusto de los nacionalistas), celebrada en La Moncloa el pasado 6 de Abril, justo para tantear la posibilidad de un acuerdo presupuestario.
Así pues, no parece que una inédita campaña de honestidad política garantice que el partido socialista vaya a cosechar los apoyos necesarios para aprobar el presupuesto de 2011. Encima, un intento fallido podría tener un coste electoral muy grave.
Lo cual nos lleva a la cuarta, y última posibilidad, que nosotros consideramos es la más probable: que el presupuesto de 2011 no llegue a aprobarse, y tal vez ni siquiera a presentarse, porque se convoquen elecciones anticipadas antes de que eso ocurra.
Entendemos que puede no resultar inmediatamente evidente qué podría empujar al presidente a convocar elecciones anticipadas, justo después de haber bajado el sueldo a los funcionarios, cuando los sindicatos anuncian estar considerando si convocar una huelga general contra el gobierno y estando la intención de voto muy dañada por los recortes (una encuesta-relámpago de El País daba una ventaja de 9 puntos al PP hoy mismo).
Sin embargo, estimamos que una decisión así se tomaría como mal menor, antes que el obligatorio e inminente anuncio y debate parlamentario de fuertes subidas de impuestos y recortes de gastos necesarios acabe de hundir la ya tumefacta perspectiva electoral socialista.
Ya no se si soy de los nuestros
A medida que dentro del partido se haga evidente que el desgaste derivado del ajuste económico no remitirá hasta más allá de 2012, surgirán voces que reclamen internamente, de forma cada vez menos discreta, la convocatoria de elecciones anticipadas antes de que este empeore.
Ya ha habido algunos primeros síntomas de intranquilidad interna, como la escena en la cual una veintena de diputados socialistas, capitaneados por Alfonso Guerra, se abstuvo conspicuamente de levantarse para aplaudir al presidente Zapatero cuando éste anunció su paquete de recortes ante el Congreso el 12 de Mayo de 2010.
Este inexorable proceso va a provocar la rápida pérdida de fuerza del presidente dentro de su partido. Pequeñas rebeliones se encienden en una región y otra, sin que parezca que el entorno del presidente consigue apagarlas. En Febrero de 2010, José María Barreda no dudó en pedir públicamente reformas desde Castilla – La Mancha, e incluso insistió en sus declaraciones cuando otros compañeros intentaron “matizarlas”. Este Mayo, ha sido Tomás Gómez quien no ha tenido recato en ponerse en jarras al cuestionar Ferraz su liderazgo, como consecuencia de la evidente caída de la perspectiva electoral socialista en Madrid. Y casi simultáneamente, el presidente de la Generalitat catalana, José Montilla, se ha sentido con libertad para plantear una revuelta contra el Tribunal Constitucional, en con relación con la inconstitucionalidad del Estatut, sin gran consideración aparente por el coste político que su acción tendrá para el PSOE a nivel nacional.
Todo esto sucede antes de que haya empeorado la crisis de las cajas de ahorros. Porque es más que probable que este problema termine por colocar al gobierno ante la opción de forzar la absorción de alguna de ellas por otra más solvente, incluso contra la voluntad de los cuadros socialistas locales, so pena de presenciar como implosiona aquella que se resista. O sea que madre, la que se va a montar. Parecería que dentro de poco la frase más oída en el partido socialista será aquella famosa de Pío Cabanillas: “Ya no se si soy de los nuestros”.
En realidad, el principal argumento a favor de la hipótesis de que será el propio partido oficialista quien decida ir a elecciones anticipadas, es la certeza de saber que la única tarea que queda al gobierno actual es la de acometer la limpieza de los cascotes acumulados tras 6 años de gestión. A la vista de que el gobierno depende ya directamente del apoyo de la Eurozona, y que no tiene escapatoria que le evite tomar medidas impopulares, no está nada claro qué razón podría impulsar al PSOE a tomar tal carga en primera persona, en lugar de cederla amablemente a la oposición.
Elecciones anticipadas
Veamos pues qué sucederá en este escenario de convocatoria de elecciones anticipadas.
Para empezar, hará falta un pretexto para que el PSOE justifique por qué se convocan. Como os podréis imaginar, no parece recomendable acudir a las urnas confesando que la razón para anticipar las elecciones es evitar tener que enfrentarse a ellas después de haber tomado medidas económicas necesarias pero impopulares.
Por lo tanto, seguimos previendo (como os decíamos en Abril) una intensificación de la radicalización ideológica del discurso político socialista, donde puede incluso que no falten detalles de mal gusto. Para entendernos, estamos pensando en acciones tales como la voladura de la cruz del Valle de los Caídos (siguiendo el ejemplo de los talibanes afganos), la incautación de los bienes de la Iglesia, el establecimiento de multas por utilizar el castellano en el transporte público de Barcelona, o la proyección de pornografía homosexual para los escolares, como parte curricular obligatoria de la asignatura de Educación para la Ciudadanía.
Y solo decimos esto medio en broma. Reflexionad por un momento qué habríais pensado si durante la campaña electoral de 2004 hubiésemos defendido que la enseñanza en castellano sería completamente erradicada de las escuelas públicas catalanas, que se concedería derecho de adopción a las parejas homosexuales, o que el gobierno permitiría que el asesino etarra De Juana (25 muertos) se diese duchas calientes con su novia estando preso. Lo que habría parecido una locura imposible entonces, es hoy parte de la historia real.
Eso por lo que respecta a la escenificación del adelanto electoral. Pero veamos sobre qué coordenadas se disputarán las elecciones.
Desde luego que el argumentario socialista ante las elecciones, claramente no podrá ser económico, de modo que será más bien político, con la probable incorporación al debate el Estatut catalán y de un nuevo pacto con ETA (esta vez definitivo, como siempre, ya sabéis).
Por lo tanto, prevemos que el gobierno acelerará las excarcelaciones de etarras (con excusas tan pintorescas como la utilizada para liberar a Rafael Díez-Usabiaga, quien presuntamente había de cuidar de su anciana madre y en realidad parece que ni siquiera la ha visitado desde que salió de prisión). También creemos que puede que el gobierno haga un fuerte pago de dinero al entorno etarra, probablemente disfrazado de indemnización a los absueltos por el caso Egunkaria.
En cualquier caso, estimamos que ambas maniobras se revelarán a la postre inútiles. Nuestra previsión sobre el resultado de las elecciones anticipadas, que ya preveía una victoria del PP, sigue siendo favorable a la oposición. El cómodo perfil social que gobierno ha venido cultivando como imagen electoral consumía euros como combustible, pero parece que el depósito está ya vacío. Ahora, cada nueva genialidad social deberá venir respaldada por un paralelo aumento de impuestos. Y pocos asegurarían que el otorgamiento de subvenciones crecientes a artistas y ONGs afines justifique adecuadamente nuevos impuestos, ante una población ya muy castigada por el paro pertinaz y los recortes salariales sucesivos. La consecuencia de la interacción de los anteriores vectores será la formación una fuerte componente descendente sobre la intención de voto socialista, que determinará el resultado electoral.
Terminemos el ajuste
¿Y entretanto, qué hay de la economía?
Pues estas son las buenas noticias.
La imposición al gobierno de un recorte de gasto (o al menos del déficit) es la mejor noticia que la economía española podía recibir. Hasta ahora, el país vivía un contraproducente período de entreguerras, que había comenzado cuando la primera fase del ajuste fue atajada en Septiembre de 2009.
Naturalmente, volver al ajuste será duro, pero no menos de lo que habría sido de haber esperado 2 años más, como parecía planear el gobierno, y con la ventaja de que cuanto antes empecemos, antes terminaremos también.
Por lo tanto, y aunque todavía no hemos ajustado el modelo de proyecciones de la Gacetilla, creemos que el relanzamiento del ajuste acercará el final de la crisis entre 12 y 18 meses, y es probable que ya podamos ver su final en 2013, lo cual es sin duda una gran noticia.
No significa esto que el final de la crisis nos vuelva a colocar en una borrachera como la que se organizó entre 2004 y 2007, pero al menos el país recobrará la normalidad.
El empleo comenzará a recuperarse, de forma lenta, de modo que el nivel de paro será todavía muy alto durante los 5 ó 10 años siguientes, si bien nos reconfortará que al menos irá decreciendo paulatinamente.
Nada de esto afectará significativamente al sector de la vivienda, sin embargo, para el cual mantenemos nuestro pronóstico de recuperación en 2014, tal vez 2015.
En cuanto al sector financiero, ya sabéis que creemos que caerá alguna caja más, además de la de Castilla – La Mancha. En 2008 publicamos una lista de 18 cajas en lo que llamamos “zona roja”, por su frágil estado. Tras el desplome de CCM, quedan 17, pero estimamos que todavía se irá alguna más de ellas por el desagüe antes del 2013.
Aunque la senda de reducción del déficit público indica que éste debe caer hasta el 3% del PIB en 2013, no creemos que se cumpla, sino que la reducción será probablemente más lenta. Sin embargo, ello no impedirá que la confianza de los mercados se restablezca muy rápidamente, puesto que a partir de 2012 es posible que ya no haya déficit exterior, lo cual indica que el déficit público se financiará a partir entonces con ahorro interno, lo cual mucho más estable y otorga credibilidad.
Bueno, pues queda entonces así el resumen de esta interesantísima semana económica y política: Zapatero ha doblado la rodilla, confirmamos el pronóstico de elecciones anticipadas, y muy buena noticia económica, porque se anticipa el fin de la crisis.
Pues aleluya, hermanos, pero que nadie se despiste: todavía nos queda la otra mitad del fregado.
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