viernes, 29 de julio de 2011

Elecciones - El día de la trompeta

“No entiendo a los franceses”, comentaba un amigo a otro. “Que llamen a la puerta ‘porte’, bueno; que llamen al cielo ‘ciel’, vale; pero el queso... ¡el queso! ...que le llamen ‘fromage’... ¡Si se ve que es queso!”

Lo cierto es que nadie recuerda que hubo un momento en su vida en el cual aprendió a hablar, y que antes de entonces el queso podía haber sido queso, fromage, cheese o cualquier otra cosa. Y es que el ser humano tiene una innata capacidad para sobrevalorarse, lo cual probablemente es bueno porque la confianza tiene el don convertir párvulos pigmeos en tronantes gigantes. Todos aquellos que han presenciado incrédulamente el fatigoso esfuerzo que necesita desplegar un niño de 4 años para hacer algo tan banal para nosotros como escribir la letra “F” sin salirse del cuadradito saben de qué hablamos. Y otro tanto puede decirse de todos aquellos que pierden la paciencia enseñando a sus hijos (o a sus novias) a conducir.

Los analistas, sin embargo, no gozan de tal privilegio de desmemoria. Sus conclusiones quedan reflejadas por escrito, y expuestas por tanto al riesgo del ridículo más espantoso al cabo de los años. Famoso es el caso de una de las más prestigiosas consultoras del mundo, la firma McKinsey, que recibió en 1980 el encargo por parte de uno de sus principales clientes, la poderosa multinacional AT&T, de prever cuantos teléfonos móviles habría en el mundo 20 años más tarde, en el año 2000. La consultora se documentó, hizo su sesudo análisis y regresó con su muy meditada conclusión: habría unos 900.000 móviles. Como ya sabéis, cuando de hecho llegó el año 2000, en realidad había más de 109 millones de móviles, de modo que nada pudo evitar que cada día, desde entonces, alguien recuerde a la pobre consultora la escala de su ya famoso error. No puede perder la memoria, y sufre por lo tanto lo que venimos en llamar la maldición del analista (parece el título de una novela de los Siete Secretos).

Pero a veces los analistas aciertan, y eso también sucede. Teniendo en cuenta lo triste que es vivir condenado a sufrir la maldición del analista, no podemos evitar haceros partícipes el regocijo que nos produce hoy saber que, de hecho, hemos vuelto a acertar: el presidente José Luis Rodríguez Zapatero ha anunciado hoy la convocatoria de elecciones generales para el próximo 20 de Noviembre de 2011.

Bien, pues esto es lo que publicó en su día esta (hoy más que nunca) mítica Gacetilla:

Noviembre de 2008 (podéis ver el artículo original pinchando aquí)

Esta Gacetilla, por lo tanto, mantiene su pronóstico anterior (fechado en 2007) de elecciones anticipadas en 2011.

Febrero de 2010 (podéis ver el artículo original pinchando aquí)

Como sabéis, en 2007 formulamos un escenario político central (que recordamos en 2008), que preveía la convocatoria de elecciones anticipadas en 2011. Ese sigue siendo nuestro escenario actualmente. Con la visibilidad adicional que hemos obtenido desde entonces, podemos ahora añadir algunos matices.

Para empezar, hoy dos coportunidades para convocar elecciones anticipadas: podría hacerse la convocatoria en Julio de 2010, de modo que se celebren en otoño de este mismo año (conjuntamente con las catalanas), o bien convocarlas en Julio de 2011, para celebrarlas de forma aislada en Septiembre del año próximo (...).

Si estamos en lo cierto, (...) será inevitable que muchos disconformes vean inexorable que la caída de apoyo del partido se prolongue hasta más allá de las municipales, y llamen por lo tanto al anticipo de las generales como medida preventiva. Con ello pretenderán contener los daños evitando esperar a que la ya claramente prolongada crisis mengüe más el apoyo electoral socialista. Además, una eventual derrota permitiría un relevo en el liderazgo, y abriría la puerta a posicionar al partido en un discurso político populista, crítico con los inevitables recortes, más cómodo para los sindicatos.

En esta situación, claramente los únicos que ser resistirán al adelanto electoral serán el propio presidente del gobierno y su entorno más próximo. La perspectiva de la inexorable derrota y de su subsiguiente alejamiento del poder en el partido seguramente les resultará mucho menos halagüeña que intentar esperar a que la crisis escampe.

Puede que consigan resistir. Pero será por poco tiempo. En nuestra opinión, la debacle electoral espera a un PSOE todavía en el gobierno en Mayo de 2011. Tras 1 año de aplicación de impopulares recortes de gasto, con los tipos de interés subiendo, con los impuestos ya más altos y con el déficit público todavía por encima del 10% del PIB a pesar de todo, nada salvará al partido del desastre.

A partir de entonces, al partido puede presentarse no ya una duda electoral, sino un problema existencial parecido al que acabó con el Partito Socialista Italiano en los noventa. En un panorama ya sin IU, UPyD puede haberse configurado como una alternativa sólida ya en muchos municipios e incluso autonomías. En ese sentido, el riesgo de dar a UPyD otro año para reforzar su discurso y sustituir al PSOE como principal partido de la oposición, puede parecer insoportable a los cuadros socialistas. En tal caso, ya no habrá resistencia gubernamental capaz de parar el anticipo electoral.

Mayo de 2011 (podéis ver el artículo original pinchando aquí)

[Ayer se produjo] la imprevista comparecencia del presidente Zapatero, para anunciar que no convocaría elecciones generales anticipadas (...). ¿A qué viene, pues, esa comparecencia pública tan inesperada?

Pues por supuesto que hay un motivo. Se trata de una intervención hecha para consumo interno del PSOE. Ahora nos explicamos.

Aunque para la mayor parte del público esto no sea evidente, la perspectiva de haberse quedado súbitamente sin puestos para varias decenas de miles de amigos es un problema real y práctico que el PSOE tiene perfectamente claro (...).

Siendo esta la situación, es inevitable que en el partido haya despertado bruscamente del sueño hipnótico en el cual las indiscutibles dotes de persuasión de Zapatero le han tenido sumido incluso después de que fuera evidente el resultado de la gestión (...).

Es prácticamente seguro pues que todo el mundo en el PSOE, con la salvedad naturalmente del grupo que actualmente lo controla, vea la perspectiva de agotar la legislatura con justificado horror. No tengáis la menor duda de que, mientras vosotros leéis estas líneas, los cuadros del PSOE se están telefoneando frenéticamente unos a otros por este motivo. Justamente para evitar que se produzcan esas conversaciones, y para poder presentar a todo el que participe en ellas como poco menos que un traidor a la causa, es por lo que ayer tomó Zapatero la medida de anunciar públicamente que no habrá elecciones anticipadas.

Elecciones anticipadas

¿Y las habrá, de hecho? Ya saben nuestros lectores más avezados que la predicción política de la Gacetilla es que finalmente, el instinto de supervivencia se impondrá en el PSOE y que, por lo tanto, sí habrá elecciones anticipadas (...).

¿Acertaremos nuestra previsión esta vez? Pues, como de costumbre, podréis no estar de acuerdo con nosotros pero, al menos, no podréis decir que no nos mojamos

¡Taaa-cháaan!

Hala, pues ya está. Hoy por fin (29 de Julio de 2011), Zapatero no ha tenido efectivamente más remedio que convocar las elecciones anticipadas, y ha llegado el día de la trompeta, en el cual nosotros trompeteamos jubilosamente nuestra predicción a los cuatro vientos, como si fuera una quiniela de quince.

Y es que estamos encantados de haber acertado con el anticipo hace 3 años, de haber acertado con el mes exacto ya el año pasado y ya, para rizar el rizo, poco menos que haber llamado directamente mentiroso al presidente a la mañana siguiente de que desmintiera que fuera a convocarlas. ¡Toma, Jeroma!

¡Pero si se ve que es queso!

Claro, a estas alturas ya tenía todo el mundo tan claro que las elecciones se iban a anticipar que, aunque de hecho lo sea (es que no cabemos en la camisa de gozo), nuestra acertada previsión no parece ya tan valiosa.

Pues nada de eso. Estamos como motos y, fieles a nuestros pintorescos principios, nos comprometemos hoy más que nunca a seguir destacando como faro de referencia para las masas zarandeadas por el el proceloso océano político. ¡Y a ver qué tal nos va!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Señores, me quito el sombrero!