miércoles, 3 de agosto de 2011

Entrelíneas - Presidente de vacaciones

Esta semana estamos viviendo los momentos más dramáticos para España desde que comenzó la crisis actual (este mes se cumplen exactamente cuatro años). La prima de riesgo que exige el mercado secundario de deuda por el bono del Tesoro español a 10 años superó ayer los 400 puntos básicos por primera vez brevemente, antes de caer ligeramente hasta los 386 puntos.

Aunque a estas alturas el ciudadano español medio está ya tan informado que no harían falta aclaraciones, explicamos a beneficio de los más despistados que esa prima de riesgo es el interés adicional, respecto al bono alemán, que el inversor más complaciente que exista en el mercado está dispuesto a aceptar, para prestar dinero durante 10 años al Estado español.

El bono alemán a 10 años paga un interés del 2,30% anual pero, a causa del riesgo de que España impague sus deudas, no hay ningún inversor que se anime a prestar dinero al Estado español durante esos 10 años si va a cobrar un interés menor que el 6,30% anual. Bien, pues la diferencia entre 6,3% español y 2,3% alemán, es decir, el 4,0%, es lo que se conoce como prima de riesgo.

Normalmente, en lugar de expresarla en tanto por ciento, se suele medir en “puntos básicos”, donde 100 puntos básicos equivale al 1%. En otras palabras, la prima de riesgo en el ejemplo (que está hecho con números bastante próximos a la realidad) es de 400 puntos básicos.

Alarmas disparadas

Volvamos a lo nuestro. El caso es que esta semana (de nuevo) tenemos crisis porque, como decimos, la prima de riesgo superó ayer los 400 puntos básicos. Esto es peligroso, porque las primas de riesgo no pueden elevarse alegremente sin límite, sino que existe un límite invisible que, cuando se toca, provoca que ya nadie quiera prestar al correspondiente deudor, por alta que sea la prima de riesgo ofrecida.

Eso es así porque, a partir de cierto nivel de riesgo, los inversores empiezan a considerar que, en realidad, el deudor nunca será capaz de pagar realmente los altísimos intereses que promete, y tanto menos de devolver el dinero recibido.

Por lo tanto, ojo con la subida de la prima de riesgo, no vaya a ser que, de seguir subiendo, llegue a tocar ese límite y, de repente, España se encuentre con que nadie le presta, no tenga dinero para atender sus pagos y tenga que suspenderlos (es decir, entrar lo que se llama justamente “suspensión de pagos”).

Y os recordamos que una suspensión de pagos puede llevar a España a un corralito a la Argentina, donde los ahorradores no podrían sacar su dinero de los bancos, según un mecanismo que explicamos el mes pasado (podéis refrescarlo pinchando aquí).

¿Donde está ese límite? Pues no está claro, pero sí sabemos que el nivel de prima de riesgo que puso al borde de la suspensión de pagos a Grecia primero, e Irlanda y Portugal después, estaba solo un suspiro por encima de la que tiene España hoy, de modo que ¡ay, ay, ay que nos la pegamos!

Remedio posible

A la vista de como están las cosas ¿qué puede hacerse? Lo que todos los países afectados por este tipo de situaciones han venido haciendo en el pasado es tomar medidas que devuelvan la confianza a los inversores de que, en realidad, sí podrán devolver el dinero que piden prestado.

¿Y qué medidas son esas? Pues aumentar sus ingresos (subida de impuestos) y bajar sus gastos (recortes en prestaciones). Tanto Grecia, como luego Irlanda y Portugal anunciaron (y llevaron seguidamente a efecto) paquetes similares cuando las cosas se pusieron feas. Incluso Italia acaba de aprobar un paquete de 48.000 MEUR de recortes, y eso que no ha tenido que ser rescatada.

Bien, pues siendo esta la situación (emergencia porque el Estado español está al borde de la suspensión de pagos) y ese el remedio (hay que introducir nuevos recortes) ¿qué hace el presidente del gobierno (que todavía lo es durante al menos 5 meses más)?

Buah, yo passso

Pues ayer José Luis Rodríguez Zapatero llamó al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, a los líderes de los partidos políticos españoles y al candidato presidencial del PSOE Alfredo Pérez Rubalcaba, para decirles que no tiene intención de hacer nada (con una de sus excusas, que os ahorramos para no haceros peder tiempo) y, acto seguido, se fue de vacaciones al Coto de Doñana.

Como lo oís. Que él se pira de vacaciones, y que ahí os quedáis con el marrón. Y se dió el bote, a la finca, a pasar el rato durmiendo sus buenas siestas. Con toda su jeta. Olé sus narices.

¿Qué creéis que va a hacer Durao Barroso respecto a este asunto, sabiendo que Zapatero se ha ido de vacaciones? ¿Creéis que estará tentado de quedarse él, para comerse el marrón solito? ¿Y el gobernador del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet? ¡Porque de Angela Merkel ya ni hablamos!

Y como os podéis imaginar, a los mercados les ha faltado tiempo para darse por enterados: la prima de riesgo ha abierto esta mañana nada menos que en 407 puntos básicos, marcando un nuevo record histórico.

Lo más sorprendente del caso es que Alfredo Pérez Rubalcaba, principal damnificado personal por el alucinante comportamiento de Zapatero, no haya reaccionado y no haya hecho nada para evitar las vacaciones del magno prócer. Si esta crisis salta por los aires ¿os imagináis qué campaña electoral se va a comer Rubalcaba en Octubre?

Aunque la cosa tendría su sentido irónico, si lo pensáis. Como esto no se arregle, Zapatero, que llegó al poder tras unas famosas explosiones, se iría tras una implosión que, de producirse, os aseguramos no va a ser menos famosa.

¡Tapaos los oídos!

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