martes, 1 de enero de 2013

Economía - Previsiones para 2013

Buenos días, niños y niñas. Como todos los años por estas fechas, vamos a ver qué nos espera durante el año 2013. Pero pongamos primero el año en su contexto dentro de esta larga crisis. 

De aquellos polvos...

La crisis empezó a fraguarse con una borrachera económica bestial, que dio lugar a una burbuja de tamaño colosal.

Tras ganar las elecciones en Marzo de 2004, el anterior gobierno desató una fiesta económica, creando una situación de euforia financiera (con pies de barro, como tristemente sabemos) mientras enterraba frenéticamente la investigación sobre el atentado del 11-M y negociaba simultáneamente lo innegociable con ETA.

La orgía financiera se alargó enormemente.  Incluso cuando, en Diciembre de 2006, ETA se impacientó y mató a 2 personas en la T-4 del Aeropuerto de Madrid, el gobierno todavía "mantuvo contactos" (ya sabéis) con la organización.  Sin embargo, en Julio de 2007 el juicio del 11-M quedó visto para sentencia y por fin el panorama político quedó listo para un cambio.

El problema es que, para entonces, la burbuja económica que se había organizado en España había alcanzado proporciones inmensas.  El nuevo gobierno había nombrado gobernador del Banco de España a Miguel Angel Fernández Ordóñez (conocido como MAFO), un miembro del PSOE sin experiencia bancaria, bajo cuyo mandato se produjo una explosión del crédito bancario que tampoco tuvo precedentes.  El crédito bancario global se desmadró, y pasó desde 800.000 MEUR en 2004 hasta 1.700.000 EUR en 2007.

Bajo la batuta de MAFO, no había deudor al que la banca evitase dar préstamo y, como sabéis bien, el crédito fácil produjo una burbuja inmobiliaria de proporciones épicas.

Ese crecimiento del crédito vino financiado en gran parte desde el exterior, de modo que el déficit exterior, que había sido de 27.000 MEUR en 2003, se disparó hasta los 105.000 MEUR en 2007.  Como consecuencia de la acumulación de déficits, la deuda externa neta española pasó desde 300.000 MEUR hasta 800.000 MEUR.  En ese nivel, la deuda exterior de España se convirtió la segunda mayor del mundo, solo por detrás de la todavía más fabulosamente gigantesca de EE.UU.

...vienen estos lodos

Así las cosas, al estallar la crisis de las subprime en Agosto de 2007, sucedió lo previsible y sobrevino la catástrofe.  De golpe, el crédito exterior se cerró para los bancos españoles y entonces empezó la crisis que todavía estamos purgando hoy.  El gobierno, como sabéis, negó todo.

Pese a los desmentidos gubernamentales, la cosa tenía un aspecto gris marengo tirando a negro.  Recordamos a la previsión que hicimos en Agosto de 2008:

"nuestro escenario económico central: quiebra de al menos una caja de ahorros mediana (...), recesión y destrucción de 2 a 3 millones de puestos de trabajo, de modo que el total de empleos (...) quedará en unos 17 millones, tal vez menos (...). En total, estimamos que el proceso durará de 3 a 6 años."

Cuando escribimos eso, no todo el mundo estaba de acuerdo.  Entonces todavía no había caído ninguna caja de ahorros, había 19.400.000 empleos y no estábamos en recesión todavía.  El gobierno, por supuesto, seguía en lo suyo y negaba que fuese a haber recesión alguna.  Ahora nuestra predicción tiene más conversos, obviamente, pero lo mejor de haber acertado es que la misma línea de análisis que nos llevó a hacer esa previsión, nos lleva ahora a pensar que la crisis prácticamente ha acabado ya.

Maniobras desesperadas

No nos adelantemos.  Volviendo al perfil de la crisis, en Noviembre de 2009 observamos que, ante la evidencia del desastre causado, el gobierno anterior estaba tratando de escaquearse, hacer solo la mitad del ajuste necesario, para cerrar la crisis en falso y dejar el resto del enjuague para el gobierno que lo sucediera en el poder.  La vía para dar largas al problema consistió en incurrir en unos déficits públicos de pura antología.  Ese año, el déficit público superó el 11% del PIB.

Sin embargo, en Enero de 2010 ya nos parecía que la jugada no iba a salirle bien al gobierno, porque el daño que causaba a las finanzas públicas era tan grave que España podría ser arrastrada por una implosión en Grecia o cualquier otro factor detonante.  Pues dicho y hecho:  en Mayo de 2010, el agravamiento de Grecia provocó efectivamente el cierre de los mercados de deuda al Estado español, y a partir de ese momento, habiendo completado el arruinamiento del país, el gobierno no tuvo ya otra salida que doblar la rodilla y realizar sus primeros recortes.

Entonces quedó claro que el gobierno socialista estaba inexorablemente abocado a convocar elecciones anticipadas.  Cuando el presidente José Luis Rodríguez Zapatero desmintió categóricamente que fuera a anticipadar la convocatoria electoral en Mayo de 2011, la Gacetilla aprovechó para reiterar nuestra previsión que sí lo haría.  Nuestros magníficamente informados lectores no tuvieron entonces duda alguna que habría adelanto electoral, no tanto porque lo hubiera asegurado la Gacetilla, como porque lo había negado el presidente Zapatero (un indicador extraordinariamente fiable).

Heredando los cascotes

El caso es que sí hubo anticipo electoral, y ganó la oposición.  Nada más llegar al poder, el nuevo gobierno averiguó que la previsión de déficit que heredó era falsa (qué sorpresa).  Se suponía que iba a ser del 6% del PIB, pero a la hora de la verdad resultó ser del 9%.  En consecuencia, el gobierno entrante, que tomó posesión en Navidad de 2011, abrió 2012 haciendo ajustes a saco.

Así pues, el resumen de la jugada es el siguiente:  enterramiento del 11-M y negociación con ETA, montaje de borrachera económica a partir de 2004, burbuja colosal en 2007, crisis de las subprime y fin de fiesta ese año, escaqueo y déficit monstruoso hasta 2009, expulsión de los mercados y e imposición de los primeros recortes en 2010, elecciones en 2011 y ajustes al entrar en 2012.  Veamos pues ahora qué tal nos fue durante ese último año.

Un año muy duro

En general, nuestra previsión anual para el año recién cerrado ha sido razonablemente atinada.  En línea con nuestro análisis anterior, decíamos al comienzo del año que 2012 sería un período de ajuste, y que por lo tanto habría recesión y se perdería empleo, pero que a cambio se reduciría el déficit exterior.  Bien, pues pasado un año, así ha sido.

Sin embargo, nos quedamos algo cortos, porque el ajuste ha sido más intenso de lo que predijimos.  La recesión ha sido algo más profunda (preveíamos que el PIB caería un 0,7%, y ahora estimamos que habrá sido un 1,3%) y la destrucción de empleo también ha sido algo mayor (preveíamos 16.900.000 empleos medios en el último trimestre, y ahora estimamos 16.600.000), pero a cambio la caída del déficit exterior también ha sido mayor (preveíamos que quedaría en 25.000 MEUR, mientras que ahora estimamos que serán 18.000 MEUR).
Parece pues que el Gobierno ha sido más agresivo con su política de ajuste de lo que esperábamos (ya admitimos que nos había sorprendidi la subida del IRPF).  Eso quiere decir que lo hemos pasado peor, pero también que se ha hecho más camino en la senda del ajuste.


Millones cobrando el paro

Llama la atención, sin embargo, que la relativa aceleración del ajuste que se ha producido en 2012 no nos lleve a pensar, como cabría esperar, que la crisis vaya a ser consecuentemente más corta.  No solo eso, sino que la destrucción de empleo que ahora prevemos está claramente en la parte alta, o incluso algo en exceso, de la banda de 2 a 3 millones que fijamos hace 5 años.

Eso sucede porque esperábamos que el ajuste de salarios (a la baja, claro) fuese más rápido.  Sin embargo, no ha sido así, y la explicación de ello reside en el enorme número de desempleados que en España cobran los varios tipos de subvenciones al desempleo existentes (prestación, subsidio, PER, etc.).  Los empleos que solo devengan sueldos básicos no pueden competir con esas comparativamente generosas subvenciones al desempleo y, por lo tanto, desaparecen.

Dichas subvenciones son la principal distorsión del mercado de trabajo español respecto al de otros países europeos, puesto que son mucho más generosas, respecto al nivel de un salario básico (en monto y condiciones), que las de nuestros vecinos europeos.  Esta peculiaridad normativa explica por qué el paro en España es tan endémicamente alto respecto incluso a vecinos tan directamente comparables como Portugal.

Aun así, nosotros esperábamos que a partir de 2011 se hubiese producido una rápida caída de la cifra de desempleados que cobran subvención, a medida que el enorme número de trabajadores que perdieron su empleo en 2009 fuese agotando su correspondiente subvención (que dura un máximo de 30 meses).

Llegado el momento de la verdad, sin embargo, ha resultado que la cifra de parados subvencionados no se ha reducido, sino que sigue estable o incluso, sorprendentemente para nosotros, crece un poco.  Durante los primeros 10 meses de 2012 cobraron subvención un promedio de 2.900.000 parados cada mes, 100.000 más un año antes.

Creando la cultura del subsidio

Ese crecimiento resulta muy inesperado, y además es preocupante.  Si ya no se destruyen tantos puestos de trabajo como en 2009, pero el número de parados subvencionados no cae, eso significa que cada vez son más los trabajadores que alternan el trabajo con el cobro de la subvención al paro.

De no atajarse este fenómeno, nos llevará a la creación de toda una capa social, integrada por millones de personas, cuya vida laboral consistirá en una rutinaria sucesión de entradas y salidas al sistema de protección de empleo.  Se trataría de una enorme casta de dependientes sociales, y no hay economía que aguante ese peso.

Hay que entender muy bien la gravedad del problema que supondría la consolidación de las enormes cifras de parados subvencionados actuales, que no se están reduciendo.  Fijaos en estos datos.  El pasado mes de Octubre, cotizaron a la Seguridad Social 16.700.000 trabajadores.  Ese mismo mes, cobraron subvención al paro 2.900.000 parados.  Es decir, de ese total de 19.600.000 trabajadores, el 85% trabajaba, mientras que el otro 15% cobraba el paro.  Dicho de otro modo, en los actuales niveles, el trabajador medio en España pasa un 85% de su vida laboral trabajando, y el otro 15% cobrando el paro.

Los que trabajamos desde hace un tiempo, estamos tradicionalmente acostumbrados a pensar que tenemos derecho a 1 mes de vacaciones pagadas al año, es decir, a cobrar sin trabajar el 8% de nuestra vida laboral.  Pues bien, sería razonable que las generaciones que se incorporan ahora al mercado de trabajo, lo hicieran pensando que lo normal es evitar trabajar, además de en vacaciones, tambíén durante un 15% adicional de su vida laboral.

Por supuesto, no todos los trabajadores se harán esta composición, pero ya os adelantamos que, en esta situación, por cada uno que llegue a trabajar el 100% de su vida laboral, habrá otro que se conformará con trabajar solamente el 70%.  Si la media se mantiene indefinidamente en el 85%, las matemáticas no engañan.

Claro, puede argumentarse que quien no trabaja es porque no encuentra un trabajo suficientemente atractivo.  Sin embargo, ese argumento abre la puerta al arraigo de la cultura del subsidio.  Ya nos gustaría a todos que hubiese más empleos de piloto de aerolínea o notario, pero el país da para lo que da, y siendo así las cosas, siempre viviremos todos mejor si trabajamos 19.000.000 de personas, que si lo hacen 16.000.000.

En la Gacetilla lo tenemos claro, y nos parece evidente la urgencia de reformar el sistema de subvenciones al paro.

Mirando hacia adelante

Pero volviendo a nuestras previsiones, el resultado de la resistencia a la baja de las cifras de parados subvencionados es que los sueldos no bajan, el número de empleos básicos no se recupera y el paro es más alto de lo que esperábamos.  Como consecuencia, aunque el ajuste realizado por la economía sea mayor de lo previsto, la duración de la crisis no se acorta y la previsión de destrucción de empleo se va a la parte alta de nuestra banda, o incluso la supera.

Hasta Noviembre de 2012 (último dato disponible), se han destruido 2.900.000 empleos durante la crisis.  Ahora creemos que todavía se destruirán otros 200.000 más, y que por lo tanto se alcanzarán los 3.100.000 empleos destruidos en el invierno de 2014.
Desde el punto de vista del mercado de trabajo la crisis empezó en Junio de 2008, con la destrucción de los primeros 19.000 puestos de trabajo (una fruslería, comparado con lo que vino después).  Hoy prevemos que acabará en Septiembre de 2014, más o menos.  Es decir, que la crisis laboral durará unos 6 años y 2 meses.

Es duro pensar que todavía nos queda un año más, y 200.000 empleos menos, para que termine esta pesadilla.  Aun así, nos parece una conclusión relativamente bastante positiva porque, aunque a estas alturas cueste ya creerlo, lo malo ya casí terminó.

Optimismo razonable...

De hecho, la crisis financiera, que empezó con el crack de las subprime en Agosto de 2007, ya ha acabado  Terminó tras el exitoso completamiento de la refinanciación de las amortizaciones de deuda pública de Octubre, como os dijimos en su día.  Pero nos hemos chupado 5 años y 3 meses de marrón financiero, que no está mal.

Y desde el punto de vista del sector exterior, la crisis tuvo que revertir el inmenso agujero de déficit por cuenta corriente con que nos premió la incalificable acción del anterior gobierno.  El déficit por cuenta corriente alcanzó su cénit en Junio de 2008 (acumulando 114.000 MEUR en 12 meses), y ahora prevemos que se liquidará en Junio de 2014.  En otras palabras, desde el punto de vista exterior, la crisis va a acabar durando 6 años justos.

De hecho, aprovechamos para deciros que la última cifra de déficit exterior, que corresponde a Octubre de 2012 y fue publicada la semana pasada es, de nuevo, extraordinariamente buena (¡van llegando las buenas noticias!).  Tanto es así, que hemos tenido que modificar a la baja nuestra estimación de déficit exterior para 2012 (hasta 18.000 MEUR).  A estas alturas, el optimismo de los 2 Ministros económicos del Gobierno en Noviembre de 2012, que incluso a nosotros nos parecía un pelín voluntarista, empieza ahora a sonar más razonable.  ¡Pues ojalá acierten!


Pero que no haya error, que aunque nos superen los Ministros, seguimos estando entre los más optimistas del mercado, si bien ya se van incorporando paulatinamente algunos analistas a nuestra alegre pandilla.  Insistimos pues en que 2013 será duro, pero irá mejorando a lo largo del año, y en que la crisis terminará al final de 2013, o en el primer semestre de 2014.

...menos en vivienda

Bueno, en realidad, la crisis acabará en casi todos los aspectos, pero no en todos.  En lo tocante a vivienda, ya os dijimos en 2009 que el desestocaje de la masa acumulada de vivienda nueva continuaría más allá del final de la crisis, y hacer unos meses estimamos que llegará hasta 2017.  Pues también seguimos pensando eso mismo, o sea que entre 2014 y 2017 se dará un período durante el cual la crisis habrá terminado, y sin embargo todavía se estará liquidando el sobrestock de vivienda acumulado en años anteriores.

Y eso es lo que hay.  Dicho lo cual, os dejamos en compañía de nuestro habitual cuadro de previsiones para 2013.   ¡Feliz año y mucha suerte, chavales!


(e) estimado, (p) previsto
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