sábado, 25 de febrero de 2012

Prensa - El show de Jaume Roures

Esto sí que mola. Esta semana ha publicado su último número el diario zapaterista Público, cuyo dueño, Jaume Roures, personifica en sí mismo el destilado esencial del tipo de individuos que tomaron la España rica y optimista de 2004 y la han transformaron en ese pastel que nos ha quedado al irse.

Público era un producto típicamente zapaterista. Fundado en Septiembre de 2007, su objetivo no era otro que proporcionar un altavoz al servicio directo del presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

Manos a la obra

Estando Zapatero en La Moncloa, cuando el presidente quería algo, la falta de dinero no podía ser un obstáculo. En este caso, se encargó a el enjuague a Luis Fernández. Fernández fue nombrado presidente de RTVE en Enero de 2007, e inmediatamente despojó a la empresa pública de su capacidad de producción propia (comprobad como lo denuncia CC.OO. en este artículo).

A partir de ahí, RTVE empezó a encargar la producción a contratistas externos, entre las cuales destacaron las empresas de (aquí lo tenemos) Jaume Roures. Alguna de las producciones de Roures eran inexplicablemente caras (ved aquí la que se montó el año pasado cuando le renovaron el contrato de "España Directo" por nada menos que 14 MEUR). Otras, directamente, fueron las más caras de la historia (caso de "Aguila Roja", serie con un coste de 2 MEUR por capítulo).

Total, que Roures se llevaba la pasta en carretilla. Según el sindicato USO, solo en los primeros 2 años del feliz enjuague (es decir, hasta Septiembre de 2009), Roures se había metido nada menos que 80 MEUR en contratos. Ahí es na'.

Todo esto era posible gracias a que, según indica el informa de auditoría de TVE, el ente público no tenía un procedimiento documentado para las enormes compras que hacía (uy, qué despiste tan grande). En consecuencia, según la auditoría “no hay documentación sobre la oportunidad en la contratación de los proyectos”, ni es posible determinar si “la utilización de recursos externos viene motivada siempre por la indisponibilidad de los propios”.

Asociación deportiva

Pero eso no era todo. En el caso de la contratación de eventos deportivos (¿como? ¿también esto?), la prensa apuntó que TVE compró los derechos de la Champions League bien caros, pero con la condición de que se cedieran a las empresas de Jaume Roures (otra vez Roures ¡pero qué casualidad!) los derechos de los partidos que no diera la propia TVE.

En fin, que esto fue lo que hizo Luis Fernández desde que desembarcó en RTVE en Enero de 2007. A los 8 meses de la entrada de Luis Fernández, en Septiembre de 2007, se lanzó efectivamente Público.

Y por si alguno teníais dudas sobre tanta coincidencia, el periodista (entonces tertuliano de la cadena SER) Carlos Carnicer ha revelado que el propio Luis Fernández le había ofrecido la dirección de Público antes de que este saliese a la calle.

Se ve que, al no convencer a Carnicer, la negociación con el siguiente candidato no debió ser fácil, porque hubo que hacer otro enjuague. El elegido fue otro periodista de la SER, Ignacio Escolar, y la mujer fue casualmente también contratada por RTVE el mes anterior al lanzamiento del periódico. O sea que ya veis: cualquiera diría que la contratación de la mujer de Escolar por RTVE fue, en realidad, un sobresueldo acordado por Luis Fernández para Escolar. En fin, siempre la dichosa duda...

Ganando con doping

Como veis, todo justo a tiempo para las elecciones generales de Marzo de 2008, esas en que Zapatero ganó con el lema "¿Crisis? ¡Si no hay crisis! ¡Son todos unos catastrofistas y antipatriotas!", mientras maniobraba entre bastidores para evitar que las grandes inmobiliarias empezasen a quebrar antes de los comicios.

Como os podéis imaginar, el sesgo de la línea editorial de Público era previsible, y la cosa salió bien porque, aunque ahora sabemos que sí había crisis, Zapatero convenció a muchos y ganó las elecciones de 2008.

Algo falla

Aunque naturalmente, no todos los electores son memos, o al menos muchos aprenden. Tal vez por ese motivo, el diario no se vendía bien, o tal vez fuera porque en realidad sus dueños nunca se propusieron realmente cubrir costes. El caso es que, al cabo de algo más de 3 años de vida, Público había acumulado 60 MEUR de pérdidas. Vamos, que salía más caro que un hijo tonto.

Caray. Pero, con ese ritmo de pérdidas ¿como se justificaba la colaboración de Roures? ¿De verdad ganaba tanto dinero en RTVE como para aguantar las pérdidas de Público y todavía salir en positivo? Pues creemos que, en realidad, puede que no. Roures, en realidad, estaba jugando a otro juego.

Su hermano mayor

El diario Público era el hermano menor de un negocio más grande. Porque el negocio bueno era, en realidad, la licencia gubernamental que Zapatero había dado a Roures en 2005 para lanzar la cadena televisiva La Sexta.

En el caso de La Sexta, Roures puso la licencia que le había concedido su amigo, y los mexicanos de Televisa pusieron todo el dinero que hizo falta para pagar las enormes pérdidas de la cadena hasta que Zapatero. Si Público se había plantado en 60 MEUR, La Sexta acumulaba 700 MEUR de pérdidas (de dinero mexicano, se entiende, a ver si alguien cree que Roures ha visto tanto dinero junto en su vida).

En cuanto las pérdidas empezaron a crecer y los mexicanos vieron como se evaporaba su dinero, quisieron vender la cadena a Antena 3, para salvar lo posible del naufragio. Sin embargo, y como os explicamos el Junio de 2011 (pinchad aquí para refrescar), Zapatero se negó a permitirles vender la cadena hasta que pasaran las elecciones de Noviembre de 2011. Y podía negarse, porque en teoría La Sexta tiene una licencia pública, otorgada por concurso, que no puede venderse sin una pequeña, pero imprescindible, modificación legal previa.

De modo que los mexicanos y Roures tuvieron que esperar hasta después de las elecciones para poder vender La Sexta y, mientras tanto, Roures tuvo que mantener abierta también la ruina de Público. Ahora os imaginaréis qué prisa tenía en cerrar el puñetero diario apestoso.

Al fin libres

Pero un día, por fin pasaron las elecciones de las narices, cumpliendo lo pactado (no vayamos a enfadarnos todos) Zapatero autorizó finalmente la venta de La Sexta en su último Consejo de Ministros el 17 de Diciembre de 20011. De ese modo, los socios de La Sexta pudieron embolsarse los 95 MEUR que Antena 3 va a pagar por los restos mortales de la cadena (¿a cuanto ascenderá la cuota de Roures?).

Hasta aquí la parte jetapálida. Pero ahora llega la parte tragicómica, que mola todavía más.

Torrente al ataque

Si tuviésemos que comparar a Jaume Roures con alguno de esos entrañables personajes que pueblan el imaginario colectivo español, nos vendría inmediatamente a la cabeza el cinematográfico antihéroe Torrente. Visualizad si no la siguiente escena.

Al día siguiente de la celebración del Consejo de Ministros que autorizó la venta de La Sexta, nuestro héroe decidió dejar de pagar los sueldos de los empleados de Público. Alguien le habrá hecho notar que estábamos en Navidad, pero Torrente, queremos decir, Roures, no estaba para milongas.

Al mes siguiente, el diario entra en concurso de acreedores, y el administrador concursal decide usar el poco dinero que queda a pagar los atrasos de los empleados. Aprovechando el momento, nuestro Torrente, perdón, Roures, se mete en la redacción del diario y, ni corto ni perezoso echa un discurso y dice a sus empleados que tiene un plan, que consiste en buscar a un pardillo, es decir, un inversor, que ponga 9 MEUR para comerse el marrón, perdón, quedarse el periódico (qué día tan tonto tenemos). Además, dice que hay que hacerlo en 1 mes (justo lo que tarde en pasar el Congreso del PSOE en Sevilla), o nada.

Pero que de poner él dinero suyo, nada de nada, vamos. Hay que imaginarse la cara de los periodistas de Público oyendo el discurso de su jefe, y viéndole luego alejarse en su limusina (suponemos que en dirección a la marisquería de guardia más próxima). Menudo poema.

Encima pitorreo

Pero pasa el mes y, por supuesto, ni inversor ni vainas, de modo que hay que cerrar. Pero claro, Roures ha dejado al frente del tinglado al último director de Público (Ignacio Escolar ya se fue hace tiempo), que es el único que cobra porque (como no) se pasa el día contratado por RTVE como tertuliano, y necesita presentarse como director de un periódico (si no, de qué iba a estar allí).

De modo que ayer Viernes deciden que ya no van a pagar más salarios, pero que todavía van a salir 2 números más, hasta el Domingo próximo, y que luego seguirán en internet (o algo). Como os podréis imaginar, la plantilla se reune y, curiosamente, decide irse a su casa y no sacar ya ni un solo número más. Sería cómico si no fuera tan trágico.

Y aquí llega el gran final: hoy mismo, Jaume Roures da una entrevista a El País que nos informa que "El empresario negó “causas políticas” que hayan hecho coincidir el fin del proyecto con el fin de la era de José Luis Rodríguez Zapatero en el gobierno español".

¿Y sabéis desde donde hizo estas declaraciones? Os va a encantar: desde el Hotel Montage de Beverly Hills (500 USD más gastos e impuestos la habitación más barata).

Torrente puro. Solo que estos son los tipos que nos han gobernado casi 8 años. Puaj.

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