Como consecuencia de su incapacidad para pagar las deudas que ha contraido, Grecia lleva meses negociando un acuerdo con sus acreedores. En función del mismo, los acreedores perdonarán unos 100.000 MEUR de deuda a Grecia, es decir, unos 9.000 EUR por cada bebé, hombre, mujer o anciano del país.
No es fácil conseguir que te perdonen tanta deuda ni siquiera estando quebrado. Cuando Argentina estuvo en una situación parecida en 2001, nunca tuvo la opción de aspirar a un acuerdo similar. En aquella ocasión, muchos acreedores se negaron a negociar, y el resultado fue que el país perdió acceso a los mercados de crédito durante muchos años. A día de hoy, cuando ya han pasado más de 10 años desde aquel episodio, la práctica totalidad de los prestamistas internacionales siguen negándose a prestar ni un duro al gobierno argentino.
Que Grecia sí tenga a su alcance un acuerdo así se debe al paraguas protector que le proporcionan sus poderosos socios de la Euroznoa quienes, por ser vos quien sois, han forzado a los acreedores a sentarse y negociar.
En esta situación, los partidos que sostienen al gobierno tecnocrático de Lucas Papademos en Grecia se reunieron ayer para aprobar el acuerdo alcanzado.
Corre, corre
La aprobación tenía que darse ayer, porque este fin de semana hay que preparar la documentación necesaria para someter el acuerdo a la aprobación individual de todos los acreedores, de modo que estos dispongan de 3 semanas para aprobarlo y comunicar su aprobación antes del 8 de Marzo. Tened en cuenta que, en muchos casos, los acreedores necesitarán convocar a sus respectivos Consejos de Administración para tomar esta decisión y que, en una ocasión como esta, ningún banquero se la va a jugar firmando nada sin haber obtenido antes todas las autorizaciones que necesite.
De no haberse recibido suficientes aprobaciones para el 8 de Marzo, no habrá tiempo para realizar una modificación legal en Grecia que también es imprescindible y después, cuando todo lo anterior esté listo, que la Línea Europea de Estabilidad Financiera desembolse un nuevo préstamo para Grecia. Es imprescindible que el dinero del préstamo llegue a tiempo para hacer un pago (de 14.500 MEUR nada menos) que está previsto para el 20 de Marzo próximo y que, de no satisfacerse, significaría la declaración de Grecia en quiebra.
Bien, pues siendo esta la situación ¿qué han hecho los partidos griegos? He aquí la noticia de hoy: no han aprobado el acuerdo.
Como os podréis imaginar, hay una excusa para este incomprensible comportamiento. Y como también os podréis imaginar, la explicación última es, sencillamente, que los partidos políticos griegos son un asco.
Parecía imposible
Lo primero que sucedió ayer fue que uno de los dirigentes afectados se negó a discutir sobre el documento negociado con los acreedores extranjeros, porque estaba en inglés. Como os podréis imaginar, no solo es que ese partido político envió para negociar a un jerarca incapaz de leer inglés (lo cual ya es alucinante, dada la situación), sino que además el partido transformó el idioma del documento en poco menos que un asunto de dignidad nacional. Consecuencia: hubo que esperar para empezar la reunión hasta que dió tiempo a traducir las 50 páginas al griego. Total, que nos pusimos en las 18:00 de ayer.
Entonces empezó la reunión y se leyeron los ajustes que Grecia se va a comprometer a hacer, como contrapartida al perdón de la deuda. Dichos ajustes van orientados a evitar que el gobierno griego siga gastando más de lo que ingresa (el año pasado tuvo un déficit equivalente al 9% del PIB).
Ahora deteneos un momento, y pensad en las opciones que tenían los griegos. Por un lado, podían optar por una reducción de la deuda como la descrita, válida a todos los efectos legales, a cambio de comprometerse a una reducción futura y paulatina de su déficit. Por otro lado, podían rechazar el acuerdo, impagar el 20 de Marzo, acabar como el gobierno de Argentina, a quien nadie presta un duro, y verse por lo tanto forzados a reducir el déficit a cero y de golpe, por falta de crédito. ¿Qué habríais elegido vosotros?
Bien, pues eso es porque vosotros no sois políticos griegos. Porque ellos decidieron rechazar el acuerdo, sobre la base de un solo punto: quieren que el compromiso de recorte futuro del déficit sea un poco más suave con las pensiones griegas.
¿Y con qué argumento creéis vosotros que cuentan para presionar a los acreedores a hacer esta concesión adicional? Pues muy fácil: con ninguno.
Sácame guapo
Entonces ¿para qué hacen eso? Pues también muy fácil: están posando para la galería.
Sucede que son todos tan oportunistas, que ninguno de ellos se fía de los demás. En esa situación, si uno cualquiera de ellos dice que aprueba el acuerdo, se expone a que otro lo rechace, pida una concesión adicional (por ejemplo, sobre las pensiones) y, la obtenga o no, quede ante el público posando como el héroe que se negó a claudicar ante los poderosos banqueros internacionales. Resultado: ninguno de ellos ha tenido las agallas para aprobar un acuerdo que reduciría de un plumazo la deuda en 9.000 EUR por cada habitante de Grecia.
Bien, pues ahora vamos a ser más severos. En última instancia, la culpa es de los votantes griegos. Si los políticos creen que va a ganar votos quien haga una estupidez es porque la experencia les ha enseñado que eso es justamente lo que pasa.
Esa es otra cosa que Grecia comparte con Argentina. Los argentinos también llevan décadas quejándose de sus políticos, pero luego llegan las elecciones y votan a los mismos peronistas del Partido Justicialista de siempre. De tal suerte que, como era de suponer (a menos que uno sea votante argentino, aparentemente), las cosas nunca cambian en ese país.
Por lo tanto, ha llegado la hora de que los votantes griegos se enfrenten a su propia responsabilidad, y empiecen a premiar a los políticos con arrestos suficientes para mirarles a la cara y decirles la verdad sin tapujos.
¿Es eso imposible? Pues en la Gacetilla no creemos que no solo es posible, sino que es demostradamente posible.
Premio a la honestidad
Rara es la vez que España puede ponerse como ejemplo, pero en este caso no ha producido únicamente 1 caso comparable, sino 2. El Gobierno de la Generalitat de CiU acometió dolorosos recortes tras acceder al poder en 2010, porque eran necesarios. Bien, pues lejos de resultar erosionado por ellos, el partido reforzó su supremacía electoral en las elecciones generales de Noviembre de 2011.
Más recientemente, el Gobierno central del PP aprobó una dolorosa subida de impuestos, y varios paquetes de reformas en materia de banca, hacienda pública y empleo. Bien, pues el último Barómetro del CIS concluyó que su ventaja respecto al primer partido de la oposición prácticamente no se ha resentido.
Tal vez reconfortado por ese dato, el Presidente del Gobierno Mariano Rajoy incluso no tuvo tapujo en decir públicamente ayer en el Congreso de los Diputados que el año 2012 sería malo, y que el paro subiría. Quizá porque sabe que la mayor parte del electorado agradece la honestidad, incluso cuando se trate de dar malas noticias.
De vuelta a Grecia, lo probable es que, una vez hecho el pose para la galería, el acuerdo se apruebe hoy de todas formas (como cabía esperar). Pero sería de agradecer que un político griego tuviese los arrestos para hablar alto y claro, y todavía más de agradecer que, a continuación, los griegos le apoyasen en las urnas. El país va a tener elecciones el próximo mes de Abril, o sea que la ocasión la pintan calva.
Está demostrado. Otra política sí es posible. Pero el cambio bien entendido empieza por la responsabilidad de los propios electores.
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