lunes, 20 de febrero de 2012

Angulo Ciego - Garoña y verdades sesgadas

Peligro nuclear

El Cinco Días (y la prensa en general) publica que el gobierno acaba de autorizar que la central atómica de Santa María de Garoña opere durante cinco años más. Garoña arrancó en 1970, con una licencia para operar 40 años. El gobierno anterior extendió esa licencia por 3 años más, es decir, hasta 2013. Y ahora el gobierno actual pasa la fecha de cierre desde 2013 hasta 2018.

Se trata de una noticia horrible, por puros motivos técnicos. Sin perjuicio de que se esté a favor o en contra de la energía nuclear en general, la central de Santa María de Garoña es de un modelo de General Electric (llamado Mark I) que es inseguro, como os dijimos en Marzo de 2011 (podéis refrescarlo pinchando aquí).

Fueron los propios ingenieros que lo habían diseñado quienes alertaron del fallo de diseño en 1972 (perdieron su trabajo) y la Agencia de la Energía Atómica de EE.UU. (como era conocido entonces el regulador nuclear de ese país) lo ratificó en 1976. Pero lo que es peor, los 3 reactores de la central de Fukushima que reventaron el año pasado eran del tipo Mark I. Y eso que reactores Mark I solo son (o a estas alturas más bien “eran”) 32 de los más de 400 que hay por el mundo.

No negamos que lo que les pasó fue un evento muy improbable (un terremoto terrible, seguido de un potentísimo tsunami), pero no os equivoquéis: lo que les hizo reventar fue un fallo de pérdida de refrigerante primario, que puede deberse a un tsunami tanto como a otra serie de causas, improbables pero no imposibles, tales como que le caiga encima un avión. Con la diferencia que, en tal caso, en Garoña el material nuclear no iría al mar, sino que bien podría quedar distribuido ampliamente por toda la capa freática del valle del Ebro (puesto que la central se ubica en la cabecera de ese río).

Grave error pues del gobierno. Que no tengamos que lamentarlo.

Contando manifestantes

Ayer se celebraron manifestaciones contra la reforma laboral y, como exige la liturgia de estos casos, se desató la correspondiente guerra de cifras para determinar el número de manifestantes. En el caso que nos ocupa, los convocantes hablan de 500.000 manifestantes y la policía de 50.000.

Sucede, sin embargo, que el diario El País ya publicó en su día la vía para determinar una buena aproximación al número de manifestantes (podéis verla muy bien explicada aqui). Consiste en medir la zona por la que se extienden los manifestantes, y hacer un cálculo sobre la densidad de manifestantes, donde esta está acotada por motivos de capacidad física entre 0 y un máximo de 4 personas por metro cuadrado.

Ese sistema de cálculo permitió a El País decir que en la manifestación en protesta por la negociación del gobierno Zapatero con ETA, que se celebró el 25 de Febrero de 2006, habían participado “entre 177.000 y 190.000 personas”, en lugar del 1.400.000 que calculó en aquella ocasión el gobierno de la Comunidad de Madrid. Como podéis comprobar en la explicación gráfica que presentó entonces el diario izquierdista, el espacio ocupado por la manifestación ascendió a 183.000 metros cuadrados, sobre el cual asignó el periódico una densidad media de 1,0 manifestantes por metro cuadrado. Fácil.

En el caso de la manifestación de ayer, aplicando idéntico método, El País cifra la superficie cubierta por la manifestación en 44.000 metros cuadrados. Esto parece difícil de desmentir, porque las calles y plazas miden lo que miden. Sin embargo, a renglón seguido, el periódico se descuelga con una densidad de 2,5 manifestantes por metro cuadrado y ¡ale-hop! nos premia con un cálculo de nada menos que 110.000 manifestantes.

Si la cosa os parece un poco sospechosa, las fotos aéreas lo alcaran un poco. Ved la foto de la manifestación de 2006:

Y ahora ved la foto de la manifestación de ayer:

¿Os parece a vosotros que claramente hay 2 veces y media más densidad en la segunda que en la primera? Pues eso mismo pensamos nosotros.

Lo probable pues, en opinión de esta inmarcesible publicación, es que en ambos casos hubiera alrededor de 2 manifestantes por metro cuadrado, lo cual nos lleva a unos 370.000 manifestantes en 2006, y a unos 90.000 ayer.

Santiago Carrillo da lecciones

Santiago Carrillo es un personaje probablemente repugnante. Su responsabilidad del máximo nivel en el mayor crimen cometido durante la Guerra Civil (el asesinato a sangre fría de 5.000 prisioneros al principio de la contienda, varios cientos de los cuales eran menores de edad) no ha podido ser determinada en vía judicial, gracias a que la correspondiente iniciativa fue bloqueada por el juez Baltasar Garzón, juez indigno actualmente inhabilitado por haber prevaricado en otro asunto distinto.

Bueno, pues ese gran hombre que es Carrillo se permite hoy el lujo de lanzar una homilía desde el púlpito para los leales que le brinda el diario El País (con grave daño para su crédito periodístico), con el fin de ensalzar nada menos que la figura del juez prevaricador a quien tanto debe él personalmente.

El título del su artículo "¿Volvemos a los tiempos del miedo?" nos retrotrae a la época en que los milicianos de Carrillo campaban por sus respetos, convirtiendo a Madrid en una jaula de terror y dando lugar a historias como la que figuran en este artículo.

Como sabéis, en esta publicación nos preciamos de llamar a las cosas por su nombre. Lamentablemente, la falta de una sentencia judicial probatoria establece límites sobre qué podemos decir de Carrillo. Pero una cosa es que nos atengamos a esos limites, y otra muy distinta que se nos pueda pasar por alto qué tipo de individuo es el que ahora se permite dar lecciones de ética a la sociedad. De eso nada.

O desde luego, no sin que nosotros recordemos de qué se le acusa, y a quien debe Carrillo su buena suerte.

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