martes, 7 de junio de 2011

Entrelíneas - Antena 3 se queda con La Sexta

A la tercera, va la vencida. O eso dicen, porque más que la sabiduría popular del refranero, la historia de La Sexta nos trae a la cabeza uno de los sketches cómicos de “Se lo que hicísteis”, el difunto programa cómico de la propia cadena.

Y es que la historia de La Sexta parece toda una metáfora sobre la forma de gestionar del gobierno. No os perdáis los detalles.

Dame un besito, dame un durito

Como sabéis, Jaume Roures, el amiguete catalán del presidente José Luis Rodríguez Zapatero, es la cabeza visible de La Sexta. En prenda de su amor, Zapatero concedió a Roures la última licencia de televisión analógica que se iba a licitar antes del paso a la televisión digital. Quienes hayáis visto a los telediarios de La Sexta atribuir sin lugar a dudas la crisis económica a los obispos, a Franco y a los pérfidos neocons americanos (es decir, a cualquiera menos al gobierno), comprendéis el conspícuo valor de los frutos de tanto mutuo cariño.

Sin embargo, además de una licencia, para montar una cadena televisiva hace falta pasta, y como os habréis imaginado, Jaume Roures está en esto para sacar dinero, no para ponerlo. De modo que Roures convenció al grupo mexicano Televisa, que llevaba tiempo intentando sin éxito entrar en el mercado español (recordad el canal de Televisa Galavisión, con su mítico Chapulín Colorado), para que actuara de tonto útil y pusiera el parné. A cambio, Roures instaló a un mexicano de Televisa como Director Financiero de la cadena (naturalmente).

El problema es que Roures (ese genio del multimedia) encontró mucho más fácil asentar la necesaria popularidad de la cadena televisiva a base de gastar más que nadie (como veis, se rompió la cabeza concibiendo su sofisticada estrategia). Empezó una guerra con Sogecable por los derechos del fúlbol (con el impagable apoyo del FC Barcelona, que le vendió los suyos sin pedirle avales), luego por la Fórmula 1 y después se hizo con el elenco completo de los humoristas zapateristas más sobrepagados del país: el Gran Wyoming (como no), el gran Andreu Buenafuente y cualquier otro que tuviese claras sus prioridades político/económicas.

Oh, oh

Total, que si en Noviembre de 2005 les adjudicaron el canal, y empezaron las emisiones comerciales en Marzo de 2006, para Marzo de 2009 Roures ya se había pulido toda la plata de los mexicanos. Vamos, que le duró menos el dinero que un caramelo a la puerta de un colegio. No solo, sino que para entonces ya estaba claro que Zapatero había metido a España en su peor crisis económica desde la Guerra Civil, y que con toda probabilidad perdería las siguentes elecciones generales.

Podemos suponer que a los mexicanos la cosa no les hacía ninguna gracia. Se ve que las limitaciones de su incorregible mercantilismo les impedían ver la sublime calidad artística de la obra de Roures. Ya podemos visualizar la escena de las explicaciones, con Roures subido en pie sobre el carísimo sofá italiano de su despacho, con mirada dirigida mesiánicamente a lo alto y los brazos elevados en actitud sacerdotal. Y todo por dinero. Qué vulgaridad, cuando lo que está en juego es la reeducación política y religiosa completa de un país tan necesitado de la impagable iluminación de astros planetarios como Roures y Zapatero. Bien, pues una vez oida toda la argumentación, los mexicanos dijeron a Roures que todo estaba muy bien, pero que ya no pondrían ni un duro más en el fallido proyecto, y que vendiera la cadena para ver si conseguían recuperar algo de la inversión. De modo Roures bajó las manos, se apeó del sofá, se fue a hablar con José Manuel Lara, amo de Antena 3, y ese mismo mes acordó la venta de todo el tinglado.

Pasta per tutti

Sin embargo, Zapatero no estaba dispuesto a quedarse sin sus telediarios-mascota favoritos, de modo que hizo a los mexicanos una oferta que no podrían resistir. En Abril de 2009, el gobierno anunció que Televisión Española (TVE) dejaría de emitir publicidad. Por lo tanto, a toque de varita mágica (pagada con los impuestos de todos, pero qué más da), de repente las cadenas privadas podrían repartirse los aproximadamente 500 a 600 MEUR que TVE ingresaba anualmente.

¿Comprendéis? Ni un duro más de gastos, 600 MEUR más de ingresos, a repartir básicamente entre las 4 cadenas privadas. No es ya que La Sexta fuera a perder menos, sino que de repente, por mor del repentino incremento de la rentabilidad del mercado publicitario televisivo en España, de la noche a la mañana la cadena valía mucho más dinero. Y por si fuera poco, los dos probables compradores (Telecinco y Antena 3) estaban también repentínamente forrados. Pistonudo. Todo gracias al Gran Jefe Jetapálida (ver nuestro artículo anterior), y a cargo de vuestros impuestos (adivinad sino como se van a pagar a TVE los 600 MEUR anuales que ya no ingresará en el futuro). Genial, vaya. Como es natural, ante tal oferta Roures y los mexicanos se frotaron las manos hasta que les salió humo.

Ya con la nueva valoración, Antena 3 y La Sexta revisaron las condiciones de la compra, y en Diciembre de 2009 alcanzaron un nuevo acuerdo (suponemos que bastante más jugoso, claro). Sin embargo, cuando Roures fue a presentárselo a Zapatero, este le comentó que no esperaba una venta tan rápida, y exigió que el nuevo comprador mantuviese el tenor oficialista de los telediarios que tanto deleite produce al presidente.

A la orden, presidente

Pero nada de eso. Suponemos que, con todas las encuestas apuntando a una clara victoria del PP en las siguientes elecciones generales, Lara no tendría ningún interés en ser propietario de una cadena desde la cual se organizasen concursos de escupitajos al logo de la gaviota con cadencia cuasi diaria. Por lo tanto, en Febrero de 2010 la venta se frustró de nuevo.

A partir de entonces, el gobierno no ha dejado de recoger los frutos de su extraordinaria gestión económica, y naturalmente las cosas le han ido de mal en peor. En Mayo de 2010 tuvo que anunciar drásticos recortes en los sueldos de los funcionarios y las pensiones (¿se acordaría alguien de los 600 MEUR anuales de TVE?) y, a pesar de la incondicional adulación de La Sexta, las encuestas siguieron de mal en peor. Hasta que por fin, el pasado 22 de Mayo, hubo elecciones (autonómicas y municipales) y el PSOE obtuvo los peores resultados electorales de los últimos 50 años. Como os podréis imaginar, los mexicanos no pueden estar más hartos.

Epílogo

Y así llegamos hasta la noticia de hoy, cuando se publica la siguiente noticia: “Antena 3 y La Sexta retoman los contactos para la fusión” (como os podréis imaginar, “fusión” es un eufemismo amable, puesto que se trata de una venta pura y dura).

¿Ve alguien un hilo lógico en todo esto? Porque a nosotros todo nos parece bastante natural. Roures resultó ser más un charlatán de feria que un hombre de negocios, los mexicanos de Televisa con quienes se asoció salieron escaldados (eso por no hablar del FC Barcelona), el proyecto entero se fue al garete y vosotros pagaréis los platos rotos subvencionando con vuestros impuestos los 600 MEUR anuales de TVE. Eso sí, como podréis comprobar todavía en el telediario de La Sexta, todo por culpa de los obispos, Franco y los perfidos neocons americanos.

Pues esto es lo que hay. Hala, que os sea leve.

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