lunes, 29 de septiembre de 2008

Bancos - ¡Pero qué está pasando!

En esta Gacetilla venimos sosteniendo que la crisis que sufrimos ha venido detonada por motivos internacionales, pero que ha repercutido tan negativamente en España porque nuestra economía se ha deteriorado enormemente desde 2004.

Además, venimos sosteniendo que nuestro escenario central prevé la implosión de una o más instituciones de crédito españolas, en el intervalo que va desde Septiembre de 2008 hasta Diciembre de 2009.

Bueno, pues a tenor de lo que ha sucedido estos últimos días, no se diría que se trate de una crisis sólo española, ni que sean nuestros bancos de los primeros en reventar.

¿Queda entonces en entredicho nuestra tesis?

Pues de momento no, por dos motivos.

Para empezar, la crisis económica que las subprime detonaron afecta a España, pero también a algunos otros países, que igual España, pero por razones distintas, adolecían de una economía frágil.

Los dos principales de esos países son EE.UU. y Gran Bretaña. Sin embargo, en la Gacetilla creemos que las grandes economías de la Eurozona, Rusia, China y Japón no comparten la gravedad de los problemas que aquejan a los anteriores y a España.

Puede que estos países sufran algún efecto de la crisis, sobre todo por motivos indirectos, pero no se trata más que de salpicaduras. Mal, lo que se dice mal de verdad, sólo lo van a pasar EE.UU., Gran Bretaña y España de entre los grandes.

En segundo lugar, sucede que tener un sistema bancario quebradizo no es incompatible con una economía fundamentalmente sana. Por eso encontramos bancos con grandes problemas en países que no sufren crisis muy graves.

De modo que eso explica lo que está sucediendo. ¿Pero qué es exactemente lo que está sucediendo? Pues que caen bancos como chinches.

Desde que empezó la crisis en Agosto de 2007, han caido ya un total de 18 bancos de cierta importancia en todo el mundo, además de una compañía de seguros enorme.

EE.UU. encabeza el ranking de reventones, con 8 bancos (Bear Stearns, IndyMac, Fannie Mae, Freddie Mac, Lehman Brothers, Merrill Lynch, Washington Mutual y Wachovia) y la aseguradora (AIG).

En segundo lugar está Gran Bretaña, con 3 bancos (Northern Rock, Alliance & Leicester y Bradford & Bingley).

La sigue Dinamarca, con otros 3, si bien diminutos en comparación (Roskilde, Ringkjobing y Bonusbanken).

Después va Alemania, con 2 (IKB y Hypo Real Estate).

Y finalmente, Islandia y Bélgica con 1 cada una (Glitnir y Fortis respectivamente).

De todos esos casos, hay que extraer las siguientes observaciones:

1 - Ritmo.

El primero de los bancos hundidos (IKB) cayó en Julio de 2007, los últimos hoy.

El ritmo de caidas se ha acelerado de tal forma que hemos pasado de 1 banco cada trimestre a la plusmarca de hoy, que han caido 5 bancos el mismo día.

2 - Quiebras.

No todos los bancos han quebrado. Lo cierto es que algunos (Alliance & Leicester, Merrill Lynch) han sido comprados, si bien en tal caso en condiciones de puro saldo.

3 - Efecto piraña.

Se aprecia claramente que las quiebras se concentran por países. Es lo que llamamos el "efecto piraña".

El efecto piraña consiste en que una vez que ha caido un banco, los mercados buscan instintivamente al siguiente banco más débil dentro del mismo país, para ir por él, en actitud que recuerda al ataque frenético de las pirañas.

Esto se debe a que los problemas de un banco suelen ser similares a los de sus competidores más próximos y, desde un punto de vista más práctico, a que un regulador bancario que ya ha tenido que afrontar una crisis se vuelve más vulnerable de cara a la siguiente.

4 - Eurozona.

Sólo hay 2 países de la Eurozona afectados de momento, Alemania y Bélgica.

Esto es extraordinariamente importante porque se da la circunstancia que ninguno de los países de la Eurozona está en condiciones de salvar a todos sus bancos simultáneamente, puesto que ningún país emite su propia moneda, que es el recurso definitivo en estos casos.

Por lo tanto, los países de la Eurozona están limitados en lo que pueden hacer por sus bancos por la cantidad de deuda que sus propios gobiernos pueden soportar antes de saturarse.

Para que tengáis una idea, la deuda pública en España son unos 350.000 MEUR, mientras que los depósitos del sistema bancario español ascienden a 1.450.000 MEUR. Una pasta, vamos.

En ese sentido, las quiebras de IKB, Fortis y Hypo Real Estate son muy importantes como precedentes que permiten definir las cotas de actuación de los gobiernos de la Eurozona en caso de una crisis financiera.

Y entonces ¿qué pueden hacer los gobiernos de la Eurozona?

Pues lo siguiente:

a) Prestar dinero público.

Alemania lo hizo, a través del KfW y los landesbanken, en el caso de IKB (5.000 MEUR).

Además, es probable que haya vuelto a hacerlo en el caso de Hypo Real Estate, si bien esta información no ha sido confirmada (35.000 MEUR).

Bélgica, Holanda y Luxemburgo también lo hicieron en el caso de Fortis (11.000 MEUR).

Por lo tanto, parece que se considera tolerable desde el punto de vista de la libre competencia, dentro de la Eurozona, gastar cantidades considerables de dinero público en salvamentos bancarios.

b) Contar con el Banco Central Europeo.

Jean-Claude Trichet, Presidente del Banco Central Europeo, acudió a reunirse con el Gobierno belga para discutir el rescate de Fortis. Por lo tanto, el Banco Central Europeo bendijo la operación.

No está muy claro qué significa "bendijo", pero es probable que el BCE haya inyectado dinero en el interbancario a la vez que se acometían los salvamentos, poniendo pues su super-granito de arroz.

c) Cada Estado soporta sus bancos.

Mientras que es aceptable que varios estados cooperen (como los del Benelux en el caso de Fortis), no puede esperarse, al menos de momento, que se establezca un mecanismo de salvamento a nivel de toda la Eurozona (apoyándose, por ejemplo, en el Banco Central Europeo).

Es deseable, que esto cambie, porque una defensa orquestada por el BCE, que sí tiene potestad de emisión de moneda, es mucho más creíble que la que pueda montar cualquier grupo de Gobiernos estatales de la Eurozona por su cuenta.

A pesar de ello, no está claro si se dará ese cambio, por la resistencia que plantearía Alemania, que es el país que más teme al posible efecto inflacionista de una excesiva intervención eventual del BCE.

Bueno, pues parece, por lo tanto, que seguimos pensando que España va tiene la peor perspectiva económica de entre los grandes países de la Eurozona, pero que de momento los mercados-piraña se están cebando con los bancos de Bélgica (ahora van por Dexia) y Alemania (por Commerzbank), guiados por el olor a sangre reciente.

¿Y ahora qué?

Pues hasta hoy parecía que ahora se iba a aprobar el Plan Paulson de salvamento de los bancos de EE.UU., lo cual devolvería cierta estabilidad a los mercados.

Se trata de un plan de 700.000 MUSD, que se dice pronto. Cada persona de EE.UU. contribuye con unos 2.300 USD. La familia media de 4 personas, va a poner unos 9.200 USD.

Sin embargo, y contra todo pronóstico, hoy el Congreso americano ha rechazado el Plan Paulson, provocando la mayor bajada de la historia del Dow Jones (medida en puntos, que parece que porcentualmente ha habido alguna todavía mayor tiempo atrás).

¿Y eso? Pero parece que el contribuyente americano ha olido a trucha, y no quiere poner la pasta. Aunque no hay encuestas, parece que la oposición popular al proyecto es prácticamente frontal. Durante los días en que se ha debatido sobre el asunto, ha llegado al Congreso un auténtico diluvio de quejas airadísimas.

Las razones son las siguientes:

1 - Dinero para los ricos.

El plan no sólo tenía aspecto de ser un anti-Robin Hood, que toma dinero del pueblo para darlo a los ricos, sino que en algunos extremos lo era. Por ejemplo, su redacción original adolecía de limitación alguna a los salarios que los bancos beneficiarios podían seguir pagando a sus magníficamente tratados banqueros.

2 - Si te he visto, no me acuerdo.

En un alarde de ambición, Hank Paulson no sólo pretendía no estar sometido a control previo sobre el destino del colosal gasto, sino que exigía que no hubiese tampoco control a posteriori.

3 - Sin cambios estructurales.

A pesar de la evidencia de que los mercados americanos necesitan una modernización (con la introducción de "clearing houses" centralizadas), el plan no acometía ninguna.

De nuevo, la razón era la avaricia. La mayor transparencia de una clearing house central redundaría en una reducción de los "spreads" y, por lo tanto, de los ingresos de los grandes brokers.

4 - Nadie está en la cárcel.

Ni uno solo de los famosos financieros responsables del desastre está en la cárcel.

El caso más famoso es el de Maurice "Hank" Greenberg, quien había abandonado AIG en 2005, cuando se presentaron los primeros problemas de solvencia, para encabezar su propia aseguradora en Bermuda.

Fue denunciado por fraude, pero tras años de litigación, curiosamente sólo 4 días antes de que hundirse AIG le firmó un acuerdo extrajudicial in extremis por 112 MUSD, que al señor Greenberg pareció aceptable y compatible con su nueva vida.

Bueno, pues AIG ha costado (de momento) 85.000 MUSD al contribuyente americano. Naturalmente, con una retahila de casos famosos como este, el americano medio se siente bastante desplumado.

¿Pues como seguimos?

Bueno, mañana amanecerá, y el guantazo de las bolsas en Europa está poco menos que garantizado.

Aunque la administración Bush manifiesta su intención de volver a presentar el Plan Paulson al Congreso, lo cierto es que con las elecciones dentro de mes y medio, a los congresistas que se jueguen el puesto les costará cambiar el sentido de su voto. De modo que reina un cierto escepticismo sobre el buen fin del plan.

Y si no hay plan, pues puede que caigan más bancos, en EE.UU. y en otros sitios.

Si el efecto piraña llegase a enganchar a algún banco alemán grande (hoy Commerzbank estaba en el candelero, e incluso Deutsche Bank no está libre de duda), entonces es probable que el gobierno alemán aceptara el establecimiento de un sistema de soporte apoyado en el BCE.

¿Y los bancos españoles?

Pues, de momento, Santander aparece contínuamente en las quinielas como banco comprador (ya se ha quedado con Alliance & Leicester y con Bradford & Bingley), lo cual tiene un efecto publicitario positivo para los demás.

Y el resto, con perfil bajo. Y en algunos casos, rezando para que un eventual paraguas protector del BCE esté listo antes de que en España las cosas se pongan más feas.

Porque que nadie tenga duda: con un déficit por cuenta corriente de más del 10% del PIB, sin acceso a financiación desde hace ya un año, y con activos que vamos vendiendo, pero que dan para aguantar sólo unos 3 años a este ritmo, nuestra crisis es mucho más profunda, y será mucho más larga y dolorosa, de nada con lo que se tenga que enfrentar Alemania.

Eso os lo garantizamos.

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