miércoles, 8 de octubre de 2014

Ebola - Plegando velas

Bueno, pues al final parece que no se cumplen nuestros peores pronósticos, y bien que nos alegramos.

Si ayer temíamos estar presenciando el día de la marmota, y nos preparábamos para la eventualidad de otro tremendo "momento Rubalcaba", hoy parece que nuestros miedos se van disipando rápidamente y así lo reconocemos.

Las noticias se suceden a ritmo veloz, y además su tenor empezó a evolucionar favorablemente al poco de publicar nuestro anterior artículo.

Un primer dato tranquilizador se conoció ya ayer, al saberse que la segunda enfermera del Carlos III con fiebre que permanecía aislada, había dado negativo a las pruebas de Ébola.  Ese hecho es muy importante, porque movió las probabilidades a favor de algunos escenarios (tales como el del error humano individual), en detrimento de otros mucho peores (tales como la presencia de un acto criminal).

A continuación, el diario El País publicó una entrevista telefónica con el marido de la enfermera contagiada, Javier Limón, durante la cual él dió una respuesta que también nos pareció tranquilizadora:  al preguntar el periódico si podrían haberse producido errores, Limón expresamente prefirió reservarse su respuesta.

Os explicamos por qué esa contestación nos tranquilizó.  Pensad que la enfermera se había pasado todo el fin de semana con fiebre, y sospechando que tal vez hubiese contraído Ébola, una enfermedad terrible de cuyas consecuencias potenciales ella era más consciente que nadie.  Así pues, parece lógico hipotizar que haya vivido horas de insomnio, repasando cada uno de sus movimientos en la habitación del misionero fallecido, con el fin de averiguar si algo pudo ir mal allí o en sus alrededores.  De la misma forma, sería razonable creer que ella habría comentado cualquier conclusión con su marido, la única persona con la cual convivía.

Parece pues también razonable suponer que, durante la entrevista con El País, el marido pudiera tal vez tener ya alguna noción sobre un posible error accidental de la enfermera.  Por lo tanto, la decisión de Limón de dar una evasiva ante la pregunta periodística, podía hacer sospechar que él quizá estuviese protegiendo los intereses de su mujer.  Eso, de nuevo, encajaría con el escenario del error humano individual, uno de los menos graves entre los que barajábamos.

Más adelante, los medios publicaron que la enfermera contagiada sí se había quedado efectivamente sola, y fuera del alcance de las cámaras de video, en un momento:  al desvestirse de su traje de protección biológica.  Estaba por lo tanto identificado un lapso de tiempo durante el cual pudo haberse producido un error que solo ella conocería.

Y entonces nos encontramos con el cuarto dato.  A última hora de ayer, supimos que el Secretario General del PSOE, Pedró Sánchez había declarado que "la prioridad es garantizar la seguridad sanitaria" y "habrá otro momento para hablar de responsabilidades políticas"  En otras palabras, que no habrá "momento Rubalcaba" después de todo.  ¡Bien!

Pausa para quitarnos el sombrero ante Sánchez.  Aunque en otras ocasiones ha estado menos fino (la semana pasada declaró que "sobra el Ministerio de Defensa", una solemne estupidez que su partido tuvo que desmentir poco después), en esta ocasión ha definido bien sus prioridades y no nos cabe más que felicitarle por ello.  Primero el bienestar común, y después la lucha partidaria.  Ese criterio le honra.

Finalmente, hoy por fin la Subdirectora Médica del Hospital Carlos III, ha confirmado que también hoy mismo, la enfermera ha indicado que la causa de su contagio puede haber sido un contacto con su cara de los guantes, que había utilizado en la habitación del enfermo a quien atendía.

Como os podéis imaginar, no vamos a dar por sentado que ya esté dicho todo lo que hay que saber en relación con este asunto.  Pero sí queremos dejar claro que, al cabo de 24 horas, los escenarios más graves han perdido mucha fuerza, y que se perfila con creciente probabilidad el más benigno de todos, es decir, que todo se ha debido a un error humano aislado.

Entre tanto, es muy principal saber que la enfermera contagiada parece mejorar.  Según ha declarado hoy a El País, no tiene fiebre, y eso parece muy buena señal.

Encima, tenemos cielo azul y pájaros volando.  Qué gran día.

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